3.11.13

La culpa de los días...


Como un acto religioso se festeja o se habla mal de los días como si ellos tuvieran una culpa.
A los pobres días se les dio un orden y puso nombre dedicado a Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus, más el sábado es para el descanso y el Domingo es día del Señor.

La llegada del viernes  es festejada tal vez porque la diosa es del amor o porque pone fin a la semana de trabajo, al miércoles se lo mira mal  se dice "es un día de miércoles" (para no decir de mierda como corresponde) porque está en medio de la semana y el domingo es un día triste porque al otro día hay que volver al trabajo o a la escuela, a las obligaciones de siempre... Así en el faceboock aparecen imágenes con emoticones felices o tristes según el día. También están aquellos que dicen "hoy tuve un día..." y no importa si es lunes, viernes o sábado. Se entiende que lo dicen porque fue un día para olvidar.

Los días no tienen la culpa o la inocencia de nada, es nuestra manera de mirarlos, de sentirlos. Tal vez debiéramos hacerle marketing y venderlos como 

Son tan lindos que no podemos dejar de festejarlos a cada uno.

¿Por qué esto de festejarlos? Porque los días no tienen ni sienten culpa, no tienen remordimientos ni escala de valores, son cosas que les impusimos desde nuestro punto de vista. 
Tal vez, alguien que no tiene trabajo añora la diferencia entre el fin de semana y el lunes, tal vez le gustaría que fuera domingo y saber que al otro día va a ir a una oficina o fábrica y que va a llegar a fin de mes de una u otra forma.
Tal vez, alguien que está enfermo desea que sea cualquier día y estar sano.
Tal vez, si cambiáramos nuestra manera de ver la culpa de los días o las etiquetas que ponemos en X, nuestras neuronas se conecten y veamos toda la vida de otra forma.
Y tal vez, Periquito no nos parezca pesado, Juanito no sea un insolente, Lulita deje de ser insoportable y todo lo demás se transforma en et cétera pleno de algunos atributos que nos levanten la autoestima,  nos cuelgue una sonrisa y nos haga brillar la mirada de quienes miran para adelante clausurando días pasados.