26.4.08

Un rayito de luz

Hace unos días recibí la invitación para el primer cumple de hermoso niño, nacido en Suiza, hijo de una amiga de mis hijas. El pequeño atravesó serios problemas de salud. Los papis han decidido pasar el cumple entre nosotros. Hoy recibí la carta siguiente:

Hola!!
Ahora si que no falta nada!! Como les dicen a los chicos, dormimos cuatro
veces y nos tomamos el avión. Como es nuestra costumbre, todavía no hicimos
las valijas, pero al menos la ropa ya la estuve lavando.

Pero en realidad yo no les escribía para hablarles de mis valijas, sino para
hacerles una propuesta.

Como en todo cumple, seguro que a Kilian también le van a hacer regalos. Como
en realidad juguetes no nos faltan, y él no se va a enterar si con los que
juega son de él o eran del hermano, les proponemos lo siguiente: en vez de
comprar un regalo traigan lo que pensaban gastar al cumple. Nosotros vamos a
poner una alcancía, y lo que recaudemos lo vamos a donar a algún hospital de
niños o a su cooperadora (todavía no sabemos a cual, si alguien conoce a
algún responsable y sabe que el dinero recaudado va a llegar a buen puerto,
escuchamos ofertas).

Eso es todo, ahora me voy dormir así pasa más rápido el tiempo

Besos a todos y nos vemos pronto
Mónica y flia

------------------------------
Hay gente que ni siquiera se habría tomado la molestia de pensarlo, hay gente que habría sugerido otra cosa...
Mónica, sin duda, ha demostrado en este gesto un parte de todo lo maravillosa que es. Me pasé pensando en qué le iba a regalar a Kilian que fuera útil, que no ocupara lugar en la valija, etc. etc.
A mí me encantó su propuesta (aunque algo pequeñito me gustaría que se llevara de recuerdo, tal vez un CD con canciones.)

22.4.08

Rumores... son rumores

Con gran tristeza compruebo algunas viejas prácticas, la de los dos bandos que nos dividen a los argentinos.

Los argentinos (cuyo anagrama bien lo dijo Unamuno, es el que es) nos peleamos, discutimos, nos enojamos y nos transformamos en DT de fútbol, en economistas o en dirigentes políticos sin tener la más perra idea de lo que sucede. Me dan pena los extremos, tenemos tanta riqueza, pero nos falta voluntad de hacer un país distinto. Somos el infierno del cuentito Oriental de las cucharas largas del cielo y el infierno.
Me llegó un mail ¿rumores?, ¿verdades? Antes los de Green peace me mandaron otro.
Los del gobierno dicen: “La culpa es de los ganaderos” ¿No es cierto que la soja empuja todo, inclusive la zona de vacas? ¿O no?
Es cierto que un fueguito puede ser ignorado... e ir a apagarlo tarde sería buen rédito.
¿Es cierto mucho, poquito o nada?

Han llegado a justificar a María Julia, diciendo que ¡pobre se la criticó cuando no podía apagar lo del fuego en el Sur! (desde adentro me sube ácido ¿cómo se puede justificar lo malo con lo malo)

Muchachos, muchachas argentinas un lugareño fue reporteado por TN (lo vi una sola vez) Dijo: solo la lluvia apaga estos fuegos. Va a tardar una semana. Se prendió fuego la turba, hay humedad. No volvieron a pasar el reportaje. Escuché la radio cada vez que aparecía algo disidente lo cortaban.

Solo Tenembaun dijo en Mitre que los periodista se largaban a opinar, a formar opinión sin saber una palabra.
Aporto una versión de los muchachos de Greenpeace. Digo como para remover el avispero.

Lo que mandé de Río Negro (costa del Río Colorado) ¿es también culpa de este gobierno? Que yo sepa lleva muchos años de práctica.
¿Por qué escribo? Me gustaría que se restableciera cierto equilibrio. Estamos quedando en el medio de una puja, cada uno mira el árbol y perdemos de vista el bosque.
Heinrich Göbel fue el primero en crear cierto estilo de propaganda.

Por otro lado, El interés individual por sobre el interés general. De un lado y del otro han dado vuelta uno de los principios de administración científica que llevan más de 100 años haciendo grande a quienes lo merecen, los argentinos no aprendimos nada.

Me gustaría simplemente que le den una leídita al material de Greenpeace o, mejor, entren directamente al sitio.

19.4.08

Yo y un Fantasma

Lo vi atravesar la ventana de la blogosfera con su típica máscara. Le pregunté su nombre, me respondió: Yo, creo que Juan salvó su trabajo.

No sé lo que dijo al final, le saludé -Hola, Yo.

- Sí ¿Usted…?

- No, usted dijo llamarse Yo, si estuviéramos hablando inglés I/EYE sería un lindo juego de palabras. Tal vez, debamos jugar al yoyo. Dos discos unidos por un eje que giran, juguete que sube y baja enroscado en un hilo, pero eso es de origen chino y se dice “yoyó”, en Nuestra América yoyo puede ser persona servil y aduladora. ¡Ah! Si usted no es yo, entonces usted es Juan Salvo.

