No llorés mi peque que mañana será otro día

Mi querida Peque:

Hace más de un año sufría al verte pequeñita luchando por tu vida. Eras tan frágil que temía hasta de tomarte en brazos. Hoy estás gordita, con las mejillas rosadas, sonreís mostrando tu dientitos y trato de seguir tus pasos para que no te des un golpe.

Te preparé una mamadera que tomaste más rápido de lo que yo tardé en prepararla, te dormís como si estuvieras desmayada, te cambio el pañal y se me escapan las lágrimas, pensando en el diagnóstico pendiente, te abrazo para que sigas durmiendo. Mi hermosa Peque, si hace unos días tenía miedo por uno de ustedes, hoy el miedo se duplica. Cuando veo a tu mami, la veo más pequeña, más triste, más delgada y hasta temo por su salud. Por todos los medios trata de parecer alegre y festeja cada cosa que vos y tu hermano hacen.

Te acuno entre mis brazos, las lágrimas siguen sigilosas hasta mi cuello. Pienso en tu mamá, cuando me dio tantos sustos y salió a flote.

Recuerdo a mi madre cuando mi hermana más chica se enfermó. Mi madre se enteró que en el hospital del pueblo había una niña que no quería comer la comida del hospital porque no le gustaba. Mi madre fue y habló con uno de los médicos y pidió autorización para llevarle la comida. Así, durante muchos días acercaba la vianda, mi hermana en casa iba reponiéndose y la niña del hospital también.

Supongo que mi madre quería hacer algo, aunque pequeño, para que Dios y los Santos le reconocieran el acto y salvaran a mi hermana.

Es entonces que pienso ¿A quien debo dar algo por vos y tu hermano? Y sé que tengo que hacer una llamada, preguntar si consiguió el turno en el hospital, si va a venir a casa y ayudarlas a las dos, sin preguntas sin reclamos y sin planteo pido por ustedes a las fuerzas o los dioses que nos rodean (en los que poco a poco dejé de creer y a los que en momentos  en que la razón no me alcanza acudo con desesperación).

Que tengas dulces sueños mi Peque.  Esperemos que el diagnóstico pendiente no sea ni la décima parte de lo malo que tememos. No llores mi niña, que mañana será otro día y tu mami podrá acunarte en lugar de nuestros torpes intentos para que vuelvas a dormir.


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 Comentario de un Anónimo en inglés
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