30.12.06

Todo gira...todo fluye

“Alguien ha muerto. ¿Qué ha ocurrido? Tal vez nada y tal vez todo. Tal vez se trate sólo de dolor de unas pocas horas, días o quizás meses, y luego se tranquilice todo y continúe la vida anterior. Tal vez se desgarre en mil retazos algo que en otro tiempo pareció unido., tal vez pierda de golpe una vida todo el contenido soñado en ella, o tal vez florezcan nuevas fuerzas de nostalgia estériles. Tal vez coincida algo, tal vez se construya otra cosa, tal vez no ocurra ni lo uno ni lo otro, tal vez ocurran ambas cosas. ¿Quién sabe? ¿Quién puede saberlo?
Alguien ha muerto. ¿Quién era? Lo mismo da. ¿Quién sabe lo que era para el otro, para cualquiera, para el más próximo suyo, para el más extraño? ¿Estuvo alguna vez cerca de ellos? ¿Ocupó algún lugar en sus vidas? ¿Estuvo en la vida de alguien, en la vida real de alguien? ¿O fue sólo la pelota caprichosamente lanzada en sus sueños fracasados, el trampolín que lanza a alguien en alguna dirección, el muro solitario por el que trepa una planta eternamente extraña? Y si realmente fue algo para alguien, ¿qué fue para él, cómo y con qué? ¿Con el peso y la esencia de su peculiaridad, o con figuras de charlatán, mediante una palabra dicha inconscientemente o por un gesto casual? ¿Qué puede ser un ser humano para otro.
………………………………………………………………………………………………………….
Se acumulan las preguntas, acuden las dudas y las posibilidades liberadas giran en una ardorosa danza de brujas. Todo gira; todo es posible y nada es seguro, todo fluye: sueño y vida, deseos y realidad, temor y verdad, mentir negando dolores y enfrentarse valientemente con tristezas. ¿Qué queda aún? ¿Qué es seguro en esta vida?”
Georg Lukacs escribió esto pensando en el “Instante y las formas”.
Hoy lo transcribo pensando en tres ahorcados, juzgados por más de un centenar de crímenes.
Muchas personas, en el mundo entero, consideran inapropiada la pena de muerte. Sin embargo, la pena es llevada a cabo como medida ejemplar de castigo.
Prodi, el jefe de gobierno italiano hizo "un llamamiento para que prevalezca la sabiduría y la magnanimidad de los grandes. De hecho, ninguna culpa es tan grande que pueda llevar a un hombre a hacerse portador de la muerte de otro hombre". (Cito para no ser escrachada por hacer apología de los crímenes de un despota.)

¿Quién puede discutir los crímenes de Saddam? Creo que nadie. Pero ¿no fue este hombre otro producto (al igual que O. bin Laden) de gobiernos extranjeros necesitados de las materias primas de esas tierras, entre ellas el escaso petróleo? ¿Qué nada lo libra de su hijoputez? ¡Por supuesto! pero la ley del Talión ¿hasta cuando? ¿La venganza como signo de justicia no era de hace dos mil años antes de Cristo?
En nuestra Latinoamérica, intereses extranjeros, provocaron guerras (revisemos un poquito la historia), colocaron y quitaron gobiernos a su gusto y gana. Tuvimos 30.000 desaparecidos en Argentina. ¿Quién juzga a los que sostienen estos regímenes? ¿A los cómplices de adentro y de afuera? ¿Qué pena les cabe?
¿La ley no debería ser pareja para todos?
Noam Chonsky dice, en muchos de sus libros, que el principal terrorista en el mundo es el gobierno de los EEUU. En ese gran país tienen la pena de muerte ¿Quién los condena a muerte por las muertes que provocan con sus guerras? ¿Por sus manipulaciones político-económicas que matan a miles de personas?

"Un hombre ha muerto". Sí, no es novedad, todos los días mueren hombres, mujeres y niños… algunos por causas naturales, otros por causas que se dicen naturales, otros ejecutados por hombres que se erigen en dueños de la vida del otro, otros mueren porque se venga la muerte de quienes tomaron la vida de otros y así sucesivamente…
Cientos y miles mueren de hambre por manipulación y distribución inadecuada de los medios de producción. ¿Eso no es un crimen?

Alguien ha sido liberado, alguien y no sabemos exactamente ¿qué pasó? ¿Por qué? Tampoco lo sabremos con exactitud. Pienso en el mito del eterno retorno. “Todo gira, todo es posible y nada es seguro, todo fluye.”

27.12.06

¿Bueno/a o Mala/o?

Es buenísima/o, buena/o. Malísimo/a…Es un asco.

“Es buena/o. Es un bodrio”. Así solía opinar sobre una película, una exposición de arte, un libro. Hasta que me choqué con un artista plástico, a comienzos de los ’80, y me explicó “te gusta o no te gusta. Pero de ahí a que una exposición del CAYC sea mala… Es posible que no la entiendas”.