-No. ¿Ese quién es?

- ¿Cómo que no lo conoce? ¿De dónde es usted? ¿No dice que es de por aquí?

- Sí ¿y?

- Le cuento, es bastante conocida la historia. Imagine un chalet arropado en el silencio de un suburbio del Gran Buenos Aires. Creo que ahí nació Juan, de la frente de Oesterheld, a fines de los años cincuenta. Solo le bastó llamarlo Juan Salvo (Juan es un nombre común en nuestro país, ya se sabe ¿quién no conoce a un Juan?)

Juan era “feliz”, casado con Elena, tenía una hija –Martita. Tenía lo económico solucionado, se juntaba con sus amigos a jugar al truco. No tenía necesidad de mezclarse con nada. ¿La política?¡Puaj! con la gente que estaba gobernando. Cada uno debía defender y ocuparse de su interés individual, eso salva a cualquier país.

- Sí ¿Y?

- Eso dicen que dijo Adam Smith. Sigo. Hubo una noche que condenó a Juan a viajar por la eternidad. Hacía frío. La casa estaba cerrada. No se dieron cuenta de lo que pasaba fuera. Los copos lo cubrieron todo. Átropos, enloqueció cortando hilos. Hizo buena cosecha. Fue la invasión de los Ellos la que trajo la nube de humo (perdón) de nieve. Me duele la cabeza, debería alquilarme un equipo con oxígeno. Veo gente con ropa blanca y máscaras, es la nieve, son los Ellos, Juan observa desde la ventana esas finas partículas que se deslizan esa extraña nevada de dibujo animado que alimenta la parca.

No solo el aire, Juan. Hay corrientes subterráneas, tal vez sea la lava, o una grieta profunda que se abrió porque se quema algo debajo de nuestros pies. Tal vez sea que tiraron demasiados contaminantes resinosos a la cuenca del Puelches, dejamos pasar el tiempo, dejamos que hicieran, no sé bien qué es eso, pero ya no tenemos escapatoria. Y bue... Me duele la cabeza, debería alquilarme un equipo con oxígeno, ya no entiendo lo que digo.

Juan dijo Todo hasta donde se podía ver, se cubría de aquella nevada. Nevada irreal, mortal, terriblemente mortal…El primer desafío fue dejar la casa, lo hice en forma mecánica: todo mi ser estaba como encogido, aguardando de un instante a otro la violenta tiniebla que debía ser la muerte.

- ¿Qué quiere decir todo este disparate?

- Yo, esto quiere decir que hay buenas historietas, tal vez debiera decir historias que son de visionarios. H.O. lo supo decir. Tal vez yo debiera decir que la filosofía de aquella narración, la de la “dominación” se hizo carne en nosotros. Solo que no se trata de dominación extranjera llevada a cabo por extranjeros, sino que la hace el peor enemigo: nosotros mismos al servicio de…

- ¡Es inútil! Este discurso setentista resurge en la mente de los inadaptados, de los socialistas ingenuos, de los manipuladores de izquierda para la derecha de su bolsillo. ¡La culpa la tiene el gobierno!

- Yo, veo a los Gurbos, a los Ellos, a los cascarudos, el pavimento se resquebraja debajo de sus patas, las paredes de los edificios se ennegrecen. Yo, escuchame. Yo no puedo respirar. No lo Olvides, no te quedes en Silencio, si eres poeta recuerda a Mnemesis.

---------

Gracias, yo!!! No sé quien sos, leí algo de tu poesía. En este I/Eye trato de olvidarme que me cuesta respirar y que me duele la cabeza.

Sorrrrryyyy!!!

Sí, debería empezar con lo siento, pues soy hablante. Soy monotemática, aburrida, siempre lo mismo. ¡Quejosa!

Lo invito a compartir una experiencia, prenda pasto húmedo, no verde porque es tóxico. Meta la cabeza allí. Si tiene algún problema respiratorio podrá alcanzar la MÁXIMA EXPERIENCIA de los efectos del aire contaminado entrando en sus pulmones. Le costará respirar, sentirá que le pica la garganta, querrá aflojarse la ropa, querrá aflojar el cuello inexistente de una camisa, querrá simplemente respirar como debería hacerlo. Luego disfriturá del aire fresco que le rodea.

Ayer a las 9 de la noche me sentía bastante bien. Me asomé a la calle y veía claramente las luces. Me sentí tranquila. Iba a poder dormir tranquila. No sé por donde se filtra el humo. Pero a medida que nos fuimos internando en la noche me empecé a sentir mal. Tomé un barbijo doble tela, la más cerrada que tengo (que por casualidad me quedó del año pasado) lo humedecí, puse unas compoteras con agua y algodón en la mesita de luz (como me aconsejó mi hermana), me tomé un té de tilo, emprendí un viaje analítico de la Odisea, traté de comprender lo que leía, sentía que mis ojos lagrimeaban y no era ni por Odiseo, ni Telémaco, ni por Penélope, ni las interpretaciones freudianas, borgeanas o perequianas. Hay humo... algo se quema en mí. Deben ser las pocas neuronas que me quedan por falta de oxígeno.

