25 de mayo

¿Y cómo decir con palabras de este mundo esto que se nos escapa de las "fechas patrias"? Como dijera un escritor catalogado como argentino, esto puede ser  más arduo que tejer una cuerda de arena o que amonedar el viento sin cara

Cuando era alumna de la primaria, y aún de la secundaria, el 25 de mayo estaba cargado de sentimiento patrio. Sin saber bien que había pasado en 1810, mis primeras participaciones en los actos escolares me llenaban de orgullo y me sentía parte de un grupo de gente orgullosa de ser argentina... Hoy miro a mi alrededor y percibo que la mayoría de los pibes se sienten fuera de la celebración.El acto en el colegio es un momento para no estar en clase y ya ni cantan el himno.

En algunos sectores sociales, los nacidos por aquí hasta sienten vergüenza de su tierra natal (como si fuéramos el peor país del mundo) y no tienen la más pálida idea de lo que ocurrió hace más de 200 años en esta ciudad. Reniegan de todo lo argentino por ignorancia o por moda; desprecian cualquier cosa que se refiera a lo argentino, creo que zafa el fútbol, el hockey y alguno que otro deporte. Y muchos de los nacidos por aquí, ya adultos, tramitan una ciudadanía extranjera como salvoconducto para recorrer el mundo sin el estigma de ser argentino.
Me pregunto por el valor de la historia, por el valor del relato de la historia,  por el cuentito que nos contaban y de lo que dejamos de saber y de lo que ni siquiera sentimos curiosidad por saber.

Recuerdo que una hija de extranjeros, escritora ella en esta lengua que pareciera que nos une, decía que ella y su hermana no estudiaban historia argentina, ellas estudiaban con sus padres historia europea. La cuestión es que no fue la única.
Hace un rato escuché a un historiador decir que: el saber sobre nuestro pasado nos ayuda a entender el presente y proyectarnos hacia el futuro, eso es lo que nos da identidad. Entonces  me vuelvo a una cadena de preguntas por ese pasado que surge en un territorio, que tal vez conforma una país, un Estado y dudo si es Nación. Siento que todas esas preguntas  no son más que una pregunta sobre el presente y, solo tal vez, una proyección hacia el futuro.
Cuando los argentinos se refieren a "nuestro país" dice por ejemplo: ¿Y qué querés con este país?

Para muchos este enredo de frases puede parecer una exageración, pero después de ver lo que hacen y dicen mis compatriota me queda poca fe.

Y aún sin saber si fue cuento o verdad,  hacen eco en mí las palabras que adjudican a Belgrano minutos antes de su muerte: ¡Ay! ¡Patria mía!