28.8.10

De hormigas y cigarras todos tenemos un poco...

Divagues a partir de la fábula de la hormiguita “trabajadora”, que almacena en verano para sobrevivir en invierno, frente a la cigarra (o chicharra) que se lo pasa cantando todo el tiempo y luego tiene que ir a pedirle a la hormiga…

Digo: mal informados los fabulistas, y voy a explicar porqué. La chicharra, mejor dicho el chicharro (siguiendo con esto de los géneros difundido por la presidenta de Sudaquia o Plataquia) tiene un notorio canto entonado para atraer a las hembras. Es decir, el macho canta para tener “sexo” destinado a la reproducción… Sí, ya sé alguien escribió que en la Historia de la sexualidad hubo manipulación del sexo de los machos humanos para que no tuvieran sexo y trabajaran más (en la Revolución industrial) Entonces ¿la mala prensa de las cigarras se debe al canto, al sexo o la vagancia?

Me llegó un mail hablando de las buenas hormiguitas viajeras argentinas, que frente a las cigarras abusadoras tenían que emigrar…

En brote psicótico antihormigas, me salió un grito desde los más profundo de mi ser ¡QUÉ SE VAYAN TODAS! ¡CARAJO!

¿Por qué? No fue un arranque oficialista en contra del mail que en forma de fábula se opone al gobierno propulsor de vagancias, clientelismo político, demagogia y las etcs. Lo mío es algo individual es la guerra contra las hormigas desde hace dos años.

A veces me parece que gano una batalla, mato cientos, miles y las muy puercas se retiran y vuelven con mayor furia… no hay fumigación ni veneno tradicional que las pueda.

No sé si sabrán que estas hormigas son el representante argentino más conocido en el exterior, más que Maradona, Gardel, el Che, Borges o Mafalda. Se han convertido en una plaga en cuatro continentes, creo que a la Antártida no fueron por el frío. Supongo, aunque si siguen así, no sé.

A la hora de la eficiencia o la eficacia estos bichos lo son. Pensándolo un poco ¿Por qué no aprendemos de ellas a ver si las cosas mejoran? Digo, para los argentinos.

Donde ellas aparecen desplazan especies locales creando serios problemas para los cultivos, se dedican a la crianza de áfidos (pulgones) de los que extraen una sustancia dulce como alimento. Los pulgones maltratan a las plantas. ¡En fin! En mi casa los pulgones atacan hasta la dieffembachia (plantita tóxica para los humanos), luego las “hormiguitas” la visitan para “ordeñar” a los pulgones.

Estas hormigas son chiquitas, pero rendidoras, de unos tres milímetros de longitud, de color marrón oscuro (digamos son las que se conocen como coloradas), con largas antenas. Fuera de su hábitat han ido produciendo cambios que alteran la conducta normal de la especie. Una característica llamativa: pueden tener varias reinas en un mismo hormiguero. Las reinas ponen entre 20 ó 30 huevos diarios y PUEDEN VIVIR HASTA 5 AÑOS.

Otra cosita: ellas sí que escuchan y aplican los versos de Fierro

Los hermanos sean unidos,
Porque ésa es la ley primera.
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea-
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de ajuera.

Dicen los entendidos que la colaboración entre las hormigas argentinas, es otra de las clave de su éxito invasor. No sé a quien se le ocurrió la idea: en Italia "mezclaron" hormigas argentinas del norte de Italia con otras del sur de España, todo porque no encuentran el veneno que las elimine, recurrieron a un método ecológico. Las muchachas se reconocieron como hermanas, en lugar de eliminarse -como lo hacen en Argentina- empezaron a colaborar unas con otras.

BUENO, BUENO… A VER SI CAMBIAMOS LA FABULITA Y TOMAMOS EN SERIO A LAS HORMIGAS.

1º para que los argentinos nos reconozcamos como hermanos deberíamos mudarnos todos de país. La gran diáspora de argentinos ¡Sí, señor!

2º en lugar de tener una sola “reina”, tengamos muchas para que se reproduzcan y no permitan la eliminación de la especie.

3º aprendamos a colaborar unos con otros, eso es mejor que eliminarnos en competencias estúpidas (nada más leer los diarios de estos días, para darnos cuenta que nuestros vecinos nos van a pasar por arriba en lo económico, en cultura, etc. etc.).

4º Nada de “las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas”, domestiquemos alguna especie que nos siga dando leche, porque las vaquitas ni ahí que los del campo van a cuidar.

¡Ejem! Debe de haber unas cuantas cosas más para analizar acerca de lo que debemos aprender de las hormigas, pero yo sigo queriendo que se vayan, que desaparezcan de mi casita.