Lo siento, si alguien lee eso pensando que puede ser reconfortante la lectura de este blog. Un blog es una especie de bitácora ¿no? Bueno este es mi viaje. Si usted, hipotético y escaso lector, no tiene estos inconvenientes puede hacer muchas cosas con la lectura metafóricamente esto puede ser papel higiénico, puede usted ponerse a pensar ¡mirá de qué se queja! o puede decir y sentirse bien disfrutando de tener por lo menos aire limpio para respirar.

Sorry, ayer estuve viendo Erin Brockovich, tal vez se me pegoteó algo de la falta de delicadeza (lástima que no de su belleza) Chuick!

18.4.08

Y de la salud ¿quién se ocupa?

Mensajito en el celular:

Querida Jane, imagino como estarán con ese humo, lo que pasa es que los porteños desconocen tantas cosas, nos sufrimos estas cosas cuando los chacareros en el comienzo de la primavera queman neumáticos para evitar las heladas y en el verano los incendios en los campos por cuarenta días y nadie se entera. Pongan vasos con algodón en agua. Es lo que hacemos acá. Da resultado.

La llamé por teléfono y me enteré de que en Río Colorado, además de la práctica criminal de la quema de neumáticos, van a tener un nuevo problema proveniente de una minera en el nacimiento del río. La empresa Río Pinto saca cierto material y lo coloca al lado del río, la lluvia, las nevadas y el viento se encargan de llevar las sales contaminantes al agua. (Ya hay problemas en el agua con la petrolera río arriba)

Después nos enojamos con las pasteras vecinas… No digo que no debamos estar en contra de cualquier contaminación incluida la de las pasteras, pero sería bueno ser coherente.

Me metí en Internet a averiguar sobre la empresa Río Pinto. Por favor!!! Ver lo que pasa en la minería es enfermante. Por todos lados contaminación, contaminación…

Es interesante ver el informe de Greenpeace sobre la quema de pastizales a lo que hay que agregar la responsabilidad de propietarios y funcionarios de todo tipo. Pero, de esta práctica en Río Negro ¿quién informa?

Lo que sucede en Río Negro en el Valle del Río Colorado ¿está mal que lo califique de criminal? Si alguien realiza prácticas que atentan contra la salud de las personas ¿cómo se puede denominar? No sé cómo se puede dar una mano a la gente de mi provincia (los chacareros si se enteran dirán que no entiendo nada, bueno quemen otra cosa o pongan otro tipo de protección a las plantitas).

Mi hermana dijo: Estamos levantando firmas, pero ¿quién se entera de lo que aquí pasa? Lo único que vale es hacer plata, plata, plata y que nos enfermemos ¿a quién le importa?

Bueno Hermana, A mí me importa y lo voy a decir todas las veces que pueda

La fragilidad de una mañana

Salustiana Rodriguez se levantó como siempre al alba. Sintió una molestia en la garganta.

-Tengo olor a pasto hasta el tuétano- masculló.

Puso el agua a hervir para el mate cocido.

-Mamá, que no se hierva el agua, le dijo Cito, el hijo.

Salustiana, no le hizo caso, a ella no le importaba que algunos dijeran que no hirviera el agua para el mate. Y el Cito tendría que tomar mate cocido quisiera o no. Entre las aguas malas de las napas y de los arroyos Salustiana sentía que no había escapatoria.

-Mamá el hervir el agua es para matar organismos vivos, con todo lo que le llega de las plantas no sirve hervir.

-No sé que es eso de los microorganismos que producen enfermedades que vos decís, pero estoy segura que el veneno, de la cura, a los únicos que envenena es a nosotros por acumulación.

Todas las mañanas Salustiana discutía con el hijo. Iba ella a contestarles esas cosas a los padres. Los tiempos cambian, se dijo. Suponía que todo tenía que ver con que ella no había estudiado y el hijo sí. Pero no importaba, el Cito iba a tener que reconocer que no todo lo dan los libros. Hacía años que manejaban el campo, siempre había andado bien. Ahora con esto de las nuevas máquinas, de los nuevos fertilizantes, herbicidas, fumigaciones… Salustiana sentía que las plagas se hacían cada vez más fuertes, más gordas, más empecinadas.

El Cito le dijo:

- Mamá, no quiero mate cocido, quiero mate común, mate mate.

Salustiana no dijo ni sí ni no. Miró la salida del sol y le dijo al Cito:

- Otro día más de humo y lo vamos a pagar caro. Esa empresa nueva nos va a matar a todos. Si tienen tanta máquina, tanta gente con título ¿no tienen otra manera de manejar lo del pastito para las vacas? Desde que empezaron con lo de la soja m’hijo todo cambió.

- Usted sabe que no se puede seguir siempre igual, nos van a pasar por arriba. Estamos muy atrasados en todo. La culpa es de los gobiernos.