Cuando vi Solaris por primera vez me contagié de las opiniones de la gente con quien fui a verla y dije: “Es un plomo”. Quince años después asistí en la facu a un seminario sobre la “Representación en el cine”, que dio un crítico de cine, y saliéndose del programa tiró unas puntas sobre Solaris. Me quedé mirándolo, me dije: “¿Qué película vi yo? Quiero volver a verla.” Entonces la vi dos veces; realmente no es 2001 Odisea al espacio. Es otra cosa, cada toma es un cuadro, lo que el director quiso decir es difícil de aprehender, el cúmulo de simbolizaciones me dejan literalmente afuera, pero no volví a decir: “no me gusta Solaris”. Es así que una de mis amigas me invitó a despedir el año viendo una peli en el Museo de Bellas Artes “Vamos a ver El sacrificio de Tarkovski” dijo. “¡Aha! Ese ciclo se me pasó” respondí. Estaba cansada, llegué a las corridas al museo y cuando vi cuánto duraba la peli, me dije “¡150 minutos! no voy a aguantar. Voy a tratar de que no se note.” Y fue así que la peli terminó y yo me quedé con ganas de volverla a ver, de saber más sobre ese flaquito que hizo tan pocas películas. Le dije a mi amiga “Tonia ¿era mi impresión o había escenas que parecían jugar con LAS MENINAS? Las tomas eran verdaderos cuadros. Me movilizó las neuronas, traté de recordar lo que decía sobre representación Foucault. Recordé el museo de El Prado y algunos cuadros. ¿Estoy orientada o me deliré?” (Le pregunté porque ella es experta en pintura). Me dijo que había muchos detalles para descubrir y que lo mío no era disparatado.

Entonces recordé: a ese pintor que me dijo una vez “te gusta o no te gusta”, que Solaris también es de Tarkovski, la lectura de Las palabras y las cosas y a los muchos que conozco (sobre todo) que dicen que Memento, Matrix, El señor de los anillos, la 5ª Sinfonía, El Guernica (de Picasso) o las etc. son malísimas o buenísimas según su edad o cultura.

Y de andar de despedida en despedida del año me fui con mi amiga Sonia (mi hija mayor adoptiva, mi ex alumna) a la muestra de la escuela de Comedia musical de Darío (otro ex alumno). A mí no me gustaron algunas letras de las canciones, me hubiera gustado otra sustancia, pero como dijo Sonia “No digo que sea un espectáculo para ver todos los días, pero fue muy bueno.” Del mismo modo que me divertí en la clase abierta para clown donde actúo mi hija Euge… Y sinceramente puse cada cosa en su lugar, en su estilo.

En tren de cerrar un año viendo espectáculos, el cine no podía estar ausente; en compañía de Paula y Víctor nos fuimos a ver Niños del hombre (que no sé porqué yo rebautizo como “hijo de hombre”). Le pregunté en el camino a Pau por el cine de Tarkovski y le mostré el programa de de MBA. Me comentó: “No vi mucho cine de él. Ese libro Esculpir en el tiempo ¡qué bodrio!” Mi sincera respuesta fue “¿Lo tenés? ¿Me lo prestás? Lo poquito que leí me encantó.” “-¡Claro! ¡Cómo no te va a gustar! Si vos escribís retorcido como él.” (sic)

Por otro lado, confirmé que me gustaría escribir algo como Niños del Hombre. Le comenté a Víctor: “Esto es lo que visualizo como futuro, no es esta historia, pero sí el contexto. En este estilo me gustaría narrarlo. Pero sé que no es una historia que guste, porque hay narraciones que la gente prefiere ignorar. La de los hombres como una enfermedad del planeta, por ejemplo”. Muchas veces escuché “Al cine voy a divertirme. El arte no es para pensar, ni para complicarse.”

Y entre tantos recuerdos me acordé de alguien que leyó un textito mío (el post de Navidad) y me dijo “No te entiendo” Y yo sé que eso es = NO ME GUSTÓ (por decirlo finamente).

En mi pueblo, cuando era chica, había un dicho “sobre gustos no hay nada escrito, decía una vieja que se comía los mocos.”

24.12.06

Felicidades










Que la sonrisa de Nico los contagie











Que un ángel custodio les traiga paz.
Que la magia de estos días los acompañe todo el año.




















Y digo yo después de las fotos ¿quién va a leer lo que sigue?
Hemos llegado a fin del 2006. Miramos el almanaque, ha perdido sus hojas como si fuera un árbol que llegó al fin del otoño. Si siguiéramos con este paralelismo, podríamos decir que estamos en la antesala del invierno, tiempo en que la naturaleza dormita para despertar en primavera. Esta analogía sería perfecta si estuviéramos en el hemisferio norte y nos emparentaría con las religiones precristianas. Más allá de las discusiones sobre el sincretismo de las fiestas solar Natalis Invicti o las de la religiones mitraicas, de la política de la Iglesia primitiva de absorber en lugar de reprimir los ritos paganos existentes, que desde los primeros tiempos habían celebrado el solsticio de invierno y la llegada de la primavera. etc. etc. en esta época, en nuestro país, hasta las empresas hacen un alto y toman una fotografía de su historia en un balance. Podríamos decir que cada uno de nosotros, en forma más o menos prolija miramos para atrás nuestro año y, con mucho esmero o superficialmente, hacemos algunos cálculos entre el debe haber y no hay. ¿Qué fue lo bueno de este año? ¿Qué resultados tuvo nuestro tiempo invertido en…? ¿Qué cambios debemos hacer? Nos disparamos hacia el futuro, programamos (o presupuestamos) el tiempo por venir. Pero dentro de esta vorágine el “espíritu de Navidad nace en nosotros” más allá de nuestras creencias. Abundan las sonrisas, los abrazos fraternos, los buenos deseos, el ambiente de paz y tranquilidad (hasta en las guerras se han hecho pactos de no agresión para estos días). Aunque no hay explicación científica, para este estado de ánimo, desde el punto de vista psicológico, muchas personas manifiestan predisposición para ser felices ante el término de un año y el inicio de otro.
Es bien cierto que en estos tiempos nos encontramos con el dilema de consumir o compartir, numerosos locales de ventas exhiben productos navideños y otros que no lo son, pero nos hacen creer que sí, con el afán de incrementar las ventas. Compramos regalos, hacemos regalos, nos estresamos en un trajinar de compras, salidas, reuniones… y, quizás, nos olvidamos de agradecer y compartir la fortuna de estar vivos, de tener familia, amigos, salud, trabajo, casa y alimento.
Más allá de los adornos y de las luces de fin de año, el lucimiento personal, el derroche y la apariencia, que estas fiestas sean “ocasión para abrir el corazón y que brillemos, no para adornar escenarios, sino para disipar la sombra de la tristeza.”
A quienes les llegue esta botella al mar, le deseo que la magia y felicidad de estas fiestas los acompañe todo el año.

