30.5.08

BRRRRR!!!!!!!!!!


¡QUÉ FRESQUETE! Manolete Como si fuéramos poco… dice el refrán

Como si fuera poco, digo yo, falta gas para calefacción y para el auto, la familia se resfrió en masa. Primero el pequeñín (que ahora tiene otitis), luego la ma’ del pequeñín, me toco el turno (no lo pude hacer sencillo, 40 grados de fiebre, descompostura, unas horas internada -cuando fui a la guardia para que me vean-, antibióticos, etc. etc.) siguió la melli de la mamá, luego el abuelo y Pau. Por ahora, invicta la futura mamá. Debe tener los anticuerpos de la pequeña en camino. Ejem!

Pero como digo siempre, beneficio colateral = bajar de peso (le voy a dar el gusto a la médica), unos días sin ir trabajar, leí un montón, miré películas en la tele, revisé y contesté mails, tejí un poco… no tuve que soportar a los insoportables.

Además, no puedo olvidarme que todo puede ser peor y, por sobre todo, hay gente que las está pasando muy mal. Mejor callar las quejas tontas.

26.5.08

A Gail Kastner

Me impresionó tanto el relato alrededor de Gail Kastner que quise expresar, de alguna forma, mi solidaridad con ella.

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Estoy leyendo el libro de Naomi Klein sobre La doctrina del shock que debería ser objeto de intenso debate público en nuestro país, aunque sea en función de ver apenas poco más allá de nuestras narices. Hace unos meses tuve una discusión con amigos, era sobre Oriente y Occidente. Mi postura era el papel que le cabía a EEUU en la guerra en Medio Oriente, en la responsabilidad de una política donde los ciudadanos son simples consumidores (aquí se me filtro un argentino que me parece brillante: García Canclini) Uno del grupo, supongo, ha pasado del “fundamentalismo del socialismo” al “fundamentalismo capitalista”. Como se trataba de una reunión donde la profundidad de los temas es lo de menos, antes de ponerme a explicar una serie de temas (sobre los cuales tengo cierta noticia) guardé prudente silencio.

La política monetarista de Milton Friedman (Qué lo parió, era cierto no más lo que pensé cuando la empecé a leer, esto me aterra. Mientras mantuve todo en meras "especulaciones" mías, me sentía más tranquila. Que alguien confirme el diagnóstico, que me ordene lo que tenía en una especie de nebulosa, no me hace para nada feliz.) No sé si toda Latinoamérica ha sido víctima de la política económica hegemonizada por los Chicago Boys -los discípulos favoritos de Milton Friedman- pero son el punto de arranque de una verdadera contrarrevolución que modeló el mundo que hoy vivimos.

El rediseño radical de nuestra economía, llevado a cabo gracias a la supresión, vía manu militari (y ya creo que, de otras más sofisticadas, a través de los medios de comunicación), de cualquier forma de oposición a esa reconversión es la que se ha ido dando desde fines de los sesenta hasta nuestros días. Klein (hasta donde leí) trata de demostrar que el capitalismo emplea constantemente la violencia, el terrorismo contra el individuo y la sociedad. Lejos de ser el camino hacia la libertad, se aprovecha de la crisis para introducir medidas que nos dejan turulatos y después de eso aceptamos lo que venga.

Así, los defensores del capitalismo, fieles de los mercados desregulados son el único camino que conduce a la libertad, a la prosperidad el respeto por los derechos humanos. Una de las cuestiones de la discusión entre amigos fue que me dijeron que los talibanes no me iban a dar opciones por ser mujer. Me pregunto ¿QUÉ OPCIONES TUVIERON LOS PACIENTES DE EWEN CAMERON? Lo leí y no me puedo despegar, sacar ese fragmentario relato de mi cabeza.

Ewen Cameron, un siquiatra de la Universidad McGill, llevó adelante en los '50, con el auspicio de la CIA, un experimento destinado a demostrar que era posible lavar el cerebro de las personas.


Klein entrevistó en su departamento de Montreal a Gail Kastner, quien sufría un leve trastorno sicológico en su juventud, cuando tuvo la desgracia de caer en manos de Cameron.