Salustiana sabía que nunca llegarían a un acuerdo, ella ya estaba vieja para discutirle al Cito, se había puesto peor desde que murió el padre. Para colmo de males: estaba de novio, quería juntar plata rápido para casarse. Salustiana pensaba en los choclos, en el maíz plantado, en la cría de gallinas sueltas, en las vacas sueltas, en todo aquello que había construido con su marido.

-Si queman pasto verde o las plantas chicas de pino, la resina es mala.

-Ma´ hace años que se hace así.

-Pero no de esta forma, es desde que vino esa plantita. No entiendo, no entiendo qué nos está pasando, pero la vamos a pagar muy caro, protestó la mujer. No sé mucho, pero esto no me gusta, es cómo una célula que se multiplica a mucha velocidad. Bueno, la plantita no tiene la culpa, es la gente no más.

El hijo se fue al pueblo en la camioneta para arreglar lo de la invernada de las vacas.

Salustiana fue hasta el corral y sintió que no estaba respirando bien, una densa nube la envolvía, quiso pensar en las nietas, en la ciudad a la que no quería ir a vivir, en su hija diciéndole que se fuera con ella. Le dio de comer a los cerdos, sonrió. Se acordó de la rebelión en la granja. ¿Quién era ella? ¿Un caballo? No tal vez una yegua. Sonrió. Se sentó y miró el sol, ese extraño sol que parecía de otro mundo, realmente ese no era ya su mundo, el de su marido y ella plantando naranjas, maíz y con unos pocos animales de granja.

Así la encontraron, dos días después, los bomberos del pueblo, sentada, con la cara hacia la salida del sol.

16.4.08

Socorro!!! Necesito Buenos Aires para respirar.

Cierto decoro me impide utilizar palabrotas, pero ¿QUIÉN o QUIÉNES son los responsables (para decirlo finamente) del humo que invade Buenos Aires?

Y no solo es una cuestión literal lo del aire, hay otros aires que hacen que vivamos mal.


Hoy fui al consultorio médico ubicado en el centro de la ciudad. Era mediodía cuando, después de mi trabajo mañanero tomé el Subte línea D. De repente avisaron del tránsito condicional, salí a la calle para tomar un colectivo, menos mal que tenía una guía para fijarme qué colectivo me dejaba más o menos cerca. Esperé 2,30 horas para que me atendiera el médico pues había osado ir sin turno. A decir verdad, me faltaba el aire, un fuerte resfrío agravado por el humo, unos bultitos en mi cuello y la sensación de fiebre me convencieron de la necesidad de visitar al médico. Salí de allí, fui a tomar el subte línea C que decía “circula con demoras de 10 minutos”, cuando estaba en el andén dijeron "línea suspendida". Fui a reclamar mi boleto, mientras hacía la cola una “mina” se enojó y entró a revolear cosas y la “ligué en el pecho”. Le dije "pará ¿qué culpa tengo yo?" La gente estaba muy loca, yo había sufrido dos inconvenientes con el subte en el mismo día, pero hay otros que los sufren todos los días. Una joven me empezó a contar que había perdido el presentismo porque había llegado una hora tarde a la mañana, un joven le decía a la cajera que le diera un comprobante de que el subte no funcionaba, otra “mina” se puso a insultar a medio mundo porque no llegaba a horario al jardín de su niño. Sentí la imperiosa necesidad de salir rápido de allí, pero sin abandonar mi boleto. No tenía ganas de dejarle los 0,90 a Metrovías. Salí, la calle era una mugre, una “mina” retó a una chica que repartía volantes porque nadie había ido al local, me dolió, la chica estaba haciendo su trabajo. Se fue antes de que le dijera algo. Me quedé mal, porque tenía ganas de decirle que por más que la retara la gente podía ir o no a su local de no sé qué.

Fui hasta una parada de colectivo que me sacara de ese ladrarse y morderse de diferentes formas, peor que en una jauría de perros famélicos, tomé un colectivo que me dejó lejos de casa. Caminé un poco y ya que estaba pasé por la farmacia. De repente me informaron que a la receta le faltaba el sello de la doctora. Me había olvidado de pedirle a la secretaria que lo pusiera.
Menos mal que el antibiótico me lo dio la doctora. Llegué a mi casa, en el piso de abajo siguen los arreglos, siempre hay mugre, polvo, arena, pintura. A veces tengo que tener todo cerrado y lo mismo se filtra el polvillo de no sé qué, hace meses que no tenemos portero eléctrico por culpa de los especialistas -no tan especialistas- que derivan la culpa a la antigüedad de la casa y no reconocen que el cableado nuevo lo hicieron ellos, además pusieron una reja en el balcón de atrás que es una escalera a mi departamento, el ruido a cualquier hora y cualquier día (sábados, domingos inclusive, a la hora de la siesta, a veces hasta la noche tarde). Siento la sierra de mosaicos o madera serruchándome la cabeza.