20.12.06

Nicolás y los libros














Nico y el abu, mirando los cuentos de la Colección Hola Nico. Tenía cuatro meses.








Nico ya mira solito los libros que le regaló la tía Pau
( 4 de Noviembre 6 meses)















Dicen que los primeros años de vida son fundamentales para la vida de una persona.
Cuando mi sobrina Evangelina tuvo a la hermosa Jazmín, unos meses después fui a visitarla a Río Negro, le llevé un regalo al estilo de lo que ella siempre quería, ropa. Ella me miró y me dijo: "¡Ay! tía yo esperaba que le regalaras libros." Resulta que Evangelina nunca quiso que le regalara a ella libros y no quiere que eso le pase a su pequeñá. Sorprendida le dije que fuéramos a una librería y que eligiera un par de libros para su niña.

A Celes, la mamá de Nico, no le disgustaban los libros, pero no compartía ciertas cuestiones sobre la importancia de la educación fuera de escuela. Ahora que es mamá piensa que la lectura es importante en el desarrollo intelectual de Nico. Así es que el peque se familiariza con el objeto libro desde muy chiquito. Tiene libros de plástico, de tela, de tapas duras, de hojas acartonadas, con texturas y de los otros (los comunes). Las fotos dan fe que a él los libros, por ahora, le gustan. El marketing infantil fideliza a las personas desde chiquitos. Je!

En estos días

Celebraciones y sincretismo del cristianismo con otras religiones

“Entre los dioses de origen oriental (…) se encuentra el antiguo dios persa Mitra. La popularidad inmensa de su culto atestiguan los monumentos que nos ilustran de ello y que se iban encontrando con profusión por todo el Imperio romano.”
Tiene muchos puntos de semejanza con el cristianismo. Cuestión que no agradó demasiado a los doctos cristianos.
“De igual modo, a lo que los conquistadores españoles de México y Perú les pareció que muchos de los ritos paganos nativos no eran más que falsificaciones diabólicas de los sacramentos cristianos. Con más probabilidades, el investigador moderno de religiones comparadas señala tales semejanzas en el trabajo independiente y semejante de la mente del hombre (…) [al intentar] profundizar en los secretos del universo (…) y sus misterios.
La religión mitraica posee también “un ritual solemne con aspiraciones de pureza moral y esperanza en la inmortalidad.”
Dentro de estas semejanzas, se puede decir que la Iglesia Católica se apropió de la fiesta de Navidad de otras religiones.
El 25 de diciembre, se consideraba como la natividad del sol, por razón de comenzar los días a alargarse, acrecentándose su poder desde ese momento crítico. En Siria y Egipto, en el ritual de la Navidad los celebrantes salían a medianoche gritando: ¡La Virgen ha parido! ¡La luz está aumentando! Aún más, los egipcios representaban al recién nacido sol por la imagen de un niño que sacaban al exterior para presentarlo a sus adoradores. Si duda, en el solsticio hiemal la Virgen que concebía y paría un hijo el 25 de diciembre era la gran diosa oriental que los semitas llamaron Virgen Celeste o simplemente la Diosa Celestial; en los países semíticos era una forma de Astarté.
Mitra era identificado con el sol.
“Los evangelios nada dicen respecto a la fecha del nacimientote Cristo, y por esta razón la Iglesia no lo celebraba al principio. Sin embargo, pasado algún tiempo los cristianos de Egipto acordaron el día 6 de enero como fecha de Navidad y la costumbre de conmemorar el nacimiento del Salvador en este día fue extendiéndose gradualmente hasta el siglo IV, en que ya estaba universalmente establecida en el Oriente. Pero la iglesia occidental , que hasta finales del tercer siglo o comienzos del cuarto no había reconocido el 6 de enero como día de la Navidad, adoptó el 25 de diciembre como verdadera fecha y esta decisión fue aceptada después también por la iglesia oriental. En Antioquia el cambio no se introdujo hasta el año 375 aproximadamente.
¿Por qué las autoridades de la Iglesia tomaron el 25 de diciembre como fiesta de Navidad? Dice un escritor sirio cristiano: “La razón de que los Padres transfirieran la celebración del 6 e enero al 25 de diciembre fue ésta: era costumbre de los paganos celebrar en el mismo día 25 de diciembre el nacimiento del sol, haciendo luminarias como símbolo de la festividad. En estas fiestas solemnidades, tomaban parte también los cristianos. Por esto, cuando los doctores de la iglesia se dieron cuenta de que los cristianos tenían inclinación a esta fiesta, se consultaron y resolvieron que la verdadera Navidad debería solemnizarse en ese mismo día, y las fiesta de la Epifanía en el 6 de enero. Por esa razón, y continuando la costumbre, se siguen encendiendo luminarias hasta el día 6”

El objeto de esta transferencia claramente obedece al deseo de transferir la adoración al sol hacia Cristo.