Gail, tiene problemas de memoria, sufría (sufre) ataques de pánico frente a un destello eléctrico, le temblaban las manos cuando enchufaba el secador de pelo. Su hermana gemela se quejó diciéndole “no tienes idea de lo que pasé”. “Te orinabas encima, en medio del salón, te chupabas el dedo y parloteabas como un bebé. ¡Querías el biberón de mi bebé! Eso es lo que tuve que pasar.” La familia de Gail la terminó abandonando.

A los cuarenta años formó pareja con Jacob, un sobreviviente del Holocausto, a quien le interesaban las pérdidas de memoria y de identidad. En 1992, Gail junto a Jacob leyó en un diario un titular sobre “lavado de cerebro.” Compraron el diario y prestaron atención a los síntomas: “parloteo de bebé”, “pérdida de memoria”, “incontinencia urinaria”. Allí descubrió el origen de sus males, quién la torturó y le provocó daños irreparables en su columna vertebral (por la técnicas de electroshock a la que fue sometida), que la confinan, hoy, a una situación de invalidez y dolor permanente.

Gail pidió que le mandaran su historia médica. Primero se la negaron y después se le mandaron: 138 páginas. El doctor que la había ingresado era Ewen Cameron. La describe inicialmente como un individuo razonablemente equilibrado, que sufre episodios de ansiedad causados por su padre, un hombre perturbador que la ataca sicológicamente. Las enfermeras la pintan como “alegre, sociable y simpática”, meses después cambió de personalidad. Después de unas semanas “mostraba signos de comportamiento infantil, expresaba ideas extrañas y aparentemente estaba en estado de alucinación.”

La metamorfosis tenía que ver con los tratamientos que le habían aplicado dosis de electroshock 8 veces más de las recomendadas, cócteles de drogas experimetnales como psicodélico LSD y el alucinógeno PCP (polvo de ángel), aislamiento de todo contacto humano (ni siquiera podían tocarse el cuerpo) se les enfundaba las manos en cartones, se les impedía todo visualización de tiempo, de luz, se les impedía recibir sonidos fuera de ciertas grabaciones monótonas y vaya uno a saber cuántas cosas más. (A los presos se los encierra en celdas pequeñas plagadas de cucarachas, ratas...)

Estos experimentos fueron financiados por la CIA. ¿La finalidad? Nuevo método de tortura, borrado de la personalidad, de la memoria y de la identidad. Cameron no era ignorante del uso de que se iba a dar a sus experimentos. Esto figura en manuales de instrucción a militares de Latinoamérica.

A los argentinos ¿esto no nos resulta conocido? Los de la CIA fueron “excelentes” maestros. Pueden decir que eran terroristas -aún así no lo justifico. Y ¿qué me pueden decir de Gail Kastner y de los otros tantos pacientes para justificar tanta barbarie? ¿Daño colateral, tal vez?

La CIA fue condenada a pagar 750.000 dólares. El gobierno de Canadá dio 100.000 dólares a cada paciente. (Los experimentos se hicieron allí, porque en EEUU se podía levantar la perdiz). ¿El dinero es suficiente para devolverle los tramos de vida perdida a Kastner o a las otras víctima? NO. Ni la reparará por las pesadillas que hasta el día de hoy sufre cuando recuerda sus padecimientos a manos de este siniestro médico que creía que, a punta de electrodos, podía reconvertir, como él quisiera, la mente humana.

Estos métodos ensayados en Gail Kastner y muchos pacientes (de algunos no se habrá tenido noticia) son los que hoy se aplican en EEUU a quien es declarado combatiente enemigo. De esto puede dar cuenta José Padilla, a quien no le pudieron probar ningún cargo, pero lo convirtieron en incapaz de defenderse. (Esto después de la caída de las torres).

Klein, que alcanzó el puesto undécimo, el más alto logrado por una mujer, en el Sondeo Global de Intelectuales, lista que confecciona la revista Prospect, junto con Foreign Policy, se remite a las pruebas que le entrega la historia reciente.

Si tienen ganas visiten www.naomiklein.org o, mejor aún, lean el libro.

