EL DIARIO NO HABLA DE…

En el diario la noticia puede ser que la selección Argentina perdió con la de Chile. (Bien merecido lo tienen los jugadores argentinos, son individualistas y se prestan a esa cosa marketinera de la FIFA. Bueno, dicen las malas lenguas que a Lionel no lo pueden apartar porque está impuesto por la gente de la FIFA, ¿Así nomás? Ansí nomás.

Bueno parece que no es tan buen jugador cuando viene por aquí, no digo a representarnos… Aunque bien dicen que a la hora de la nacionalidad los argentinos parece que en lugar de cerebro tenemos una pelota de fútbol. ¡Que lo tiró! Y para colmo el DT de Chile es un argentino, el equipo chileno con menos “luminarias” puso piernas, cerebro, garras y todo lo que hay que poner para un histórico triunfo. ¡En fin! No es de fútbol que quiero hablar aunque a Nito le gustara el fútbol.)

En el diario aparecen hojas y hojas dedicadas a la crisis internacional, a cómo el sistema económico es virtual (una cosa de papelitos que genera papelitos que no valen nada, como si fuera el juego del estanciero), aparecen bravuconadas de que aquí estamos bien parados y nada nos va a pasar… (para esto ya hay suspendidos, despedidos y que sé yo)

En el diario aparecen los actos sobre un lejano 17 de Octubre, que Boca le ganó a River uno a cero con diez hombres, con que la vedette tal tiene un romance escandaloso con el jovencito no sé cuanto, con las declaraciones de “Z” sobre los posibles implicados en el triple crimen vinculado a la efedrina, con que en el barrio de Versalles asesinaron a un carnicero…

En el diario no cuentan que mi nieto ya no nos dice: Abu “Pupu” ni abu Mama, ahora pronuncia bien Abuela, Abuelo y nuestros nombres de pila. Le dice “cuidado mami” al cruzar la calle o por las baldosas flojas, o para que no pise caca de perro y las etc. En el diario no dicen que: Mi nieto está creciendo, que nosotros suspiramos y rogamos para que siga bien.

En el diario no dicen que: Mi nieta tiene más de dos meses, que tiene unos hermosos ojos grises, pelo negro y mejillas rosadas; que sonríe, que pareciera que quiere hablar. Mi nieta sonríe y tanto que le sonrió a las alumnas de quinto, esas con las que me llevo más o menos. La rectora me dijo bromeando: “Mirá lo que te espera, si te sale como ellas”.

En el diario no dicen que partió de nuestro lado Nito. Un joven de 86 años que lucía siempre impecable y sonriente. Ese hombre que un día nos invitó para que visitáramos la casa de gobierno por dentro. Ese hombre al que le gustaba bailar el tango, la zamba o la alegre chacarera. El que comía lento disfrutando de cada bocado, el hombre con que compartimos fiestas de fin de año, cumpleaños de hijos, nietos y sus cincuenta años de casados. Ese hombre elegante se marchó con su prolijidad de siempre. Dejó todo indicado, hasta le jugó una broma a los hijos dejándoles una especie de búsqueda del tesoro sobre las cosas que debían tener para su funeral, pagó la bóveda hasta el 2013, averiguó los gastos de traslado hacia su tierra natal, dejó cartas y el dinero para los gastos. Y era tan formal que el viernes, cuando el dolor lo ahogaba, le dijo a su hija “Mañana va a ser”. Y con todos lo que sufrió durante estos últimos cinco meses dijo “Adiós” y volvió a tener su antiguo porte sereno.

Adiós Nito. No sé si algún diario dirá: hoy se marchó Nito para su Tucumán querido, si alguien dirá que eras noticia. Pero hoy cuando te vimos como si estuvieras dormido, se nos llenaron los ojos de lágrimas, aún cuando nos vimos contadas veces, aún cuando nunca te dijimos expresamente que te apreciábamos mucho.