9.3.10

Niño deja de j…. con la pelota


Aunque no son niños, los adolescentes te tiran pelotas que a veces no querés devolver o te quedás preguntando ¿a qué viene todo esto?, o lo peor: son espejo de tus conductas.
Martes: una alumnita se me acercó en el recreo y me dijo que quería hablar conmigo a solas. “Bueno, yo quería disculparme. Sucede que hace como tres semanas que me estoy peleando con mi novio. Fue horrible, no sabés. Sé que la semana pasada te traté mal, vos no tenías la culpa. ¿Me perdonás?”
La miré –a esta altura ya no me aguantaba la risa- y le dije: Voy a pensarlo.

Jueves: “¿Va a venir mañana? ¿Se va a vestir bien para nosotros? ¿Se va a poner linda?” (Alumnito que me trató mal todo el año) Agregó: “yo no voy a “entrar” con usted porque todos dicen ¡UF! Fulana y después quieren entrar con usted”. (El entrar se refiere a que; cada egresado ingresa al salón de actos acompañado por un profe, uno de los alumnos que me eligió me sorprendió.)
Viernes (otro colegio): evaluaciones para ver a quién “le da la nota para salvarse”. A uno de los alumnos lo llevé a otro curso para tomarle una “evaluación más larga”, dio su mejor lección, él y yo quedamos en paz. Le di una oportunidad que supo aprovechar, se mostró muy contento, más tranquilo que cuando está rodeado de sus compañeros. Me enteré por la secretaria que en el colegio está becado. Tiene una historia muy triste. La mamá está enferma, él sufrió desnutrición cuando era muy pequeño, es muy pobre, a veces no tiene recursos para comprar los útiles, sus compañeros lo tratan mal, él arremete contra los compañeros de igual forma. Los amigos que tiene no son los más saludables. ¡Ojala! No herede la enfermedad de la madre.

Viernes por la noche (volvemos al cole del martes y jueves), acto de fin de curso: los alumnos de quinto estaban tranqui, no me habían hecho ninguna broma. Estábamos reunidos para el brindis cuando empezaron con un discurso de despedida escrito por dos alumnas para ellos. Pensé que ahí venía la broma. No. Terminó el discurso, respiré aliviada y una de las alumnas dijo “le queremos dar a la profe C...... los diplomas de…” y me otorgaron como 20 diplomas entre ellos el de panadera, repostera, opinóloga, vidente, futuróloga, etc. etc. Parece ser que durante el año había un papelito pegado en la pared que decía “las profesiones de C....” (al que nunca le di importancia). Cuando explicaba algo fuera de la materia ellos anotaban una profesión. Por ejemplo, cierta vez propuse una actividad escolar en la que cada grupo debía elegir un producto para vender, debían organizar la empresa y su comercialización. Un grupo propuso hacer panes (no tenían ni idea de materias primas, producción, etc) y cómo les expliqué cómo se hacía el pan, me quedó lo de panadera, lo de futuróloga porque en marzo les hablé de la crisis que se venía desde EEUU por lo de los inmuebles (estalló en septiembre/octubre). Así fue más o menos para cada una de las “profesiones” en las que incluyeron ¡menos mal! la de madre y esposa. La rectora me sonrió “vos querés perfil bajo, pero no creo que lo puedas lograr”. Fue a la única que le dedicaron tal trabajo.
La risa, la broma, el humor… tiene varias lecturas, puedo asegurar que algunas son descalificadoras y eso fue lo que sentí. El pez muere por la boca, sufro de verborragia aguda. Si me preguntan algo (en clase o fuera de ella) me siento en la obligación explicar aunque no sea de mi área (lentamente estoy descubriendo lo cómodo de decir "no sé"). A este grupo les reproché muchísimo el ser “opinólogos” porque no querían leer ni informarse y “opinaban” sobre los temas de la clase. Me tranquiliza un poco el que hago mi trabajo con la mayor honestidad que me es posible, preparo las clases con anticipación; si en clase surge una duda, busco información para responder de forma aceptable en la siguiente. Lo hago así aunque hace más de treinta años que ando en esto de "dejar florecer lo mejor del otro" (significado de educación que me enseñó un brillante profesor).
En este andar siento que cosecho unas cuantas espinas y que más de una vez me pregunto ¿Que hago aquí? ¿Por qué tengo que esforzarme tanto? ¿Qué quiero demostrar? ¿A quién le interesa lo que hago? ¿No soy otro descartable y tal vez ni eso?

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Escribí esto hace un año y medio (lo había dejado como borrador), lo encontré casualmente, estaba buscando un texto que quiero suprimir. Y dio la casualidad que tres alumnos, del curso conflictivo, me han mandado mails pidiendo material de las materias que doy (una de las niñas hace una semana), parece ser que lo que le dijo la vieja profesora les hace falta para las carreras que están siguiendo. Y en realidad no sé cómo sentirme, un profundo cansancio me está tacleando.

2 Comments:

Blogger Loca xq sí said...

ey, nunca contaste lo de los diplomas! los tenés?

19 marzo, 2010 00:52  
Blogger Amy said...

Sí que lo conté y los tiré toditos... No sé si guardé la lista de las profesiones que estaba en el aula...

19 marzo, 2010 21:36  

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