20.5.08

De Persépolis película a Persépolis ciudad

Datos del film:

El Guión y la dirección son de Vincent Paronnaud / Marjane Satrapi

Voces: Catherine Deneuve, Gena Rowlands, Chiara Mastroianni (¿gancho para cinéfilos o una Catherine admiradora de Marji?)

Sinopsis (según diarios, revistas, programa del cine al que fui y sitios de Internet)

Persépolis es la conmovedora historia de una chica iraní desde la revolución islámica hasta ahora. La historia comienza cuando los fundamentalistas toman el poder forzando a las mujeres a llevar velo y encarcelando a miles de personas. Sin embargo ella es muy astuta y descubre el punk, ABBA y a Iron Maiden mientras vive el terror de la persecución del nuevo gobierno y la guerra de Irán e Irak. Como adolescente la envían a Europa donde por fin puede comparar otras culturas con el fundamentalismo religioso del que escapó. (A este comentario debemos agregar que el relato se vincula con la biografía de Marjane Satrapi = Marji).

La historia de unos antepasados ilustres (su bisabuelo fue el último rey de la dinastía persa de los Qadjar), una familia que se opone activamente al gobierno del Sha, las manifestaciones, la diferencia de clases sociales o la marginación de la niña son algunas de las piezas del rompecabezas que Marji trata de componer para mostrar el camino que la llevó a vivir en París..

El gobierno iraní vetó la presencia de este film en el Festival de Cannes (2007).

(Yo la vi hoy y no puedo dejar de pensar en la narración, mucho me queda sin cerrar.)

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El que me aseguren que la historia empieza cuando la niña tiene 10 años (1979), “a partir de la revolución islámica” fue como si me pusieran una piedra en el zapato. Cuando empecé a atar cabos ¿Qué lectura hice? Les cuento:

¿Por qué el nombre griego? Persi = persa, polis = ciudad. Mi bruta traducción no me decía nada. Busqué datos y encontré este que me pareció interesante: En 330 adC, Alejandro Magno, ocupó y saqueó Persépolis, incendiando el Palacio de Jerjes, para simbolizar quizá el fin de la guerra panhelénica de revancha contra los persas. (No soy genio, simplemente leí algo de historia y vi la peli sobre Alejandro).

Según historiadores antiguos, la caída de Persépolis fue seguida de la matanza de sus habitantes y del saqueo de sus riquezas. ¿Venganza de los helenos por el saqueo de Atenas? (Justamente los griegos, los fundadores de Occidente.)

Persépolis continuó, sin embargo, siendo utilizada por las dinastías persas sucesivas. El Sha de Persia celebró 2.500 años de la monarquía en 1971. Una fiestita que dio que hablar (yo era una adolescente y recuerdo las noticias en los diarios), los opositores al Sha fueron reprimidos (como era costumbre de él y de otros tantos y lo sigue siendo). Pero ¿este monarca era legítimo? (¿Hay alguno legítimo? Marji dice en la peli “elegido por Dios”- tal como se lo enseña la maestra.) Habría que analizar el papel de ciertos países de occidente en la cuestión, todo está teñido por petróleo; no olvidemos el papel de la CIA, el que Irak le haga la guerra, la venta de armas (a los dos bandos), y las etc. Esto está en la película. El padre del Sha Mohammad Reza Pahlevi había derrocado al bisabuelo de Marji.

Los de la revolución islámica trataron de barrer las ruinas de Persépolis a fines de los ’70.

El tío de “Marji” era comunista, inclusive fue a estudiar a Rusia. Conoce los textos de Marx a la perfección, en el film aparecen referencias explícitas. ¿Algo le transmitió a Marji?

Y es en ese momento Persépolis (ciudad y película se me mezclan), por un lado, el rompecabezas con abrumadora información del relato, por otro, una ciudad (tal vez un pueblo, una nación) destruida tanto por extranjeros como por los nativos; esto me lleva a la frase “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa.” (K. Marx, EL DIECIOCHO BRUMARIO DE LUIS BONAPARTE)

(Si alguien lee esto podrá atar cabos y dispararse para donde guste. Hoy día todo es tan relativo, que hasta la postura de Marji no me queda clara.)

