27.6.08

Después de todo

Y sí,
un día te levantás y ves el sol, es invierno,
con un poncho de sonrisas, abrazos y besos
te sentís liviana y, a la vez, arropada.
No necesitás parecer un astronauta al que le cuesta caminar,
por un traje que te ampara de la agresión del “clima”,
digo.

Y sí…
también están esos días cargados de nubarrones y tormentas,
de lluvia fina como agujas de hielo que cala tus huesos.
No hay paraguas (debiera decir: paralágrimas) que te proteja
caminás despacio, por temor a tropezarte,
a que una baldosa floja juegue con tu distracción.

Y sí
tal vez quisiera un raspón en las rodillas,
o un golpe en el mentón, al caerme de la bici
como cuando era chiquita,
para olvidar esa lastimadura
para la que no hay “curita” que sirva.

Después de todo, ya debería saber que así es la vida.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No podemos evitar que los dolores duelan o que la tristeza entristezca.
Pero sí podemos buscar, en ciertos momentos, que las risas rían más fuerte o que los brazos tambiénabracen.
Saludos

28 junio, 2008 17:36  
Anonymous Anónimo said...

La vida siempre nos trae nuevas sorpresas, y cuando uno piensa que ya no puede seguir llorando, vuelven las lágrimas como si fuera la primera vez.Y también llegan las risas en el momento menos esperado, pero tal vez el más necesitado. Eso es lo lindo de la vida, su contradicción, pero eso es también lo más dificil. Sin embargo se puede llevar todo esto adelante cuando se tiene al lado una familia y amigos que siempre tiran junta para el mismo lado. Vos la tenés, y eso es un tesoro que no debés olvidar. Besos y muchos abrazos

PD: yo por suerte también los tengo, y eso nos ayudó mucho el año pasado cuando no sabíamos si ibamos a poder cantar el feliz cumpleaños algún día. Sin embargo lo hicimos, y con todos los que nos ayudaron a salir adelante. Gracias otra vez por eso también.

28 junio, 2008 18:49  
Blogger Amy said...

Un abrazo a ambos. Y Gracias por sus mensajes.

28 junio, 2008 19:58  

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