13.7.08

Un estornudo a pedal

- La realidad no es más que una construcción, siento que quien está escribiendo es un ser imaginario, una holografía, un resultado + de la invención de Morel.
- No digas pavadas. ¡Vos, sí que estás loca!
- Y bue… si alguien se enoja por los piquetes y empieza a vociferar y le trato de explicar los posibles significados de…; si alguien me acusa de inepta en mi trabajo de treinta años, después que una otra, con más autoridad, no logra imponerse y me tira el paquete para que lo resuelva; si alguien no puede más allá de su mismidad, de su individualidad neoliberal y me lo tira encima como si yo fuera un otro culpable; si + de 1 me dice si no me canso de pensar al garete; si me preguntan si soy capaz de vivir y disfrutar de la vida porque leo o trato de pensar; si alguien me dice que el calentamiento global no tiene que ver con lo que el hombre hace, que el efecto invernadero no es más que cíclico, que las pasteras no contaminan, que la soja es bonísima, que el proceso de sojización y las guardias blancas del Norte (comandada por los barones de la soja) no existen, que toda la culpa la tienen los gobiernos y que no tengo razón al preguntar ¿Quién elige los gobiernos? ¿Por qué ganan unos y no otros?; que mi cara de “mala onda” es porque soy jodida… ¿qué crees que puedo sentir? No, ya ni digo pensar, simplemente, sentir. Tal vez soy un monstruo armado con piezas que no puedo comprender… al que no le admiten el derecho de… Tal vez soy una fugitiva condenada a muerte en una isla en un mar de humanos…
- Pero dejáte de estupideces. Estás cada día más idiota, bo…
- No insultes. Los insultos y blasfemias son parte de nuestro cerebro animal: las estructuras más primitivas, los ganglios basales, están involucrados en las emociones. Las personas que perdieron el habla por lesiones en la corteza pueden, sin embargo, maldecir. Y ciertas lesiones cerebrales convierten al paciente en una máquina de insultar.

- No me insultes tratándome implícitamente de ignorante o enferma. Ese tonito… doctoral no te sienta porque solo tenés sospechas y no certezas sobre lo que hace el lenguaje en el cerebro. ¿de dónde sacaste esa teoría armadora en piezas de hojalata? ¿No sabés que cierto cómico defiende las malas palabras por su poder liberador (…) Son poderosas: como los conjuros, están en diferentes lenguas, siempre vinculadas con el sexo, algunas funciones corporales y lo sagrado, "lo cual indica que proferir juramentos y obscenidades es un fenómeno neurobiológico coherente".
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- Che ¿de dó sacaste el recurso de la esquizofrenia para escribir?
- De una serie, el personaje se hace tratar como esquizofrénico, muestra un par de personalidades diferentes (bue, no sé si personalidades) convence al terapeuta de su enfermedad, mata y es declarado “inocente”. Esto no es más que un enmascaramiento sobre la imposibilidad de decir, de escribir, de encontrar un narrador para hacer catarsis. No es nada ingenioso, un experto dirá “esto no es más que otro estornudo a pedal”.