18.5.08

Del ser, no ser y dejar de ser

“Sos lo que crees ser, lo que los demás dicen que sos y lo que crees que los demás creen que sos.” Hace mucho tiempo alguien me lo dijo, no sé si responde a alguna teoría, pero cierto es que el tener una leve idea de la forma en que me ven me deja sorprendida, la más de las veces dolida.

Así una de mis hijas decidió vender una línea de cosméticos. Resulta que cuando quería hacer un regalo ella le compraba a una señora los productos, con anticipación y cuidado los encargaba para tenerlos en el momento adecuado. Como no encontraba a quien comprarlos decidió averiguar en la empresa y cuando vio las condiciones para ser vendedora decidió anotarse. Me lo contó después quince días, según otra de mis hijas yo no iba a aprobar tal decisión.

Antes de enterarme de su nueva ocupación (últimamente está muy ocupada trabajando aquí y allá) le comenté que para mi próximo cumpleaños iba a pedir que me regalaran cosméticos como el año anterior porque se me estaban terminando y que quería un corrector de ojeras que me había dado resultado.

Entonces me contó. Después volvió a salir la cuestión de que yo no estaba de acuerdo con esto y aquello. En realidad, ni bien me enteré le encargué dos productos. Lo único que le dije era que temía por su economía. Es tan mano suelta que ahora que va a conseguir todo a mitad de precio va a regalar más de lo que lo hacía antes.

Es extraño, pero a veces me ven como santurrona, como mandona, como intransigente, como esto o como aquello. Generalmente me colocan la etiqueta de intelectual, de andar demasiado con los libros, de estar fuera de la realidad y desde mi punto de vista me considero una persona con una educación intermedia y bastante ignorante.

Este tema lo discutí con una de mis hijas. Ella me dijo que yo sabía latín y yo le contesté que lo que yo sabía no se podía decir saber, que yo apenas conocía algo de latín. Que yo era una perfecta bruta para todos los idiomas, etc. etc. En otra oportunidad, discutimos otros temas que luego ella pudo verificar en libros que yo no había leído. Retomado el tema ella me dijo que tal vez lo que más molesta era que yo dijera que era una ignorante, porque en realidad estaba diciendo “miren yo sé que no sé, ustedes no saben ni eso.”

En estos días, he tenido más de un comentario sobre como me ven; a veces, tengo la sensación de estar fuera de lugar, de sentirme sola, de no tener con quien intercambiar conocimientos que me lleven a aprender. A veces me quedo a charlar con una profesora el colegio. Ella se siente alagada, realmente nos hace bien a las dos. A ella porque suele andar de capa caída por la manera que la consideran; a mí porque tengo alguien con quien compartir un espacio, porque siento que siempre puedo aprender algo más. Sé que el día que deje de aprender me voy a sentir como una lata de arvejas, pero no voy a gozar del privilegio de tener una etiqueta de Andy Warhol. Mi etiqueta simplemente va a decir “producto terminado” y será la hora en que mis cenizas abonarán la tierra.

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Una vez una de mis hijas tenía problemas de dinero, se le había roto la heladera y trató de integrarse a un grupo de trueque. Cuando supe lo que llevaba para el intercambio, pensé que iba a tardar mucho en conseguir el arreglo. Realmente no le dije lo que pensaba. Le sugerí que buscara trabajo, me dijo ¿Qué trabajo? No sé hacer nada. Siempre vi en ella tanta creatividad, tanta potencialidad para hacer… me quedé callada. No podía creer que ella dijera eso. Por otro lado, sabía que no era de las que iban a ir a trabajar por cualquier salario en una oficina. De repente empezó a trabajar pasando gráficos y datos en computadora en su casa, en estos días una amiga de la familia le pidió que la fuera a ayudar y ahora resulta que vende cosméticos (cosa que nunca pensé que haría y ella tampoco). ¡Uauuuuhhh! Menos mal que ella no sabía en qué podía trabajar. Sólo necesitó tiempo para decidirse.

