10.5.12

¿El silencio es salud?

Reservé el turno para mi querido compañero de la vida en un negocio, mientras esperaba me entretuve con una de esas revistas que ni siquiera sé cómo denominarla. En una de esas hojas que daba vueltas para no aburrirme leí que una sicóloga (que está de moda en mi país) dijo "va a llegar el tiempo en que vamos a pagar por el silencio".
Bueno, no es un gran descubrimiento. Ya hay lugares que se venden por el paisaje, la tranquilidad y el silencio.
Pero hay veces en que nos aturdimos para no pensar.
Estoy (estamos, tal vez todos, los de mi flia directa) alterados y quisquillosos. A veces, quisiera tomarme vacaciones de mi misma. Quisiera olvidarme de lo que sé o de la ansiedad de no saber algo sobre una enfermedad. A veces, hablar o contarle a alguien resulta una granada que te explota en la cara. Le contás a otro y te salen con "No pienses en lo malo. No pienses lo negativo porque lo atraes."  Y lejos de liberarte de ese dolor que es más grande que tu pecho sentís un cachetazo y te callás para no agrandar más lo que te duele.
Y en un doble pensar, te mirás al espejo, te desdoblás como si fueras otra. Tu cara está más pálida que de costumbre, pensás en que una sonrisa puede cambiar tu ánimo y te maldecís por no saber disfrazarte de "no me pasa nada".

Hacés silencio.

Entonces el cuerpo por algún lugar se expresa y sentís que algo te quema en el esófago, en la garganta y no es metáfora. Tenés ganas de llorar y te tragás cada lágrima para que no se te noten los ojos rojos y la sal que no sale aumenta tu presión y caminás a tientas chocando con paredes, con gente, con todo porque poner en los cercanos el que te  alivien la carga de tu mochila agravaría las cosas y te ponés a pensar en que es urgente, tenés que hacer tiempo para conseguir una sicóloga porque el silencio no es salud.