19.10.11

LA CASA EN LLAMAS

No hace mucho tiempo vi una casa que ardía.

Su techo era ya pasto de las llamas. Al acercarme,

advertí que aún había gente en su interior.

Fui a la puerta y les grité que el techo estaba

ardiendo, incitándoles a que salieran rápidamente.

Pero aquella gente no parecía tener prisa.

Uno preguntó, mientras el fuego chamuscaba

sus cejas, qué tiempo hacía fuera; si llovía, si no

hacía viento y otras cosas parecidas. Sin responder,

volví a salir. Esta gente, pensé, tiene

que arder antes que acabe con sus preguntas.

Verdaderamente, amigos, a quien el suelo no le

queme en los pies hasta el punto de desear

gustosamente cambiar de sitio, nada tengo que

decirle.

Bertolt Brecht