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Una dama digna (Mrs. Palfrey At Claremont. Protagonizada por: Joan Plowright)
Hacía mucho que no iba al cine.
Hoy fui a ver Una dama digna. Una hermosa historia donde la protagonista es una bella anciana, viuda y solitaria que entabla amistad con un joven escritor que se hace pasar por su nieto frente a los demás.

Joan Plowright fue esposa del celebrado Laurence Olivier, supongo que además de bella debió de haber sido una muy buena actriz. No la recuerdo en alguna peli de las tantas que he visto, supongo que debe de haber sido porque no tuvo papeles protagónicos. Creo que fue más importante en el teatro aunque me parece que hizo bastante cine (esta debe de ser una de las tantísimas cosas que ignoro).

El cine estaba lleno de gente de la tercera edad, convengamos en que podría usar el término “viejos”, pero “viejos son los trapos” (según reza el refrán), ¿ancianos tal vez? Entre ellos estaba yo, que recorro mi último año de la década de los 50.

Cuando veo estas películas me pregunto si en ello no está lo que dice uno de los personajes del “hotel” donde reside Mrs Palfrey, el prepararme para decir “good by”.

16.5.08

El duro oficio de continuar la vida

El arte es la mentira que nos ayuda a ver la verdad.

P.Picasso

JIMENA. Me miré en el espejo esta mañana y pienso que no ha pasado tanto tiempo. Tengo los mismos ojos, me parece… No sé. Te juro que vuelvo hacia atrás la cabeza y no sé cómo he llegado aquí… A estar sentada aquí esperando la muerte.

(…)

Otros días me miro en los espejos y me digo: “¿De quién son esos ojos?” Yo tenía la mirada tan joven…¿Seré yo aquella misma (…)de otro tiempo u otra que ha nacido vieja? Se acabó para siempre. Me han prestado esta vida que no me gusta. Se han llevado la mía. Cuando su dueño venga a recogerla, se la daré encantada y le diré: “Te la devuelvo igual que me la diste. No la he usado nunca. Ni un día la he usado…”

CONSTANZA. No te pongas tú triste, paloma…Mira por la ventana…Qué cielo. Qué arboleda. Qué aire de oro.

JIMENA. Ya no tendré nunca más catorce años, Constanza…Ni veinte. Ni cuarenta. Ni siquiera cuarenta.

CONSTANZA. Y yo no tendré nunca más sesenta y ocho y mira cómo estoy: vivita y coleando…Hecha una facha, con la cara igual que un estropajo, medio calva, los ojos como dos ciruelas pasas…Pero viva, Jimena. ¡Viva! Anda y que les den dos duros a los muertos…

Fragmento de Anillos para una dama

De ANTONIO GALA

Dijo Gala que cuando se iba a casar Jacqueline Bouvier (viuda de Kennedy) con Onassis, le llamaron temprano de una radio y le preguntaron que opinaba. Él se limitó a desearle felicidad y, a partir de allí, se puso a pensar en el destino de las viudas, en el destino de España cuando se muriera el tirano. Tomó entonces el personaje de Jimena, viuda del Cid, utilizó la Historia de España para decir lo que tenía que decir. Más allá de la intención de don Antonio alargando los dedos de la rosada aurora de un texto, uno puede sentir o pensar como Constanza o como Jimena.

“Acaso la Historia es el único río en que nos podemos bañar más de una vez: cualquier cronología es una convención”

¿Qué nos sucede cuando la muerte nos arrebata a quien, de una u otra forma, nos guía?

10.5.08

El regreso de Will(h)ard

-¿Cuándo fue? -preguntó el oficial de policía.

- A la madrugada, supongo. Era de esperarse, aunque no se la veía mal es natural que fuera así, esto empezó hace algunos años.

- ¿Cómo que empezó hace muchos años? ¿Cómo dice que es natural?

-Hace unos veinticinco años vivíamos en una casa prestada, una casa que debió tener su historia. Nosotros le atribuíamos todo los sucesos extraños de la casa a Willard, una entidad de nuestra fantasía. El nombre se lo puso mamá.

- ¿Cómo?

