31.7.08

¿Ser o no ser asertivo? ¿Será esto una cuestión?

Hace un tiempo conocí a una persona que había realizado un posgrado en Ciencias del Comportamiento Humano. En un primer momento me costó entenderla, creo que hasta hoy hay ciertas pautas de conductas que no llegué a internalizar, tal vez porque no las aprehendí (digo en el sentido de concebir las especies de las cosas sin hacer juicio de ellas o sin afirmar ni negarlas. Supongo que tengo dificultad con ese parentesco cercano al escepticismo que nos permite ir sin juicio para poder aprender. Creo que aquí debiera hacer otra aclaración porque se toma el significado de escéptico como el que no cree o es afecto a no creer. El origen de la palabra tenía que ver con observar, mirar, acechar, considerar, examinar, reconocer, reflexionar, indagar, averiguar, buscar, atender…).

Así andamos por el mundo con un código que mutilamos, recreamos y vaya uno a saber qué para agrandar los problemas de comunicación (esa de la que más de una vez dudo que exista). He aquí el problema: la comunicación debería ser un puente que une, donde cada parte intenta aprehender lo que el otro dice, pero cada uno se afirma en el lugar y ¡minga! que intenta correrse del lugar en que está. De este recorrido saco en limpio el porqué me costó tanto el concepto de asertividad en las clases de Miguel (MT).

Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la agresividad y la pasividad (o no-asertividad). Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el que la persona ni agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.
Según M.T. ser asertivo es una forma de la buena calidad del “ser persona”, equivale a ser claro, directo, honesto, considerado y adecuado al expresar, tanto en forma verbal, escrita como gestual, pensamientos y sentimientos.
Ser asertivo es saber desarmar los intentos agresivos y/o desvalorizantes que el otro tenga hacia uno, SIN ENTRAR EN EL JUEGUITO DEL OTRO.

Ser asertivo dice el DRAE equivale a afirmativo, decía Miguel que esto tenía que ver con la autoafirmación.
Para M.T. Cuando, en la comunicación, nos centramos en nosotros mismos, en nuestras ideas, opiniones, deseos o sentimientos y desvalorizamos o deterioramos al otro en forma directa el resultado es: agresión. Si en forma indirecta y sutil denigramos al otro: entramos en el terreno de la manipulación. Si no desvalorizamos o deterioramos al otro: somos asertivos, afirmativos.
Otro camino es en el cómo hacemos centro en el otro. Si nos desvalorizamos frente a los dichos del otro (supongo rebajándonos a su nivel de maltrato, aceptando sus dichos y actuando como si el otro fuera un espejo) nos sometemos. Si actuamos sin desvalorizarnos y entendiendo de alguna manera el lugar del otro estaríamos trabajando en la receptividad y empatía. Tal vez, esta última sea la mejor manera de neutralizar los ataques del que se salga de su quicio. Digo tal vez, los humanos somos bastante complejos.