Los ritos de Pascua[1] que se celebraban en Grecia, Sicilia e Italia Meridional tienen similitudes con los ritos de Adonis. En este caso se trata de la Pascua de resurrección

De La rama dorada - Sir James George Frazer
---------------

En estos tiempos que miramos la superficie y nos olvidamos de las raíces, en que la palabra “cambio” aparece ronroneada suavemente como si fuera a convencernos con su gesto felino de la necesidad de olvido y rechazo a todo lo pasado; en que la palabra “cambio” es cacareada por los avisos publicitarios para llevarnos a cambiar el televisor, el celular, la máquina fotográfica, la ropa, etc. etc. a pesar de estos cambios, nos enlazamos con nuestros ancestros en un sinnúmero de festividades de las cuales hemos perdido los orígenes. Es así que las celebraciones y festejos de estos días no son más que restos de un pasado metamrfoseado, desconocido y los símbolos se han vaciado de contenido en el afán del consumo, pero quiero suponer que siempre hay otra vuelta de tuerca, un resto que hace a la diferencia.
A partir del solsticio de invierno la luz solar alumbra más tiempo en el hemisferio norte, hasta el solsticio de verano que el sol alcanza su cenit en el punto más alto para comenzar los días a acortarse nuevamente. (He aquí que vivo en el hemisferio sur, donde ocurre lo contrario.) Para las culturas agrícolas este acontecimiento alrededor del 21 de diciembre era un acontecimiento vinculado con el renacer de la vida. Esta simple observación dio lugar a grandes festejos desde tiempos remotos, se celebraba la fecundidad, la vegetación, el vino. Así en Grecia el culto a Dionisios marca un ciclo que comenzaba el 24 de diciembre hasta la Pascua de Resurrección en primavera (más o menos a fines de marzo o abril). El mundo subterráneo controlaba la fertilidad y se tomaba un descanso para primavera.
De la fecundidad celebrada por los campesinos, con el avance de la vida en grandes ciudades, inclinamos la balanza al deseo de prosperidad y riqueza, el último paso es el incremento de compras y ventas, fieles a la mitología del consumo.
La permanencia de los mitos y rituales en la vida de los hombres es harina de otro costal, quizás en algún momento pueda elaborarme una transitoria explicación, pero como en esos temas para los que no tenemos una respuesta última prefiero el ritual de las fiestas, aunque pueda sonar frívolo. Eso sí, me gustarían sencillitas, bajarme del enredo en que me confundo con los demás.
De este modo el árbol en mi casa es esperanza, generación y regeneración del de la vida. Por su forma vertical une los tres planos del mundo: lo subterráneo, terrestre o de manifestación y lo superior. Sus luces son por analogía fuego, tienen sentido mediador entre formas en desaparición y formas en creación.
Frazer recoge muchos ritos en los que las antorchas, hogueras, ascuas y aún cenizas se consideran con virtud para provocar el crecimiento de las mieses y el bienestar de hombres y animales, y la luz o el fuego tienen finalidad purificadora. Y si en tiempos remotos en el rito se recuperaba el tiempo sagrado, bueno sería que la luz nos librara de las tinieblas que los propios hombres nos procuramos. Y si los dioses del Olimpo, del cielo o de vaya uno a saber de dónde, nos han abandonado, o creemos que los hemos abandonados, reemplazándolos por otros llamados: poder, fortuna, fama, profesión, competencia, éxito… como en tiempos de guerra, me gustan las treguas. Esas que nos hacen reflexionar, que nos da el valor vital de un gesto, de un abrazo, del alimento compartido, de sentimientos en común…

-------
[1] Cada una de las solemnidades del nacimiento de Cristo, del reconocimiento y adoración de los Reyes Magos y de la venida del Espíritu Santo sobre el Colegio Apostólico.

13.12.06

Sin pena ni alegría

Mi sobrina me mandó un obituario de hurras, escrito por un poeta conocido. Y no sé qué decir del texto, pero sí sé que: si quiero ser diferente a los genocidas creo que no es necesario festejar sus muertes. Murió como cualquier mortal. Es el final del camino que todos tenemos. ¿Hay justicia más allá? No sé. No conozco a nadie que haya venido a contarnos. Me hubiera gustado que antes de que partiera lo hubieran juzgado en la Tierra.
No sé realmente qué es la muerte, la defino por contraposición: "es lo que sucede cuando no hay vida". No quiero festejar su muerte. Quiero festejar la vida. Los antiguos Incas tenían una costumbre sensata: "quien no había realizado bien su obra como gobernante no formaba parte de la historia".
F.G. Lorca escribió que en España "nadie está más vivo que después de su muerte", el culto de recordar a los muertos... "sombra terrible voy a evocarte" escribió Sarmiento y Facundo sobresalió entre los demás caudillos. Es recordado por la memoria, la manipulación del discurso que hicieron sobre él.
Siempre digo que las personas que quise viven en mi recuerdo. Las que no, las olvido. Si algo debo aprender de unas y otras, de las buenas tomo su ejemplo de las indeseables: trato de no cometer sus errores u horrores.
Otra cosa que me sucede, es pensar si odio, si erijo a un indeseable como mi enemigo... si le doy estatus de individuo con el que tengo que polemizar ¿no le estoy reconociendo un lugar en la polémica? y ¿cuánto de él en mí hay? ¿Cuánto de mí, en él? Por las dudas, el camino que elijo es la indiferencia. Lo opuesto al amor no es el odio, es decretar la no existencia.
Gracias a la vida, gracias a V. Parra, gracias a Neruda que me dieron tanto... Un día crucé los Andes sólo para ir hasta Isla Negra. Tenía que hacer un texto reflexionando sobre la poesía de Neruda, elegí Memorial de Isla Negra y allí me fui. Lo comenté mientras almorzaba en un restaurante chileno, a orillitas del Pacífico, y algún chileno me miró torcido. Recordé ese lejano 11 de septiembre (que pocos recuerdan) y ese marzo de adioses, la pena que Pablo, el poeta, se nos fuera, supe por sus biografías que no era un dechado de virtudes... que era tan solo un hombre, pero su poesía aún vive en mí y "la tierra se llama Juan" me llevó a indagar en la inversión del nombre de Adán y dije “he aquí como la estética es ideología en sí misma, y también es bueno cantarle a la cebolla. ¡Qué tanto! Más esa lluvia finita como agujas, esa lluvia austral de Confieso que he vivido se desliza ante mis ojos. Prefiero recordar a los otros... prefiero otro volver a mi corazón, prefiero otros obituarios, aquellos que cierran duelos por los que no están.