- Cuando vivíamos en esa casa mis hermanas y yo, una vez, creímos ver una figura borrosa en la escalera, nosotros éramos chicas y muy afectas a creer en fantasmas, la escalera crujía bajo nuestros pies como en las películas de miedo. Unos meses después mi abuelo dijo ver a alguien en la escalera, él y mi padre bajaron con un palo para correr al intruso que se podía haber escondido en la puertita de abajo, pero no encontraron a nadie. Para mi madre esas visiones eran sombras producidas por las luces de los autos que salían del garaje de la casa de enfrente. Ella dijo que éramos como los prisioneros de la “alegoría de la caverna” de Platón. Creíamos ver como real lo que eran sólo sombras. El chiste se siguió repitiendo hasta que un día se tapó el desagüe del techo en la planta baja y se empezó a inundar nuestro piso. Mi padre fue a buscar la llave de la casa de los vecinos ausentes para destapar la cañería de la planta baja. Mi madre metió un alambre que se doblaba porque había algo duro en el caño. En el colmo de la desesperación grito ¡Willard, prometo creer en vos! ¡Ayudame! Y como por arte de magia el agua empezó a correr por aquel bendito caño. Cuando mi padre volvió a la casa ella estaba secando el piso y le contó lo que había pasado. El fantasma de Willard siguió con más fuerza, dos por tres veíamos cosas un poco extrañas, pero Willard –según mi madre era un espíritu pacífico y debíamos estar tranquilas. A esto se le agregó que ella hacía un dibujo de las cosas que quería conseguir, decía que era para no perderlas de vista e ir hacía ellas sin importar el tiempo. Mis padres querían comprar una casa, habían ahorrado con esfuerzo algo de dinero. Era posible ver en muchos papelitos un dibujo naif de una casita con chimenea. El préstamo de la casa llegó a su fin y mis padres comenzaron a buscar desesperadamente la casa. Pasaban los días, pasaron meses y por una u otra causa la compra se demoraba. Llegó el día en que mis padres cansados de tanta búsqueda fueron a ver un departamento grande, a mamá le dolía la cabeza, ya creía que no iban a conseguir nada con el dinero que tenían. Al llegar descubrieron que era posible vivir allí. Acordaron ir a la inmobiliaria esa misma tarde, mi madre casi se desmaya cuando le dieron la tarjeta de la inmobiliaria. ¿Sabe cómo se llamaba? ¡Willard! Y tenía un dibujo como el que mi mamá hacía.
Cuando nos mudamos de la casa dijimos que era hora de abandonar a Willard. En el segundo piso habíamos dejado una pelota y cuando estábamos hablando del fantasma la pelota empezó a caer por la escalera como si alguien la fuera conduciendo hacia la puerta. Nos reímos bastante, pero todo quedó allí.
Resulta que después de comprar nuestra casa la inmobiliaria cerró, nos enteramos que estuvo abierta ese verano, nada más.

Pasó el tiempo, un día papá no podía encontrar un calzador que cuidaba mucho. Al tiempo apareció y no supieron cómo. Tiempo después ella dejó un pullover que estaba enganchado y apareció arreglado. Así fueron ocurriendo las cosas y ella le dijo “es como…”, pero se calló; papá terminó la frase con “que regresó Willard.”

Mamá estaba nerviosa, ella decía "tal vez, si no es el fantasma estoy enloqueciendo, es la edad, de manera inconsciente o sonámbula me levanto por las noches y hago las cosas, luego no me acuerdo, también puede ser que quiero desesperadamente creer en los espíritus, en una vida más allá."

No sé, no sé que vio, si vio algo. Nunca le vi una expresión más dulce a mi madre, oficial. Mi padre no tiene consuelo, tenía insomnio, se levantó y se puso a trabajar en el tallercito, a las siete de la mañana fue a despertarla con el desayuno. Ya no había nada que hacer, ella había partido en paz. Ella diría que la clave debe estar en el nombre, que aunque no lo creamos los nombres son connotativos, tal vez ella tenía razón ¿Willard será un derivado de will hard?

5.5.08

Las “noticias” fuera del informativo de la tele

Hace unos días pasaron un informe sobre la violencia entre adolescentes, de cómo videogrababan las peleas y luego las subían a diferentes sitios en Internet. De repente se publicaron una serie de grescas y algo más. Chicas que golpearon a otra porque “era muy linda.” Eso no es la primera vez que pasa.