Y como si fuera poco no sé cómo ni quién quema pasto u otros elementos de manera que nos estamos ahogando. En el colectivo una mujer no podía ni hablar, le faltaba el aire... Solo me queda pensar que dentro de todo: tengo una hermosa familia, afecto de aquí y de por allá, trabajo, comida, una cama donde dormir y sobre todo haber estudiado algo que de alguna manera me ayuda a vivir, a enfrentar, sin mayores riesgos, este cotidiano desafío que nos impone la Argentina. Y por sobre todo dos soles: nuestro hermoso Nico que va a cumplir dos años y Emma, aunque todavía faltan cuatro meses para que nos veamos cara a cara.

15.4.08

Anédocta

Un alumno hace la seña de pedirle tiempo con las manos a una profesora que está con otra. La profesora y su colega le miran y se lo otorgan.
El jovencito se acerca y le dice:
Profe, la extraño los fines de semana. En serio. Ahora que operaron a mi papá no tengo quien me diga: portate bien, escuchá, no molestés... etc., me aburro.
Ambas profesoras se miran.
La profesora reclamada por el pedido de tiempo le dice a la otra (aludiendo a un comentario anterior sobre los alumnos): De esto se trata. Durante las clases me vuelve loca.

12.4.08

El último juicio

Uno de los Juanes que conoció en su vida le dijo:

Lo peor es su resentimiento. Cuando pueda curarse de él, creo que habrá solucionado la mitad de su vida.

Ella lo recordó. Él había muerto una noche, mientras dormía. Ella lo supo por boca de su mujer, la llamó por teléfono para decirle que no iba a atender a su hija. Pensó “me diagnosticó aquello que no pudo resolver. Tal vez fui un espejo. Me gustaría saber qué pensó antes de morir. ¿Habrá pensado?”

Le llamaron la atención porque había hecho mal su trabajo y recordó a ese Juan. Estaba furiosa consigo misma, nunca iba a crecer. Salió del lugar apretando los dientes, diciendo cuánta razón tenía Sócrates, no era más que una prostituta barata que vendía el trabajo que amaba por chirolas, en gente que, para colmo de males, no amaba. Ella no podía desprenderse de ese viejo hábito de resentir el pasado en cada nuevo hecho de su vida. Volvió a sentir todos las reprimendas que había sufrido en su vida, las de antes de las diez años, las de la adolescencia, las de los treinta, las de los cuarenta, las de los cincuenta. Lo peor era sentir que hacía todo mal, que la culpa siempre era de ella, que era una buena para nada, era ese lastimarse sin piedad enfermizo. La mezcla de tiempos en su cabeza, las lecturas falsamente comprendidas, los razonamientos fugados de una línea, la lógica matemática incomprendida, la semiótica travestida. Sonrió de su estupidez tan estúpida.

Ella sintió un fuerte dolor en el pecho y se repitió: Esto sí que es una estupidez, los sentimientos no tienen porque doler en el corazón, son nada más que grabaciones en el cerebro que se confunden en el pensamiento.

- Ella, si querés sentir distinto, tenés que pensar distinto- le había aconsejado uno de los pocos Migueles que conoció en su vida.

Y cerró los ojos y apretó los puños y el dolor era más fuerte. Estaba cansada, se le aflojaron las piernas, apretó los parpados con fuerza y trató de respirar.

Escuchó el pip entrecortado de la máquina al costado de su cama, se dio cuenta que ya no estaba en la calle. Tal vez …

Escuchó ruidos, pero no veía nada, alguien ordenó: aplicale la inyección, sino vamos a tener que reanimarla.

El pip era más débil, Ella no pudo apretar con más fuerza los parpados, no tenía sentido, no veía ni un solo reflejo. Tenía una máscara en la boca, pero no tenerla no le facilitaría el poder hablar.

Era una lástima partir sin despedirse.

El jurado se acomodó en sus sillas y le preguntó una vez más si quería volver.

Ella se repitió: otra vez este tonto sueño en el que me juzgan.

Una de las juezas tomó la palabra:

-¿Quiere volver? Sólo tiene que contarnos tres días enteros plenos de felicidad.

Ella sonrió. -No recuerdo ni un solo día completo de felicidad, sólo momentos. Cuando me casé, cuando fui madre, cuando los bebés caminaron, cuando me llamaron mamá, supongo que tuve muchos momentos. Pero ¿tres días? No. No pasé tres días completos de felicidad, no creo haber pasado ni uno. Siempre alguna nube, un roce, por mínimo que fuera, nubló mi alegría. Hasta cuando logré un título, un trabajo en lugar de disfrutarlo lloré por todo lo que me costó. Ella sonrió, advirtió que si estuviera su compañero le diría "Vos siempre hablando de más."

Los jueces deliberaban, Ella miró hacia arriba, la cúpula era blanca y luminosa, la sala estaba desprovista de todo adorno, los jueces volvieron a mirarla y la sentenciaron.

Hubo un pip, un último pip. Ella abrió y cerró su mano izquierda.

Ella se dijo “si tan solo pudiera contárselo a alguien para que mi experiencia le sirva”, pero el jurado ya había abandonado la sala.

