15.4.12

De aquí, allá y del otro lado del charco

Mientras trato de hacer un resumen del libro Nacidos para Comprar escucho la radio, lo hago para no comerme el libro por la bronca. ¿Cómo pueden hacer marketing infantil de este modo?

De repente, presto atención, alguien dice :

¿Cómo nadie se dio cuenta de cómo se llevaban el dinero a paladas?

¿Resulta que ahora tiene que venir el Estado a solucionar el problema del petróleo?

En un programa anterior, en otra emisora de radio escuché:

Es como si hubieran puesto varias bombillas para sacar petróleo y no hicieron exploración. La única inversión fue para la explotación de lo que había.

En mi cabezota se amontonan datos, palabras sueltas, lectura de diarios…

Pero bueno, parece que en el contrato reformado de la segunda venta de acciones a Repsol, Argentina se quedó con la Acción de Oro.

¿Y eso con qué se come?

Parece que hay un funcionario del estado argentino que tiene derecho a participar del directorio y, además, TIENE DERECHO A VETO.

Entonces ¿quién firmo ese contrato?

Bueno los de aquí y los de allá

¿Será por eso que querían capitalizar resultados en lugar de invertir en exploración?

Luego del Estado le dijeron que no y fue no, nomás.

¿Cómo terminará esto? ¿Alguno de los nuestros aceptará algo por debajo de las reglas? ¿Alguno de los de allá tratará de coimear?

¡Aj! ¡Ugh! ¡uf! #h ̃**#h

¿Qué hacemos?

____

El rey de España se fue de cacería y se quebró la cadera. Lo siento. Pero siento más y me parece horrible que gaste 30.000 euros para MATAR ELEFANTES. Si a los españoles no les parece mal que en época de crisis gaste ese dinerillo, allá ellos. PERO… ¿matar elefantes? ¿No es algo para reprobar?

¡Uy! Dio Cambalache otra vez, me lo recuerda el que dice en la radio “Discépolo querido. Discépolo. Sigue vigente."

Que el mundo fue y será

una porquería, ya lo sé.

En el quinientos seis

y en el dos mil, también.

Que siempre ha habido chorros,

maquiavelos y estafaos,

contentos y amargaos,

barones y dublés.

Pero que el siglo veinte (y sigue en el XXI también)

es un despliegue

de maldá insolente,

ya no hay quien lo niegue.

Vivimos revolcaos en un merengue

y en el mismo lodo

todos manoseados.