Hoy salí del colegio en provincia de Bs. As. vi como un grupo de chicos hacía de espectadores de algo que había pasado, se reían. Miré la entrada de un edificio había un vidrio de considerable espesor roto. La “piba” que se había quedado del lado de afuera se sacudía los vidrios. En el piso había mochilas. Los observadores o espectadores o vaya uno a saber qué se reían de tan deprimente situación.

Como no estoy en uno de mis mejores momentos, seguí mi camino hasta la parada de colectivos, además ¿qué podía hacer? Ese “espectáculo” me dejó una sensación pegajosa de la que no puedo desprenderme.

Me pregunto ¿qué nos está pasando?

Desde el gobierno, la imbecilidad no le permite ver el modo de cooperar para la convivencia entre 40 millones de individuos que andamos desparramados como galope de vaca.

“Los del campo” tironean de la teta de la vaca (metáfora de nuestra tierra) y la van a dejar más seca de lo que haría un millar de vampiros.

En los supermercados no hay harina, se racionalizó el consumo, no hay galletitas y pronto van a faltar otros productos derivados del trigo, el aceite a veces hay, otras no hay, la carne se ofrece a cuenta gotas, en las estaciones de servicio falta combustible…

Ya que los del campo piden que se levanten las retenciones a las exportaciones de cereales y las etc., los de las compañías de petróleo ¿pedirán lo mismo para los combustibles?

Desde Tucumán se invita a invertir en BIOCOMBUSTIBLE, los de Greenpeace advierten sobre las consecuencias de los cultivos destinados a tal fin…

Los del campo sostienen que las 4x4 son indispensables… por culpa de los caminos que tienen que transitar… y ¿qué van a poner en los tanques si no hay? (Antes andaban en tractores y estaba todo bien, y no son los tractores de hoy día- ¿La chata o camioneta es o no es para andar de paseo? Ni qué decir de la que se traen para exhibir en Bi Ei)

La culpa la tiene este, aquel, aquellos…LOS OTROS.

Y el NOSOTROS de los que todos los días consumen/consumimos como si los recursos nunca se fueran a acabar ¿dónde se esconde?, ¿todo es exhibición de etiquetas, marcas y superficialidades?

¿MUNDO LOCO? No ¡qué va! En las palabras de la loca, está el delirio del loco; repite, o mejor, está obligado a repetir ciertas estructuras verbales que son fijas, como un molde, (…), un molde que va llenando con palabras. [Esas estructuras] son como un mapa, (…) el delirio está ordenado. Lo que no entra en ese orden, lo que no se puede clasificar, lo que sobra, el desperdicio es lo nuevo: es lo que el loco trata de decir a pesar de la compulsión repetitiva.

Sí, así, como en “La loca y el relato del crimen” de Piglia, se puede analizar esta costumbre mía de repetir y rondar temas detrás de un oscuro abatimiento de las noticias que no veo en la tele.

3.5.08

Grajeas sueltas

Una viejecita caminaba por las calles de mi barrio sosteniéndose del brazo de un joven.

Ella dice:

-No voy a mirar más esa novela. Me pone muy triste.

-¡No! Mejor mire los noticieros- le aconsejó el joven.

(¡En fin! Cada cual interpreta como puede, yo leí El queso y los gusanos casi como una novela. Me olvidé del análisis del discurso del dominante para desentrañar el del dominado)

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El 25 de abril fue una nueva conmemoración del genocidio armenio.

Las vueltas de la vida me llevaron a trabajar, por este año, en un colegio armenio.

Antes de ingresar al colegio conocía a armenios, conocía algo sobre sus costumbres, sus comidas (tan parecidas a las que hacía mi abuelo). Además, vivo a unas pocas cuadras de la calle Armenia de mi ciudad, donde se concentra gran parte del movimiento cultural armenio local.

Alguna vez escribí en el blog sobre el genocidio armenio.

Y por extraño que parezca, en le colegio me siento fuera de la comunidad. Tal vez tenga que ver aquello que me dijo la rectora: Esta es una comunidad muy cerrada, te pediría que todo ejemplo que des en las explicaciones estén lejos de tu persona.

