19.4.08

Yo y un Fantasma

Lo vi atravesar la ventana de la blogosfera con su típica máscara. Le pregunté su nombre, me respondió: Yo, creo que Juan salvó su trabajo.

No sé lo que dijo al final, le saludé -Hola, Yo.

- Sí ¿Usted…?

- No, usted dijo llamarse Yo, si estuviéramos hablando inglés I/EYE sería un lindo juego de palabras. Tal vez, debamos jugar al yoyo. Dos discos unidos por un eje que giran, juguete que sube y baja enroscado en un hilo, pero eso es de origen chino y se dice “yoyó”, en Nuestra América yoyo puede ser persona servil y aduladora. ¡Ah! Si usted no es yo, entonces usted es Juan Salvo.

-No. ¿Ese quién es?

- ¿Cómo que no lo conoce? ¿De dónde es usted? ¿No dice que es de por aquí?

- Sí ¿y?

- Le cuento, es bastante conocida la historia. Imagine un chalet arropado en el silencio de un suburbio del Gran Buenos Aires. Creo que ahí nació Juan, de la frente de Oesterheld, a fines de los años cincuenta. Solo le bastó llamarlo Juan Salvo (Juan es un nombre común en nuestro país, ya se sabe ¿quién no conoce a un Juan?)

Juan era “feliz”, casado con Elena, tenía una hija –Martita. Tenía lo económico solucionado, se juntaba con sus amigos a jugar al truco. No tenía necesidad de mezclarse con nada. ¿La política?¡Puaj! con la gente que estaba gobernando. Cada uno debía defender y ocuparse de su interés individual, eso salva a cualquier país.

- Sí ¿Y?

- Eso dicen que dijo Adam Smith. Sigo. Hubo una noche que condenó a Juan a viajar por la eternidad. Hacía frío. La casa estaba cerrada. No se dieron cuenta de lo que pasaba fuera. Los copos lo cubrieron todo. Átropos, enloqueció cortando hilos. Hizo buena cosecha. Fue la invasión de los Ellos la que trajo la nube de humo (perdón) de nieve. Me duele la cabeza, debería alquilarme un equipo con oxígeno. Veo gente con ropa blanca y máscaras, es la nieve, son los Ellos, Juan observa desde la ventana esas finas partículas que se deslizan esa extraña nevada de dibujo animado que alimenta la parca.

No solo el aire, Juan. Hay corrientes subterráneas, tal vez sea la lava, o una grieta profunda que se abrió porque se quema algo debajo de nuestros pies. Tal vez sea que tiraron demasiados contaminantes resinosos a la cuenca del Puelches, dejamos pasar el tiempo, dejamos que hicieran, no sé bien qué es eso, pero ya no tenemos escapatoria. Y bue... Me duele la cabeza, debería alquilarme un equipo con oxígeno, ya no entiendo lo que digo.

Juan dijo Todo hasta donde se podía ver, se cubría de aquella nevada. Nevada irreal, mortal, terriblemente mortal…El primer desafío fue dejar la casa, lo hice en forma mecánica: todo mi ser estaba como encogido, aguardando de un instante a otro la violenta tiniebla que debía ser la muerte.

- ¿Qué quiere decir todo este disparate?

- Yo, esto quiere decir que hay buenas historietas, tal vez debiera decir historias que son de visionarios. H.O. lo supo decir. Tal vez yo debiera decir que la filosofía de aquella narración, la de la “dominación” se hizo carne en nosotros. Solo que no se trata de dominación extranjera llevada a cabo por extranjeros, sino que la hace el peor enemigo: nosotros mismos al servicio de…

- ¡Es inútil! Este discurso setentista resurge en la mente de los inadaptados, de los socialistas ingenuos, de los manipuladores de izquierda para la derecha de su bolsillo. ¡La culpa la tiene el gobierno!

- Yo, veo a los Gurbos, a los Ellos, a los cascarudos, el pavimento se resquebraja debajo de sus patas, las paredes de los edificios se ennegrecen. Yo, escuchame. Yo no puedo respirar. No lo Olvides, no te quedes en Silencio, si eres poeta recuerda a Mnemesis.

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Gracias, yo!!! No sé quien sos, leí algo de tu poesía. En este I/Eye trato de olvidarme que me cuesta respirar y que me duele la cabeza.

2 Comments:

Blogger yo said...

hay muchas cosas para olvidar.
este post no es una de esas.
hola, amy.

21 abril, 2008 12:51  
Blogger Amy said...

Hola, Yo. Gracias por recibir mi botella al mar.
En cuanto al silencio, hace mucho me ronda en la idea de un cuento sobre una persona que vive olvidando y que comente los mismos errores todos los días... Tal vez, el olvido sirva para tapar lo siniestro... No sé, tal vez. En este momento recuerdo la película "Memento" y en seguida contrapongo la carta de Guaman Poma de Ayala, dos extremos. Antes los poetas eran los dueños de la palabra sagrada, tenían a los dioses, eran la memoria de un pueblo. Hoy ni siquiera vemos o hacemos mimesis de la tragedia.

21 abril, 2008 13:51  

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