9.4.08

Pensar con intención o profundidad en algo no me salva

Esto es bastante difícil. El año pasado tuve una relación áspera con los alumnos del último año del colegio donde trabajo. Al final llegamos a buen término.

Este año, cuando vinieron a buscar su certificado de título coinciden con que no pueden mirar un aviso televisivo, mirar la tapa de una revista, un afiche, etc. etc. sin que los asalte mi voz indicándoles qué ver, que analizar, cómo son seducidos por el mensaje, como son manipulados por lo subliminal, etc.

En un primer momento me sentí bien. Luego les dije a un par de alumnas ¿Ahora piensen si es ético lo que hice? Ustedes detestaban lo que yo les enseñaba. Yo usé las herramientas para manipularlos. Ahora no me estoy sintiendo tan bien con lo que hice.

Después hablé con la rectora y le dije: Tengo mis dudas sobre el método que utilicé. Es cierto que hasta el peor alumno del curso aprendió, pero ¿Es ético?

Ella trató de consolarme y bajar mi sentimiento de culpa…

Dudas, reflexiones de andar por la vida.

No sé si es parte de mi andar por la vida esto de considerar nueva o detenidamente algo, de suspender mis juicios, de indeterminarme frente a los hechos o las noticias. Tal vez no haya nada en este cavilar, simplemente haya un volver a mi viejas estructuras mentales, tal vez sólo me quedan las viejas convicciones en pie.

Cierto instructor de conductores de autos dijo una vez “los accidentes no ocurren porque sí, en ellos siempre hay una falla humana”.

Hoy, nueve choques en 35 kilómetros en la ruta 9.

Escuché y miré noticieros. Lo terrible es que solo se insista en que la ruta no se haya cerrado, en que no se avise… de la niebla. El problema de la niebla es una constante, a esto se le sumó el humo de quema de pastizales por la noche, pero poco se insiste en la velocidad y la imprudencia de quienes conducen.

No estoy todos los días en la ruta, pero más de una docena de veces (en menos de un año) me indigesto de bronca ante lo que veo. Sobrepasos indebidos, adelantamientos por la banquina, velocidad superior a la permitida, etc. etc.

Hace un tiempo se nos quedó el auto en una autopista, era un fin de semana, por supuesto estacionamos en la banquina. Me fui hacia atrás unos cuantos metros y comencé a revolear mi abrigo de manera de llamar la atención para que no se adelantaran por fuera de la ruta. Mi marido estaba enojado por mi locura, pero es que yo los veía venir a alta velocidad avanzando y temía que chocaran el auto y explotara el tanque de gas o de nafta. Más de un conductor me hizo un par de bromas por mi insistencia de que parara y subiera de nuevo a la ruta, yo me había puesto detrás del guarda rail. No podía creer la estupidez humana a ese nivel.

Durante las vacaciones hicimos alrededor de 3.000 kilómetros por las rutas del sur argentino y vi de todo, los camioneros no conducen como antes. Tal vez, los nuevos modelos de camión los lleva a tener una idea equivocada de las posibilidad de freno de esas moles que la inercia puede desplazar varios metros, la distancia entre vehículos durante el desplazamiento de autos y camiones no es la adecuada para frenar a la velocidad que van, pero ¿ a eso a quién le importa? ¡Sí! ¿a quién le importa si después la culpa la tiene otro?

¿Alguien puede negar que el auto que se metió bajo uno de los camiones no iba a paso de hombre? Un camionero me puede decir ¡No! ¿Qué opinás? No estuviste allí…

No importa si tengo o no razón, lo que importa es ¿cuándo vamos a crecer y reconocer que los hechos de este tipo no ocurren porque sí o porque la culpa es de alguien que no maneja?

(Leí, hace un ratito en una encuesta más del 60% cree que la responsabilidad es de los conductores, un 25% dice que faltan medidas de seguridad vial y resto hace responsable al estado de las rutas y las concesionarias de las mismas. Entonces ¿No es hora de dejarnos de culpar al otro?)

6.4.08

Buenas Nuevas

Cuando mi hija más pequeña nació era una muñeca con cara “manzanita”, de mejillas rosadas, pelo oscuro, ojos vivarachos y un cuerpecito proporcionado. Cuando ella tenía entre dos y tres años la llevé, durante un tiempo, conmigo al colegio porque no tenía con quien dejarla, no había conseguido bacante en el jardín y la persona que la cuidaba no quiso volver después del susto que se pegó cuando la pequeña se cayó y se lastimó.

Ella ingresaba en la sala de profesores y todo el mundo la festejaba, le decían que era hermosa y ella se movía de aquí para allá como si eso fuera una parte natural de su vida.

Una de las preceptoras le compraba un alfajor, la jefa de preceptores jugaba con ella al Memotest, alguna profe se hacía cargo de ella en las horas libres o iba de la mano de un ex alumno mío (en ese momento preceptor) de aula en aula.

Así nuestra Ro, nuestra Totita fue creciendo, un día se casó y después de cinco años decidieron tener un bebé.

Hoy nos enteramos que nuestra Ro nos va a traer a la familia UNA NENA!!!!!!

