31.12.11

Feliz Año

Y en cada comienzo está un hechizo

que nos protege y nos ayuda a vivir.



Debemos ir alegres por la tierra

sin aferramos nunca como a una patria;

el espíritu no quiere encadenarse.

Del poema Grados de H. Hesse

26.12.11

Navidad, Navidad, Navidad II

Sobre papanoeles y otras yerbas...

Llega diciembre y más de uno empieza con la lista de regalos, dónde vamos a ir a festejar, qué vamos a comer, la religiosidad queda flotando, tal vez, para unos la reunión sea un trastorno por el (o los) pariente (s) con el (o los) que no se quieren encontrar y para otros -entre los que me cuento- una oportunidad más de renovar vínculos con los afectos.
Navidad para mi tiene el sentido de reunirnos, compartir una mesa, brindar. Inconscientemente quiero creer en la renovación de la vida... sobre todo cuando después de las doce, y por segunda vez, te anuncian la llegada de un nuevo integrante en la familia. Para muchos esto puede sonar muy cursi, pero siempre vuelvo a esa remanida frase de "ser para la muerte" que llevamos impresa los humanos, aunque nos hagamos los distraidos y nos dediquemos a especular ¿quién, verdaderamente, a podido descular el sentido de nuestra presencia en este mundo?

Y de aquí y de allá, este año me vuelvo a cuestionar el sentido de la "orgía" de regalos en que nos vemos envueltos (marketing mediante) y empezamos por pensar que es un gastadero de dinero sin sentido. Hice el presupuesto, al final me enredé en lo común y me pasé un poquitín de la línea. Escuché que uno de mis yernos protesta (sobre todo por el vínculo cristiano de la navidad), una de mis hermanas del alma y una de mis hijas propusieron lo del "amigo invisible" para el año que viene...
Otra cuestión: la cantidad de comida, los efectos de la indigesta y los excesos con el alcohol (no es mi caso, porque la edad y mi hipocondría me impiden alejarme de una dieta equilibrada y tranquila). Sobra comida y me parece una de las tantas injusticias de un mundo desequilibrado. Decir esto en voz alta me sindica como perfecta aburrida y mejor nada de reflexiones serias porque eso es muy intelectual, molestoso y apestoso.
Hace años que me di cuenta que la dieta "light" (aunque más no sea a través de palabra y no de hechos) también adelgaza el pensar ¡Qué diferencia con los ´70! Nos pasábamos tratando de modificar el mundo usando "imaginación" + palabras y el mundo arrasó con nuestra manera de pensar.
Pero este fenómeno llamado Internet democratiza y permite que algunos desubicados -entre los que me encuentro- hablen de una navidad distinta y de un "papanoel" vinculado con el diablo, el hombre de la bolsa -que da miedito a los niños- sincretizado con el regordete de Coca Cola. Si alguien tiene ganas puede dar un paseíto por
el blog Factor 302.4 cuyo editor es Alejandro Agostinelli donde aparece algo así como:

Papá Noel, ¿pariente cercano del diablo?