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Durante mucho tiempo me pasé buscando base teóricas para escribir un cuento que vinculara al ser humano con las “marcas” de una cultura materialista. Quería escribirlo de manera que apareciera en primer plano el desequilibrio emocional, la urgencia del tener, la vida basada en la apariencia que da la posesión de los objetos. Distinto textos me iban llevando hacia esa interpretación, pero no quería escribir nada teórico, no tengo las herramientas para ello. Simplemente pretendía cierto conocimiento superficial para escribir ficción… Cuando pedí ayuda recibí cierto comentario que me descolocó. Más tarde otros intercambios comunicacionales me desalentaron. Después encontré o una de las personas me dio algo de lo que estaba buscando, pero las explicaciones, las “marcas” de otro tipo me alejaron del tema, de las ganas de escribir… Y de tantos rodeos, de tantos dimes y diretes, creo, lentamente se me va perdiendo la ganas de escribir… Tal vez, porque no tengo nada para decir. Pensaba en Oesterheld y su maravillosa forma de elaborar una metáfora sobre la dominación de unos sobre otros, en eso que parafraseé sobre Juan Salvo.

Tal vez, en todo esto ni me queda el panfleto…

Dijo un periodista: cuando no se sabe, mejor guardar silencio…

Como si fuera poco…

En Argentina los accidentes de tránsito son moneda corriente. Según aparece en el diario Crítica en la fotografía de un cuentaganado (1), a la fecha, en lo que va del año, ha habido 577 muertes. Algo así como 4 muertos por día. De lo que no tengo cifra es de los que quedan con secuelas del choque, vuelco, etc. En el diario cuentan la historia de una joven de 22 años y su madre. La joven murió, la madre se salvó y quedó con lesiones.

Pero sigamos, parece ser que en la producción de accidentes colabora algo así como el síndrome explosivo intermitente. En LaNación.com leo lo siguiente:

“Recientes investigaciones detectaron que el 25% de las personas con trastornos de ansiedad sufren también del síndrome explosivo intermitente, un desequilibrio en el control de los impulsos, directamente relacionado con el perfil de automovilistas que incurren en el manejo agresivo.”

Los síntomas (uno de los principales es la intolerancia a la espera) y los riesgos de este cuadro son para tener en cuenta en momentos en que en la Argentina se debate qué medidas tomar para tratar de disminuir la gran cantidad de muertes registradas en accidentes de tránsito.

En el 80% de los casos, este trastorno se da en hombres y ha sido extensamente estudiado en los Estados Unidos, donde se lo conoce como road rage (furia del camino) o agressive driving (manejo agresivo).

(…)
Como este trastorno, que puede ser comprobado a través de pericias, está siendo esgrimido como atenuante en casos judiciales por accidentes viales, el manual de trastornos mentales advierte claramente que hay que tener "extremo cuidado con los simuladores".
(…)
En la Argentina, el descubrimiento del vínculo entre este trastorno y la conducta agresiva al volante, así como su tratamiento, es prácticamente desconocido.

En los pocos casos en que se brinda ayuda a este tipo de conductor, los terapeutas registraron que los pacientes no tienen un registro claro de cuánto los afecta la tensión (…) ésta provoca emociones y reacciones corporales y puede derivar en un ataque de pánico. Por eso, en algunos casos, si existe peligrosidad para él o terceros pueden indicarle que deje de manejar durante un tiempo.
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Después de leer el artículo me quedé llena de interrogantes. No me gusta manejar, tengo miedo de mi impericia, pero más de lo que puede hacer más de un desaforado al volante. Y ahora con esta excusa, más de uno va a tratar de “zafar” de las consecuencias legales, aunque zafe ¿no habría que tomar los recaudos para que esa gente no vuelva a manejar?
(1) Lo de la imagen del cuentaganado en el diario es más que sugerente. Me cierra cuando la asocio al valor que le damos a nuestra propia vida y a la de los demás… A la forma que “viajamos” por nuestra vida, a la metáfora de viajar en medios de transporte como vacas… (Aunque yo siempre viajo a contramano).

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