En el día se me cruzaron algunos motivos para bajar la sonrisa, pero sigo con el buen ánimo de la noticia.

Creo que antes de que me confirmaran la noticia yo sabía que una nueva Ro iba a estar entre nosotros.

-----

El domingo pasado, mi amiga Tonia me preguntó ¿Y ya saben si es nena o varón?

Le respondí que no; pero “para mí es nena”. Ella me dijo: Si vos decís que va a ser nena, va a ser nena no más.

Le conté que para Navidad Ro me había pedido unas albondiguitas con salsa (las había elegido del libro de comida griega que compré para su casamiento). Cuando estaba terminando de cocinar (el 24 por la tarde) hice un recuento de la comida, era mucha. Dije para mí: Voy a hacerlas lo mismo , no sea que la niña me salga con antojo. Cuando Ro llegó a casa le conté que había hecho sus albondiguitas y repetí mentalmente “no sea que la niña me salga con antojo”. Cuando estábamos sentados a la mesa le dije a Ro que no se olvidara de sus albondiguitas y dije bajito “no sea que la niña salga con antojo”. Horas después Ro y Mauricio nos daban la noticia Queremos decirles que: para la próxima Navidad va a haber un nuevo integrante en la familia.” Hasta ese momento nada me había dicho Ro de su embarazo. Supongo que de alguna manera lo presentí, del mismo modo que pensé, presentí y deseé: nena y no en nene.

De todos modos, aunque soy mami de cuatro hermosas hijas – a quienes amamos mucho- y poca experiencia en nenes, todos sentimos que Nico es un sol en nuestras vidas al que se sumara, en pocos meses, Emma Julieta.

4.4.08

MAESTRO

CARLOS FUENTEALBA.

¡¡¡PRESENTE!!!

3.4.08

Cuento Chino (1)

Según cuenta una antigua leyenda china, un discípulo preguntó al Maestro:

“Maestro, ¿cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?”

El Maestro, luego de reflexionar acerca del carácter de la pregunta, lo miro fijo y le respondió “la diferencia es realmente muy pequeña, sin embargo tiene grandes consecuencias”.

El discípulo, sin entender demasiado, continuó mirándolo perplejo.

El Maestro entonces le dijo, “ven, te mostraré el infierno”. Juntos entraron en silencio a una habitación donde un numeroso grupo de personas estaba sentado alrededor de un gran recipiente con arroz, todos estaban hambrientos y desesperados, cada uno tenía una cuchara tomada fijamente desde su extremo, estaban hambrientos y desesperados, cada uno tenía una cuchara tomada fijamente desde su extremo que llegaba hasta la olla. Pero cada cuchara tenía un mango tan largo que no podían llevársela a la boca. La desesperación y el sufrimiento eran terribles, pero a pesar de contar con el alimento que podía calmar su desesperación, ninguno podía acceder a el.

Después de un rato de contemplar la escena, el Maestro le dijo al discípulo: “ven, ahora te mostraré el cielo”. Entraron en otra habitación, idéntica a la primera; con la msima gran olla de arroz en el centro, y un grupo similar de gente rodándola, y cada uno de ellos con cucharas largas (idénticas a las de la habitación anterior), pero en este caso todos estaban bien alimentados y felices.

Luego de un rato de contemplación, el discípulo rompió el silencio y dijo “no comprendo, ¿Por qué está la gente tan feliz aquí, mientras son tan desgraciados en la otra habitación si todo alrededor de ellos es igual?” El Maestro, entrecerró sus ojos, sonrió e hizo silencio durante un instante y luego dijo:”es que no te has dado cuenta aún? En el cielo han aprendido que para enfrentar las condiciones adversas es necesario cooperar, entonces se alimentas unos a otros”.

----
(1) En Argentina, cuento chino equivale a algo que no se entiende. Después de releer este cuento, más de una vez, me pregunto por nuestro infierno de cada día, por los que no tienen qué comer, por los litros y litros de leche tirados, por el cereal arrojado en la ruta, por los pollos que murieron por falta de alimento, por el paro levantado porque dijeron tienen voluntad de dialogar y enmascaran que si no lo levantan pierden la cosecha (ya se les superpuso la de la soja y algo más)... me sigo preguntando por las tierras agotadas, desertificadas, las aguas contaminadas y la soja (plantita que no tiene la culpa) el glifosato bendito mezclado en nuestros alimentos de cada día, los trabajadores en "negro", los que le compran al dueño del campo, los que les pagan mal...
hoy me dijo un contador "ya sabemos lo que hace la soja, pero como me dijo alguien si vos podés ganar plata ¿no plantarías soja? Y yo creo que sí". (Se contesto de inmediato).
Entonces pensé "este es nuestro infierno".



