4.6.08

Información bajo cuerda...

Hoy escuché en la radio a una "actriz" (de la que me guardo en decir que sea buena como tal). Dijo ¡Qué mal! Sólo en este país se puede menospreciar a un director como “x”.
Alguien que es un genio, que hizo tal o cual película. ¡Que respeta a los actores!

Entonces me pongo a pensar en la interrupción de la filmación de la peli por incumplimiento de contrato, porque no se pagan las horas extras y luego se arregla todo por debajo con los del sindicato.

- ¿Estás segura?

- Sip

- ¿Y cómo te enteraste?

- Escuché en la radio otro comentario al que no se dio importancia, pregunté a alguien y esa persona preguntó a su vez a alguien en la filmación. En resumen: en la filmación se trata muy mal a los actores locales, pero nadie chista porque se está trabajando con “x”. Si llegan a decir algo ¿quién les va a dar trabajo? (sic) En la filmación no se paga las horas extras y el dire se lo pasa “volando” (y no con la imaginación).

Bueno, no era novedad. ¿No había forzado a un actor en su actuación hasta que llegó al infarto? Sí, creo que algo así se dijo, allá lejos y hace tiempo.

¿Y por qué no nombro al dire?

Porque siempre recuerdo aquello que leí en la crónica de Guamán Poma de Ayala. Podría traducirlo en “los que mal gobiernan no ingresan a la historia”. Un director de cine dirige un equipo ¿el equipo que lo acepta y le obedece tiene lo que se merece? “No aprendemo ma’, no aprendemo.” ¿No?

De metáfora en metáfora, del equipo pequeño de una peli a un país. Nuestra cultura, desde la llegada de los “blanquitos de piel”, es la de los capangas, jefes que dicen qué hacer y qué no hacer a su gusto y ganas. Damos tanto valor a ese o aquel extranjero que nos viene a ver, que incondicionales aceptamos gustosos los cachetazos. Hablamos de arte, de genialidad, de renombre... como justificativo de mala persona.

Llegado a este punto, a decir verdad, ciertas “celebridades” mejor perderlas que encontrarlas.

Es curioso, los argentinos – la más de las veces- somos más intolerantes con gobernantes elegidos democráticamente que con los forasteros recién arribados.

¿Cundirá el ejemplo y seguirán viniendo? ¿Y si vienen con otros fines?