26.1.12

Se fue mi amiga Tonia

A Dios mi querida ANTONIA, Tonia, Titi.

Entre fines de de diciembre de 1969 y comienzos de enero de los '70 conocí a Tonia en mi primer trabajo en esta ciudad. Almorzábamos juntas en algún bar, en la Plaza Roma, en la YMCA o en la oficina (cuando no teníamos ganas de salir).

Nos hicimos amigas a raíz del trabajo, dejé aquellas oficinas y nos seguimos viendo, compartiendo alegrías y tristezas.

En mayo del año pasado ella tuvo un ACV más, tal vez el último (no sé si durante los meses que siguieron tuvo alguno más). Creímos que lo iba a superar, pero no fue así. Nos dolía verla de ese modo.

Y a pesar del dolor de saber que ya no iba a estar entre nosotros fui a despedirme. La vi con una expresión tranquila, era un final largamente anunciado, era cuestión de tiempo.

Y lloré por verla allí, pero su expresión me dio paz; ya no tenía el gesto de enojo o de dolor con el que solía verla en mis visitas al sanatorio. Supuse muchas veces que debía sentirse muy mal frente a imposibilidad de hablar, de moverse y de todos lo inconvenientes que su inmovilidad le traía.

Ve con Dios amiga mía, ese Dios en el que tanto creías.