26.11.11

Victoria Argentina, mi querida anay

Victoria Argentina se llama mi querida anay que ya regresó al "país del norte". Hoy me despedí de ella. Tuve la sensación de que no volveremos a vernos. Los pasajes están caros, la situación allá no es buena y, difícilmente, a mi se me ocurra viajar hacia donde vive ella.

Hoy recordamos que nos conocimos hace 42 años, cuando todavía se escuchaban los ecos del mayo francés, de la protesta estudiantil en México (y su terrible desenlace), de la música de los Beatles y de Lucy en el cielo con diamantes... Eran años de hot pants y de faldas o abrigos largos, de pelis largos y examenes en la facultad, de convivencia en un pensionado de monjas, de ayudarnos porque estábamos sin la protección paterna... habíamos llegado a la Capital desde distintos puntos del interior del país.

Fue por entonces que me enteré que su papá, recién recibido de médico, le había elegido el nombre porque no alcanzaron a llegar al hospital, ella nació un nueve de julio a los pies de la estatua del Cid.

Y con su sonrisa y su forma de ser compartimos tres años que se extendieron en largos 42, aún cuando vivamos a miles de kilómetros y nos conectamos por Internet.