7.4.09

Fin de semna de películas

Fin de semana en la costa, aunque no es verano el clima nos trató bastante bien y hasta pasamos una mañana entera en la playa. Además de leer me dediqué a ver películas. Luciérnagas en el jardín, Cuenta Regresiva y Gran Torino (ordenadas en la forma que me impactaron) fueron las que daban en el único cine que funcionaba (porque hay que tener en cuenta que las localidades de la costa están llenas de gente en verano y a partir de abril languidecen solitarias, para delicia de algunos locales que disfrutan de las calles libres de molestos turistas).

En el cine, grande como los de antes, apenas llegábamos a 10 o 15 espectadores. En medio de ese ambiente me quedé pensando en las malas relaciones de familia, padre e hijo (en Luciérnagas en el jardín) se provocan uno a otro y el hijo queda detenido en la imagen de una forma de ser del padre y no puede recordar que cambió a partir de cierto momento, y a pesar del final de Cuenta regresiva me pregunto ¿qué pasa si mañana es el fin del mundo? De tanto reforzar la imagen de nuestra fragilidad frente al mundo que nos rodea y que frente a determinadas no podemos hacer nada o nos inquietamos o nos dedicamos al puro disfrute porque mañana puede ser el último día, cada instante puede ser el último instante… Más Clint Easatwood (Gran Torino) sigue con esta cuestión de cómo las circunstancias, los otros o vaya uno a saber qué nos empuja a un ineludible destino. (Es la tercera o cuarta peli de Clint en que veo que por más que uno trate no podemos zafar del destino.)

Y de pelis a la muerte de un político por la tele. Manipulación de aquí, de allá o acullá muchos de los que criticaron al hombre se suben al caballito de la honestidad, de la defensa de la democracia y se olvidan de todo lo que dijeron. Debe ser por eso de que cuando la gente se muere es más famosa que viva, se olvidan los pecados y se rescata lo que queda. Ni tan bueno, ni tan malo. Un hombre llamado Raúl se fue de entre nosotros y nos quedo algo de lo que hizo, algunas cosas fueron buenas y otras no tanto. Pero claro! Como dice el refrán “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”. Tal vez los motivo personales de los dueños de algunos medios hacen una crítica directa al oficialismo agrandando las “bondades” de un viejo político, que insisto: no fue ni tan! Tan! Ni tampoco. ¿Y no sentiste pena por él? Un poco, pero me acordé cuando lo voté, cuando fui a la plaza y lo escuché decir “la casa está en orden” y el orden había sido un acuerdo como, más tarde, hizo otro y el punto final es como un traje colgado en un ropero para ponérselo en cualquier momento.