1.4.08

Tratando de entender…

Trato de entender esta crisis que vivimos, más el tiempo presente se me confunde. Alguien dice ¿Cómo pueden pretender querer poner un impuesto a las ganancias extraordinarias? Si los del campo se quieren quedar con mayores beneficios que el año anterior ¿Cuál es el pecado? Más otro dice: Las retenciones tienen que aumentarse al 50 % o más para los grandes productores. El error no es cobrarla, sino no decir para qué se van a usar esos fondos. Y por allí alguien dice “ni muerto me sacan”, más un productor grande dramatiza “hermano si la ganamos, está bueno. Si no, no te preocupes, te alquilo el campo”.

En la historia de nuestra Argentina la escasez de la carne de vaca, la rivalidad entre un bando y otro es uno de los primeros temas en la literatura “nacional”. En El Matadero es posible encontrar el germen de literatura con olor a política, tan cara a nuestros manejos.

Me siento tentada de parafrasear a Echeverría y escribir manoteando la técnica borgeana del “Piere Menard…” ¿Y por qué no?

“A pesar de que la mía es historia no la empezaré por el arca de Noé y la genealogía de sus ascendientes como acostumbraban hacerlo los antiguos historiadores españoles de América, que deben ser nuestros prototipos. Tengo muchas razones para no seguir ese ejemplo, las que callo por no ser difuso. Diré solamente que los sucesos de mi narración pasaban por los años de Cristo de 183… [debería decir que como la historia se repite siempre dos veces, una como tragedia y otra como farsa, los argentinos somos unos perfectos farsantes, y que no se sienta quisquilloso el que lea. Debería primero hacer un examen, respirar profundo y asumir su persona –que no es ni más ni menos la máscara que le encubre en el teatro de la vida. Persona que intenta crear razones, afirmarse en discurso y ser solo y apestosamente un individualista a ultranza, que para colmo de males se cree objetivo].

Sigo leyendo Estábamos en cuaresma, época en que escasea la carne en Buenos Aires, porque la Iglesia (…) ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles, a causa de que la carne es pecaminosa y, como dice el proverbio, busca a la carne. [Convengamos que ya pasó cuaresma y la Semana Santa, lo religioso no es más que apariencia para el mini turismo. Aunque algunos pueden ir a misa, hacer como que son fieles a la doctrina cristiana del “amor al “prójimo”, “el poner la otra mejilla”, “el repartir la otra manta” y las etc. Uno los ve arrodillarse, rezar y da como para creer que hay sinceridad, pero luego en la vida práctica se nos va todo por el sumidero].

Los abastecedores, por otra parte buenos liberales [¡perdón! Quise decir federales], y por lo mismo buenos católicos, sabiendo que el pueblo de BA atesora una docilidad singular para someterse a toda especie de mandamiento, sólo traen en días cuaresmales al Matadero, los novillos necesarios para el sustento de los niños y de los enfermos [como sigamos así, ni para ellos va a haber comida]

Sucedió, pues, en aquel tiempo, una lluvia muy copiosa. Los caminos se anegaron; los pantanos se pusieron a nado y las calles de entrada y salida a la ciudad rebosaban de acuoso barro. [Hemos tenido lluvias, hubo barros, barriales, barritos, calles y rutas anegadas, pero este no es el factor de la discordia para que nos falten los alimentos. Así debo decidir entre un durazno horrible frente a otro magullado, entre un ramo de espinaca más que mustia y acelgas pálidas…]

[Debe ser nuestra impiedad la que NO nos hace acreedores de la misericordia divina y] Llegará la hora tremenda del vano crujir de dientes y de las frenéticas imprecaciones. (…) [y como] las pobres mujeres salían sin aliento, anonadadas del templo, echando, como era natural, la culpa de aquella calamidad a los unitarios.

[hoy miramos las góndolas vacías de los templos modernos del consumo y vociferamos que la culpa la tienen los del campo, más de un distraído dice ¡No! La culpa es de la Cristina, “esa mujer llena de odio, y el que tiene odio no puede ni siquiera ser presidente de un consorcio” (1). “Sí la culpa la tienen los kichneristas, los peronistas, los negros de m…. que hacen contrapiquete, junto con ese camionero que en su vida manejó un camión, a lo sumo anduvo en bicicleta.”

(1) Si todo este entretejido de palabras no es más que un rejunte a partir de El Matadero, debo agregar que esta frase la escuché hoy entre otras.

----

Y en todo rejunte uno mira los sucesos como si viera una peli vieja, han adaptado los trajes, el escenario, básicamente la historia es la misma .

En ese continuo repetirnos, en ese jugar a trágicos y no llegamos más que a farsantes me distancio y recuerdo cierto levantamiento de camioneros, paro en un país vecino, y como todo aquello que empieza puede saber donde empieza, pero no donde termina. Y de repente por lo bajo le digo a una colega “Está todo muy enrarecido, hay muchos intereses en juego, casi todos desconocidos para nosotros.” Ella me responde que siente lo mismo, hasta que horas más tarde llamo a mi hermana, la que está enojada con los del campo y me dice “¿No te recuerda esto al derrocamiento de Allende?”

Y allí sobre la mesa (o sobre una cama), como en El Matadero, ¿QUIÉN? ¿QUIÉN VA A ESTAR ESTA VEZ?