11.12.06

Cada día una historia

Cierto es que cada quien protagoniza una historia, no sé si los hados, los dioses, los padres, la familia, los maestros contribuyen con el camino que cada quien sigue. ¿Está en nuestra naturaleza la tragedia o la farsa? ¿La alegría o la tristeza? Creo que todavía la ciencia no ha determinado con exactitud lo que podemos hacer con nuestras vidas. Cierta vez leía sobre nuestro cerebro y la metáfora computacional, nuestra inteligencia preprogramada y el aprendizaje como reprogramador o procesador de los estímulos que recibimos a diario. ¿El software y hardware dependen de las circunstancias? ¿y los cognitivos qué decían?

Miro y recuerdo, una y otra vez, a Nicolás. Está en el andador o en el corralito, dando vueltas, feliz se sostiene de los bordes y camina alrededor, alterna una mano con otra, tiene sólo seis meses, madura aceleradamente, cuando se cansa se cae acostado, la mamá le enseñó que no es nada, le sonríe, le habla y él transforma su cara en una gran sonrisa. El sábado, se quedó dormido entre el abrazo del abuelo y mis mimos. Había ruido, pero él estaba protegido por todos lados. Cuando lo miro le deseo, con cada milímetro de mi ser, que tenga una buena vida, que pueda disfrutar de los pequeños detalles, que no lo malcriemos con nuestros rayes. Confío en su mamá, que cada día me enseña un poco más sobre el “arte” de ser madre. (Insisto: eso del “instinto maternal” es para mí cada día más que dudoso)

Cuando tuve mi primera hija, Paula, entre mi papá y Víctor me trajeron libros para que leyera. Uno era sobre el primer año de vida, de Spitz. Me impactó el concepto de marasmo u hospitalismo, la fotografía de una criatura llorando como si fuera una viejecita.

Hace tres días miraba desganada la tele, la reacción que me provoca una de las pastillas (que me resetaron) me pone un poquitín mal, me enganché con una peli ya empezada, UNA VIDA CADA DÍA (dirigida por Tim Hunter. Con Danny Glover, Matt Dillon)
Es la historia de Matthew, un joven esquizofrénico, Mathew, fue abandonado por su madre (no sé cómo, porque esa parte no la vi, tampoco sé si esa parte está narrada) se encuentra en la calle cuando una topadora derriba el edificio donde vive. Como es previsible, su situación empeora, va a parar al Refugio para Hombres en Washington, es amenazado por un matón. Allí lo ayuda un veterano de la guerra de Vietnam, quien acoge a Matthew como si fuera su hijo. A pesar del nuevo camino, que pareciera encontrar junto a los sin hogar, no logra escapar a la maldad e indiferencia de los otros.

De inmediato asocié esta película Río Místico y Million Dollar Baby de Clean Eastwood. Me preguntaba a partir de las narraciones que afirman que nadie puede “zafar” de las garras del destino, si todo estará escrito antes de nuestro nacimiento.
En Río Místico, un niño es secuestrado, abusan de él y esto lo marca por el resto de su vida. Su rechazo obsesivo hacia los pedófilos lo persigue y lo convierten en sospechoso de un crimen que no ha cometido; finalmente lo matan por algo que no hizo.
La chica del millón no puede escapar a su “destino”, persigue el sueño americano a los golpes, lo hace en forma limpia hasta que otra mujer, en forma “sucia”, la condena a la parálisis total y sus familiares (la madre entre ellos) sólo buscan el dinero que puede dejarles.

La vida está llena de pequeñas historias, las narraciones de ellas llegan más a la sensibilidad de las personas cuánto son mejor contadas, pienso o trato de pensar. Recordé a una profesora de literatura explicando la vigencia de lo trágico en el teatro y trasladado al cine. Casi siempre me enredo en la función del teatro para los griegos, me causa gracia cuando la gente cree que ha evolucionado y, en muchos sentidos, nos encontramos sin haber resuelto las preguntas elementales sobre nuestro aquí, ahora y para qué de nuestras vidas.
Lo que me impactó y me impacta de estas historias es cómo fueron capaces de captar lo que está fuera de ellas, la “realidad” y plasmarla con cierta belleza.

