7.10.08

CAMBALACHE

¡Sí, señor! Al mejor estilo, multiplicado por el mundo en dichos de aquí y por allá.


A veces los economistas, los consultores aconsejamos aquello que nos conviene… aquello en que invertimos. Otros se entusiasman y ello nos beneficia.

(¿Entendí o más o menos fue lo que dijo, por radio, un economista extranjero reporteado a la mañana tempranito?)


“El sistema está seguro, no hay miras de crisis.”

(Un periodista o algo así, en CNN por la noche. Hace unos dos meses.)


“A mí no me vengan con que hay que resignar gastos.”

“Pretenden cobrar impuestos a las ganancias extraordinarias, como si ganar fuera algo para castigar.”

(Un inversor en soja, aquí en Argentina.)

En el debate entre los dos candidatos a vicepresidente de EEUU (Palin y Biden) escuché mencionar el impuesto a las ganancias “súbitas” (¿Se estarán copiando de la Cris?).


"Estoy sorprendido por esta crisis". John McCain

(En todas partes "no hay peor ciego que el que no quiere ver".)


“Hubo, además, impericia política en la toma de medidas económicas.”

(Un periodista de economía, noticiero de la noche refiriéndose al salvataje de un banco en Alemania. Yo que creí que esa impericia era sólo nuestra. Ni eso nos queda.)


Somos un gran país. Un ejemplo en cuanto a derechos humanos, libertad, etc. etc. No podemos perder la guerra, somos lo más grande. “No podemos permitir que tengan armas nucleares, son un peligro.” (…) “Las que nosotros tenemos son persuasivas”

(¿Me tomé algo extraño o eso lo dijo refiriéndose Palin a EEUU? A esta altura ¿quién puede creer ese discurso?)


El polémico origen de la morada de los Obama.
Por ella pagaron hace tres años 1,6 millón de dólares a través de un préstamo que les otorgó un amigo financista de su campaña, Tony Rezko, que hoy está en prisión por estafa, coimas y lavado de dinero. Rezko compró además el terreno de al lado de la mansión, el mismo día que lo hizo Obama, y más tarde se lo vendió a un precio más bajo que el de mercado. (Noticia en Internet con audio de Paula Lugones - Clarinete argentino)

(¡Me cacho! Ya no nos queda nada para distinguirnos… O ¿tal vez ni eran tan puros, ni somos tan malos? Ahora que recuerdo ¿De JFK no se dijo que tenía relaciones con la mafia? Lo que pasa es que los nuestros ¡son tan torpes! Enseguida nos enteramos con lo lujo de detalles de las valijas y las coimas, tal vez ni torpes. Sinvergüenzas a cara descubierta. En ambas puntas la justicia siempre deja, por ejemplo, asesinatos sin resolver como los de JFK y aquí -con menos apellidos- duplicados, triplicados, multiplicados “hasta el infinito y más allá” crímenes de todo tipo.)

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