17.4.12

He visto mariposas

Un pequeño cambio puede generar

grandes resultados:

"el aleteo de una mariposa en América

puede desatar una tormenta en Hong Kong".

Del Potro quitó suavemente con su raqueta una mariposa de la cancha de tenis cuando jugaban la Copa Davis, a comienzos de abril en nuestra ciudad.

He visto una mariposa revoloteando en balcón, otra en el lavadero y ayer otra en un cantero en la calle.

Alguien me dijo una vez: aunque las mariposas pueden vivir en casi todos los ecosistemas del mundo, prefieren habitar las regiones cálidas y tropicales, los lugares con vegetación y aire no contaminado. Donde el aire está contaminado, no se ven mariposas.

Mi hija menor, a propósito de las últimas tormentas, me comentó: Según lo que sé cuando algo se desequilibra (mecánica, térmica o químicamente) el equilibrio se va a recuperar cómo sea, y no importa sin en eso se elimina al hombre.

Debemos aceptar que las tormentas actuales se consideran tropicales, se van a repetir cada vez más seguido (comentario en un noticiero – supongo que de un experto en meteorología).

Y de tanto comentario, de ver filmaciones y fotografías sobre las últimas tormentas, de observar los cambios de las tormentas, etc. etc. en mi cabezota se armó una telaraña de imágenes.

Recordé la película Cuando el destino nos alcance (creo que en inglés se llama Soylten Green). En ella se muestra un mundo sobrepoblado, bajo una carpa protectora agonizan las últimas plantas, los hombres en su gran mayoría ni siquiera tiene un lugar en el cual vivir; como contrapartida un pequeñísimo grupo disfruta de todas las comodidades y lujos posibles. En ese mundo faltan el jabón, el agua, la electricidad, y ¿la comida? ¿Eso? Eso hay que verlo.

Así que si contaminamos, si la contaminación afecta el equilibrio termodinámico o lo que sea, ¿el hombre es boleta? ¡UPS!