Estaba en estas reflexiones cuando llegó S. (persona que viene a ayudarme un poco en casa y a quien tratamos de ayudar con mi hija Pau) y le pregunto cómo está la hija que espera un bebé. Me cuenta que bien, me aclara que en realidad no espera un nieto más, sino “TRES”. “Bueno, uno es nieto por adopción.”
La miro sorprendida, se trata de una jovencita que fue criando junto a sus hijas, la otra es su nuera. Le digo a S. que a ella siempre le sobra corazón para hacerse cargo de los demás. Y no sé cómo me dice que la jovencita (de 20 años) es hija de su nuera.
Entonces, temiendo la respuesta, le pregunto
- ¿Cuántos años tiene tu nuera?
- Treinta y dos.
Nos miramos.
- La tuvo a los 12 -digo despacito con asombro.
- Sí, la violó el padrastro. Por eso no pudo hacerse cargo de su hija, en realidad nunca quiso ser responsable de ella.
Esta hija adoptada tiene una historia con un joven que no pinta nada bien. S. quiere protegerla como sea.
La miré a S. es tan buena persona, es como una locomotora arrastrando mil historias, ayudando, a sus hijas, a su hermana, a su mamá, a la gente del barrio… Cuando el tiempo le alcanza (y no sé cómo) va a un centro solidario. Es habilidosa… vive por y para los otros.
Esta es una de las tantas historias de cada día con las que nos encontramos y a la que no supe dar la belleza que hubiera querido.

10.12.06

En este país

Hay en el lenguaje vulgar frases afortunadas que nacen en buena hora y que se derraman por toda una nación, así como se propagan hasta los términos de un estanque las ondas producidas por la caída de una piedra en medio del agua. (…) Una frase (…) sobrevive siempre entre nosotros cuya existencia es tanto más difícil de concebir cuanto que no es de la naturaleza de [esas] que sirven en las revoluciones; (…) la frase que forma el objeto de este artículo se perpetúa entre nosotros, siendo sólo un funesto padrón para los que la oyen y los mismos que la dicen; así la repiten los vencidos como los vencedores, los que no pueden como los que no quieren extirparla; los propio, en fin, como los extraños.
En este país… ésta es la frase que todos repetimos (…), frase que sirve de clave para toda clase de explicaciones, cualquiera que sea la cosa que a nuestros ojos choque en mal sentido. ¿Qué quiere usted?, decimos, ¡en este país!”

Este texto, tan cercano a nuestra costumbre de decir “este país” para referirnos a la Argentina, lo escribió Mariano José de Larra, en Siglo XIX, refiriéndose al modo como nombraban a España sus compatriotas.
En la lengua (o idioma), concebida como sistema, cada elemento es lo que los otros no lo son, al decir “este” hemos hecho una elección dentro del sistema y no es lo mismo decir “mi”, “nuestro”, “un” o “este” o lo que sea. “Este”, según los especialistas de la lengua, es técnicamente un deítico, una palabra que llena su significado dependiendo del contexto, un “fantasma” sin significado propio, pero cuando usamos “este” ponemos cierta carga despectiva, un no hacernos cargo. Si no fuera así ¿Diríamos “este padre” o “este hijo” si sentimos por ellos afecto?
En algún rincón nuestro nos reconocemos o nos llamamos argentinos, pero transmitimos un sentimiento de extrañeza, nos conducimos como extranjeros, meros huéspedes de una tierra generosa. ¿Será herencia que nos dejaron nuestros ancestros?

Un escritor mexicano dijo cierta vez “los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos”. ¿Tenía razón de decirlo? Llevamos más de un siglo desde la última gran inmigración europea, ahora se incorporan otros “hombres y mujeres de buena voluntad” y, mientras en otros países los inmigrantes intentan obtener, para su orgullo y beneficio, la nacionalidad del país que adoptan, en la Argentina parece no ocurrir esto. Y si no ¿cuántos hacen trámites para obtener la nacionalidad de los abuelos y poder disparar a otras tierras ni bien tengan oportunidad?
Cuando nos referimos a la Argentina como “este país” es factible que resuene el artículo de Larra refiriéndose a su España, pero hay mucho más.
La pregunta que podemos hacernos es ¿existe la identidad argentina? Sí, es cierto que en estos tiempos postmodernos la mismísima palabra identidad está puesta en duda. No obstante, más allá de la concepción de identidad que se tenga, sería bueno pensar en el ser argentino, en un amar el lugar en que vivimos, en tratar de hacer que la convivencia fuera mejor. El cambio que se debe generar en nosotros es un desafío, toda una generación deberá mudar sus actitudes, valores y creencias. Puede ser todo esto muy difícil, pero bien podríamos empezar por lo menos con el discurso, con aquello que decimos. Es bien cierto que la patria no es poner una bandera en un balcón, sacarla a relucir para el mundial, gritar Argentina… Es un ejercicio cotidiano y complejo que no se soluciona en cambiar una palabra por otra. Pues si bien la frase puede considerarse una cuestión menor, la importancia del lenguaje radica en que estructura nuestro pensamiento y es el modo en que lo comunicamos a los otros. El “este país” es un diagnóstico (signo en el discurso) de nuestra conciencia. Entonces ¿No será cuestión de empezar a llamar las cosas por su nombre? La Argentina no es “este país”, es NUESTRO PAÍS. Sí, así, en mayúsculas. Al ser nuestro quizás aprendamos a cuidarlo.


