3.4.08

Cuento Chino (1)

Según cuenta una antigua leyenda china, un discípulo preguntó al Maestro:

“Maestro, ¿cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?”

El Maestro, luego de reflexionar acerca del carácter de la pregunta, lo miro fijo y le respondió “la diferencia es realmente muy pequeña, sin embargo tiene grandes consecuencias”.

El discípulo, sin entender demasiado, continuó mirándolo perplejo.

El Maestro entonces le dijo, “ven, te mostraré el infierno”. Juntos entraron en silencio a una habitación donde un numeroso grupo de personas estaba sentado alrededor de un gran recipiente con arroz, todos estaban hambrientos y desesperados, cada uno tenía una cuchara tomada fijamente desde su extremo, estaban hambrientos y desesperados, cada uno tenía una cuchara tomada fijamente desde su extremo que llegaba hasta la olla. Pero cada cuchara tenía un mango tan largo que no podían llevársela a la boca. La desesperación y el sufrimiento eran terribles, pero a pesar de contar con el alimento que podía calmar su desesperación, ninguno podía acceder a el.

Después de un rato de contemplar la escena, el Maestro le dijo al discípulo: “ven, ahora te mostraré el cielo”. Entraron en otra habitación, idéntica a la primera; con la msima gran olla de arroz en el centro, y un grupo similar de gente rodándola, y cada uno de ellos con cucharas largas (idénticas a las de la habitación anterior), pero en este caso todos estaban bien alimentados y felices.

Luego de un rato de contemplación, el discípulo rompió el silencio y dijo “no comprendo, ¿Por qué está la gente tan feliz aquí, mientras son tan desgraciados en la otra habitación si todo alrededor de ellos es igual?” El Maestro, entrecerró sus ojos, sonrió e hizo silencio durante un instante y luego dijo:”es que no te has dado cuenta aún? En el cielo han aprendido que para enfrentar las condiciones adversas es necesario cooperar, entonces se alimentas unos a otros”.

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(1) En Argentina, cuento chino equivale a algo que no se entiende. Después de releer este cuento, más de una vez, me pregunto por nuestro infierno de cada día, por los que no tienen qué comer, por los litros y litros de leche tirados, por el cereal arrojado en la ruta, por los pollos que murieron por falta de alimento, por el paro levantado porque dijeron tienen voluntad de dialogar y enmascaran que si no lo levantan pierden la cosecha (ya se les superpuso la de la soja y algo más)... me sigo preguntando por las tierras agotadas, desertificadas, las aguas contaminadas y la soja (plantita que no tiene la culpa) el glifosato bendito mezclado en nuestros alimentos de cada día, los trabajadores en "negro", los que le compran al dueño del campo, los que les pagan mal...
hoy me dijo un contador "ya sabemos lo que hace la soja, pero como me dijo alguien si vos podés ganar plata ¿no plantarías soja? Y yo creo que sí". (Se contesto de inmediato).
Entonces pensé "este es nuestro infierno".