27.10.12

Ordenando una cadena de hilos sueltos:



Desde hace un tiempo empecé a leer sobre PENSAMIENTO SISTÉMICO. Tratar de pensar de esta forma, en un tiempo donde reina la ultraespecialización y el interés privado sobre lo público (o de la comunidad), es como andar en una autopista a contramano. Mientras leo La Historia de las Cosas (de A. Leonard), me doy cuenta que no soy ni tan complicada, ni tan marginal, ni tan rara aunque me falte mucho por aprender. Annie Leonard es una experta en materia de comercio internacional, cooperación internacional, desarrollo sostenible y salud ambiental estadounidense. Annie (licenciada en Ciencias Ambientales) escribió que cuando empezó a trabajar para Greenpeace veía cómo en otros países la gente se ocupaba de una amplia gana de tareas, para ella "eso" era una “mescolanza mayúscula” y dedujo que era porque no tenían fondos suficientes para especializarse. Con el tiempo se dio cuenta que “todos esos temas estaban relacionados”. Así empezó a husmear en las bolsas de basura y examinar los sistemas globales de producción y consumo de bienes manufacturados… “economía de los materiales” (que le dicen) y por supuesto la incidencia del marketing en el exceso del consumo. Así es que no soy un bicho tan raro que alguna vez quiso escribir un cuento de un individuo manipulado y atormentado por el contexto consumista (y ante el rechazo me quedé sin palabras). Ansiosa en la lectura de LHC, leí por núcleos, títulos y llegué a lo que dice sobre los autos. Nueva coincidencia… Y las coincidencias no me dejan tranquila, me pregunto si es posible dejar de contaminar, si la forma en que vivimos ya está tan naturalizada que consumimos y contaminamos a cada paso sin prestar atención. Este año, el ciclo de cine ambiental auspiciado por el Banco Mundial en la Recoleta, el ver más de una vez los videos de Annie, la gente de ecoclub, el vivero Sonyando, los talleres de publicidad y marketing, la novela “Los desposeídos” (que me prestaron), la visita al CEAMSE, las reuniones en casa de este mes y la acumulación de residuos que intento separar para que se reciclen, la clase con los de 5to. y el interés que despertó en el inspector que la presenció, el aviso de agua sobre el cambio (marketing ecológico), lo mal que se ponen las practicantes en cuarto año cuando los alumnos dicen que el marketing y la publicidad manipulan… todo esto forma este entramado con el que trato de ver cómo puedo contribuir para mejorar este injusto sistema económico, propio del negado consumismo egoísta ya asumido como lo más natural del mundo. Ugh!!!!





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Después de volver a ver el video de La historia de las cosas   lo vinculo con El hombre Light, del psiquiatra español Enrique Rojas. Él dice algo así como que el hombre light surge en la sociedad occidental y tiene una tetralogía nihilista basada en el hedonismo, consumismo, permisividad y que todo se convierte en relativo (entonces, cuando terminan de decir: "es relativo", les digo que vale para lo que dicen, por lo tanto ¿cuál es el valor de su palabra? me callo antes de decir que debieran callar). Todas estas cosas del hombre light se unen fuertemente al consumo, el afán del poder y valuar todo en dinero,... =(