Después de escribir esto, escuché en CNN sobre la guerra civil en Irak, en cómo siempre se habla de las muertes de los soldados estadounidenses y no de las 600.000 personas que murieron como consecuencia de las disputas internas. Disputas que fueron instigadas por los EEUU. La comentarista decía sobre la necesidad de una salida elegante para que los EEUU saliera de Irak. Hizo hincapié en la pérdida de unidad del país y la necesidad de promoverla.
Cuando veo cómo un grupo de jóvenes destruye un lugar bailable, en represalia por la muerte sin sentido de un joven que quiso entrar a ese lugar, cuando la violencia está latente en las canchas de fútbol, cuando los marginados de cierto bienestar se están cansando del lugar que les tocó, les fue asignado, lo heredaron o vaya uno a saber qué, cuando los “arreglos” entre la cúpula política es más que vergonzosa… me pregunto ¿cuánto nos puede durar esta paz aparente?

6.12.06

SERÁ JUSTICIA

Si sos un pobre joven y vas en moto, en esos días encontraste un trabajo –te pagan poco- pero tenés esperanzas ¿pensás en cuánto vale tu vida? Vas a seguir estudiando, pensás en que las cosas pueden cambiar. Entonces un auto o una camioneta, o un distraído, o un imbécil, o vaya uno a saber qué; motorizado en algo mayor te atropella y dejás de respirar, tu vida se apaga cuando menos lo esperás… y tus padres te lloran, deciden ir a juicio. ¿Por qué? Porque es la única forma de cobrarse el consuelo, la bronca, el dolor, la venganza, lo material, la ignorancia y el enredo con el abogado que lo lleva más allá frente a la compañía aseguradora, frente a ese que se llevó tu vida.
Y los jueces “imparciales” pusieron un número a tu vida $ 8.000. OCHO MIL porque no estudiabas, porque el lucro cesante no da para más ¡¿?!
El abogado de tus padres dijo que eras un chico sano, que no te drogabas, que no te alcoholizabas, que ibas a seguir estudiando… Pero creo que se olvidaron de muchas cosas…
¿Quién puede decir cuánto vale que estés sonriendo entre tus amigos, tu familia, tus conocidos? ¿Quién?
¿Quién puede decir qué ibas a hacer?
Mi madre terminó su primaria después de los cuarenta.

Empecé mi segunda carrera a los cuarenta años, después de tener cuatro hijas. Entre mis compañeras había una mujer de 60 años que quería terminar el sueño de toda su vida: licenciarse en filosofía. Le faltaban cinco materias, cuando al conocí, estudiaba junto a su hija. La vida le había negado seguir esa carrera cuando joven. De estos ejemplos había muchos, Mirian a la que de joven habían exonerado en la secundaria, terminó el bachillerato y la licenciatura en letras después de los cincuenta…

No hay duda que nadie puede valuar cuánto vale la vida del joven santafesino al que atropellaron mientras manejaba una moto. Convengamos hay culpabilidad o no la hay por parte del conductor, pero de ahí que la indemnización la calculen porque no estudiaba…
¿Será justicia?
------

Hace unos diez años un taximetrero atropelló a una de mis hijas con su auto. En la declaración que nos tomaron en la comisaría me preguntaron si iba juicio civil. Pregunté si había otra instancia. Quería saber si había culpa del conductor, mi hija estaba cruzando por la esquina y la habían atropellado. Según una testigo el golpe había sido casi por detrás. "Ella no tiene ojos en la espalda" dije. No quise dinero, solo que lo penalizaran. "La cuestión no pasa porque un seguro te pague". Me dijeron que lo económico era lo único que les dolía. En ese momento le habían impedido manejar, supongo que eso era quitarle su fuente de trabajo.

Cuando me caí al bajar de un colectivo, el año pasado, el colectivero se preocupaba por la cobertura del seguro. Yo sabía que la responsabilidad de él era mínima. Mi problema pasaba por otro lado. Le dije que se quedara tranquilo, que yo no iba a hacer nada, pero que no iba a ir al hospital, que iba a llamar a la prepaga. Él no se movía de mi lado, pero no por solidaridad, simplemente por los problemas legales que le pudieran surgir. Tiempo después un par de personas me preguntó
-¿Por qué no fuiste a juicio?
-Creo que no habría sido honesto –respondí.
Un poco más y me declaran idiota, estúpida total. Sabía que mi caída tenía que ver con mi salud y no podía tirarle el fardo al otro, aunque eso luego terminara en una compañía de seguro.

4.12.06

¿Quién soy?

