Acerca de una fiesta patria

Como sapo de otro pozo me entrevero en la neblina de dimes y diretes; saco mi vigüela y me pongo a cantar antes de que una pena extraordinaria me desvele y como ave solitaria con el cantar me consuelo al recitar: 

Los hermanos sean unidos,
Porque ésa es la ley primera.
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea-
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de ajuera. 

(cito el Martín Fierro, aún con la distancia que me separan de Hernández que nunca terminó de cerrarme una idea sobre él y la intención de su mensaje)

Leyendo comentarios en facebook me invade la sensación de que los argentinos andamos más que siempre a las patadas, como si fuéramos enemigos acérrimos dentro y fuera del muro. Es una pena que discutamos por un festejo de 25 de Mayo con o sin idea partidaria, creo que la Argentina necesita que pongamos las ideas en remojo y empecemos a tirar "todos pa´l mesmo lado." Dicen por ahí, que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, tanto de un lado como del otro a los tirones con nuestra patria ya la hemos dejado descabezada, miremos un poco más por el bien de todos porque de allí se verá reflejado el bien del nosotros!


(No desconozco que algunos argentinos no acuerdan con el significado del 25 de Mayo. Hace unos cuantos años en Salta discutí con un cordobés sobre si se debía o no festejar la fecha. Resulta que en Cafayate el acto se hizo como corresponde un 25 -aunque fuera domingo- con presencia de los alumnos. Cuando comenzó el himno me acordé  de una persona que en señal de respeto se paraba cada vez que lo escuchaba. Turismo aparte me quedé tiesa hasta que terminó. El cordobés  nos vio -a mi marido y a mí- y de allí arrancó nuestro intercambio que terminó en la capital en una peña donde sólo éramos tres).