6.12.06

SERÁ JUSTICIA

Si sos un pobre joven y vas en moto, en esos días encontraste un trabajo –te pagan poco- pero tenés esperanzas ¿pensás en cuánto vale tu vida? Vas a seguir estudiando, pensás en que las cosas pueden cambiar. Entonces un auto o una camioneta, o un distraído, o un imbécil, o vaya uno a saber qué; motorizado en algo mayor te atropella y dejás de respirar, tu vida se apaga cuando menos lo esperás… y tus padres te lloran, deciden ir a juicio. ¿Por qué? Porque es la única forma de cobrarse el consuelo, la bronca, el dolor, la venganza, lo material, la ignorancia y el enredo con el abogado que lo lleva más allá frente a la compañía aseguradora, frente a ese que se llevó tu vida.
Y los jueces “imparciales” pusieron un número a tu vida $ 8.000. OCHO MIL porque no estudiabas, porque el lucro cesante no da para más ¡¿?!
El abogado de tus padres dijo que eras un chico sano, que no te drogabas, que no te alcoholizabas, que ibas a seguir estudiando… Pero creo que se olvidaron de muchas cosas…
¿Quién puede decir cuánto vale que estés sonriendo entre tus amigos, tu familia, tus conocidos? ¿Quién?
¿Quién puede decir qué ibas a hacer?
Mi madre terminó su primaria después de los cuarenta.

Empecé mi segunda carrera a los cuarenta años, después de tener cuatro hijas. Entre mis compañeras había una mujer de 60 años que quería terminar el sueño de toda su vida: licenciarse en filosofía. Le faltaban cinco materias, cuando al conocí, estudiaba junto a su hija. La vida le había negado seguir esa carrera cuando joven. De estos ejemplos había muchos, Mirian a la que de joven habían exonerado en la secundaria, terminó el bachillerato y la licenciatura en letras después de los cincuenta…

No hay duda que nadie puede valuar cuánto vale la vida del joven santafesino al que atropellaron mientras manejaba una moto. Convengamos hay culpabilidad o no la hay por parte del conductor, pero de ahí que la indemnización la calculen porque no estudiaba…
¿Será justicia?
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Hace unos diez años un taximetrero atropelló a una de mis hijas con su auto. En la declaración que nos tomaron en la comisaría me preguntaron si iba juicio civil. Pregunté si había otra instancia. Quería saber si había culpa del conductor, mi hija estaba cruzando por la esquina y la habían atropellado. Según una testigo el golpe había sido casi por detrás. "Ella no tiene ojos en la espalda" dije. No quise dinero, solo que lo penalizaran. "La cuestión no pasa porque un seguro te pague". Me dijeron que lo económico era lo único que les dolía. En ese momento le habían impedido manejar, supongo que eso era quitarle su fuente de trabajo.

Cuando me caí al bajar de un colectivo, el año pasado, el colectivero se preocupaba por la cobertura del seguro. Yo sabía que la responsabilidad de él era mínima. Mi problema pasaba por otro lado. Le dije que se quedara tranquilo, que yo no iba a hacer nada, pero que no iba a ir al hospital, que iba a llamar a la prepaga. Él no se movía de mi lado, pero no por solidaridad, simplemente por los problemas legales que le pudieran surgir. Tiempo después un par de personas me preguntó
-¿Por qué no fuiste a juicio?
-Creo que no habría sido honesto –respondí.
Un poco más y me declaran idiota, estúpida total. Sabía que mi caída tenía que ver con mi salud y no podía tirarle el fardo al otro, aunque eso luego terminara en una compañía de seguro.

2 Comments:

Blogger Amy said...

Sir, cuando escuché al juez justificándose: me indigné.

06 diciembre, 2006 18:55  
Blogger TOTA said...

Una verguenza, esos son los jueces corruptos.
COn respecto a tu caida, yo sabia perfectamente que la culpa no era del colectivero (no mayoritaria) aunque claro, uno puede pensar eso, puede que necesite plata y dice "la culpa fue del chofer". Si el tipo se hubiera ido...seguro que iba a pensar eso pero verlo ahi me quede helada, no se encuentra de esas personas hoy x hoy.
Un beso enorme

07 diciembre, 2006 15:08  

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