En el texto que escribo soy un nombre donde le cuerpo está ausente. En una fotografía soy una imagen que fue en un instante, con cara sonriente o triste. Diría no soy fotogénica. Muchas veces sentí deseos de romper todas las fotos porque no me gustaba como fijaban mi expresión, también renegaba ante la persecución de mis hijas con sus camaritas.
Hace casi un año estábamos revolviendo, en la casa de mi padre, una valija llena de fotografías. Entonces empecé a decir “era linda”. Una de mis hermanas se sintió molesta por tal afirmación. Lo que ella no sabía era lo que pasaba en mi cabeza. Cuando yo tenía esa edad me veía más bien “fulera”. Me habían dicho “linda no sos, te defendés bastante bien”. Lo grave de esta afirmación era que me la dijo alguien que jugaba de noviecito mío y del que yo tenía una imagen totalmente diferente. Como era inevitable, poco tiempo después nuestra relación terminó, pero la frase quedó colgada de mi cuello, como en una fotografía tomada a un presidiario con su número de interno. A partir de allí miré otras fotografías y mi percepción se modificó. Sí, es cierto no salgo bien en las fotografías, es como si el artefacto del infierno capturara más de lo que todos pueden ver. Mis estados de ánimos aparecen allí retratados, sobre todo en las vacaciones. Mi ser persona deja caer la “máscara que la representa”, muchas veces aparece un yo mustio, desanimado en el marco de una geografía exuberante, tal vez una cara antipática y fanfarrona de un aquí debo representar “todo está más que bien”, tal vez un “¿qué hago sacándome esta foto?
Soy una imagen que me abandonó, la flaquita, joven, tal vez bien pensada, con ganas de trabajar en pos de un futuro propio y del mundo. Ahora, además de unos cuantos kilos más, me ronda el “ahora las cosas son así, hay tanta corriente en contra que no tiene sentido luchar en minoría”. Cuando se den cuenta será tarde, tal vez sí o no ¿quién lo sabe? El papel de la mala ¿me cabe? Conjeturo que construyo un escudo de indiferencia para que no me duela la palabra que sueltan porque sí. Ya no juego a tratar de convencer a alguien para que se cuide, ¿Querés reventarte fumando? Bueno, hacélo (si fuma delante de mí, trato de alejarme para no aspirar su veneno ¡total! yo ya dejé) ¿No te alcanza el dinero? Mirá ¡qué cosa! (silencio premeditado, no ofrezco ni un mango en préstamo ni de regalo). A veces sí, me sigue esa cosa pegajosa de la culpa ¿cómo vas a gastar en eso si tal no tiene lo indispensable? A veces me sale pensar: si lo necesita, que me lo pida. A veces no le alcanza porque no cuida y abusa… No es mi tema. Se siente mal, está sola/o ¡Qué cosa! Le fue mal en la prueba, si no lo aprueba no tiene el trabajo, si no… Entonces me sale una sonrisa de compromiso, dentro mío ni siquiera aparece el “¿no estudio? ¡Que se joda!” Pienso que deberá cumplimentar el trámite y dar lo que tiene que dar. Antes el enamoramiento con mis alumnos me llevaba a cruzar más de una línea. Hoy las líneas están demarcadas con muros sólidos en espera de una jubilación. Esa indiferencia hacia el otro me corroe, es un cáncer que me asfixia y no encuentra canal aceptable.
Alguna vez se ofendieron porque ayudé más de la cuenta o no ayudé o reclamé devolución de algo, en otros me pidieron más de lo que quería o podía dar. Tal vez no supe decir. Bueno, esa soy yo. La que no sabe decir, la que se enreda en la maraña de “palabras que no son las cosas”.
Y he aquí que mi nombre es tal y lo escribo, lo doy, lo hago saber y me olvido de la tradición egipcia, la que dice que “si el otro tiene tu nombre tiene poder sobre vos”. Y cuando recuerdo eso busco libros para ver si encuentro dónde carajo leí eso.
Digo en la Biblia está escrito.
No, Borges decía algo.
Y me pongo a releer en forma anárquica lo que creo que leí en algún libro, resulta que allí no está escrito lo que busco. Entonces reparo que todo alimento se procesa y los del espíritu también. Los libros, la palabra del otro, el contacto con el mundo es la información que se convierte en representación en mi memoria, es la base de mi imaginación, el dato previo para resolver alguna situación presente o futura, tal vez no sea más que un espejo de ilusiones innecesarias o irrelevante para el mundo.
Entonces me río cuando descubro qué significa decir “soy la/el que soy”. Busco la Biblia que era de mi madre y leo: “-¿Cuál es su nombre? -Yahveh, respondió Dios.” ¡Ah! Veamos lo que se interpreto en la nota al pie. Si Yahveh tiene en sí el verbo “ser” y, según dicen los expertos, significa “Yo soy lo que yo soy” y esto quiere decir que dios no quiere revelar su nombre; pero precisamente Dios da aquí su nombre de esa forma “Yo soy el que es” que quiere decir “soy el existente” o “Aquel que es, que era y que va a venir, el Todopoderoso.” UAHUUU!!!! Mirá vos, el que leyera que digo “soy la que soy” puede pensar que soy pedante, jactanciosa, presuntuosa, soberbia, vanidosa, etc. etc. y cualquier otro sinónimo o que me creo Dios.
Gran problema, este el de las palabras, Si “soy la que soy”, en otra lengua, puede traducirse como “Yahveh”, más que endiosamiento sería ignorancia ¿o inconsciente colectivo?

Borges cita a León Bloy, a propósito “Del Culto de los Libros”, “No hay en la tierra un ser humano capaz de declarar quién es. Nadie sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué corresponden sus actos, sus sentimientos, sus ideas, ni cuál es su nombre verdadero, su imperecedero Nombre en el registro de la Luz… La historia es un inmenso texto litúrgico, donde las iotas y los puntos no vales menos que los versículos o capítulos íntegros, pero la importancia de unos y de otros es indeterminable y está profundamente escondida” (L’Ame de Napoleón, 1912). El mundo según Mallarmé, existe para un libro; según Bloy, somos versículos o palabras o letras de un libro mágico, y ese libro incesante es la única cosa que hay en el mundo: es, mejor dicho, el mundo.”
------
Libro: de liber, libri, conjunto de capas fibrosas que forman la parte interior de la corteza de las plantas dicotiledóneas. Materia sobre la que se escribía antiguamente. Tal vez, no sea yo más que un conjunto de capas compuesta de palabras. Un libro pequeñísimo en la biblioteca del mundo.