27.3.08

Unamuno y el anagrama de argentino

Dicen que al escritor español Miguel de Unamuno le preguntaron sobre lo que pensaba de los argentinos; él remitió, a su interlocutor, al anagrama de nuestro gentilicio. El anagrama en cuestión no es más ni menos que “ignorante” (o su plural, si viene al caso).

Durante la semana pasada y lo que sigue escuché algunas expresiones que nos pintan de cuerpo entero. Una de ellas “¡Ja! Piensan que con no permitir la circulación de camiones se va a impedir los accidentes de la ruta. No son capaces de tomar una sola medida de fondo. No tienen ni idea de lo que es el campo. La trilla, la cosecha tiene que salir ya.”

Lo peor de esto es que quien habló con “bronca y junando” está enojado con el gobierno por las “retenciones” al campo.

Si le preguntara ¿Qué opinás de los litros y litros de leche que tiraron porque los ruralistas impiden el tránsito de los camiones? ¿Del desabastecimiento? ¿De la persona que murió porque no la dejaron llegar a la asistencia médica? ¿Qué me va a contestar? Seguro que dirá que los ruralistas tienen derecho porque las retenciones son un atentado a la propiedad privada y las etc. etc.

Algunos porteños que siempre viven mirando afuera y poco y nada tienen idea de economía, de solidaridad y distribución de riqueza salieron a cacerolear…

Fue cómico, mientras ocurría todo esto me entretuve mirando una película fácilmente olvidable. Una de mis hermanas, que vive en el interior, me mandó un mensaje cargado de bronca contra el cacerolazo. Es cómico, ella y su marido no simpatizan para nada con el gobierno, pero creo que más antipático les caen los que cultivan soja. Entiendo que tanto mi cuñado como mi sobrino son palabra bastante autorizada, agrónomos los dos, con conocimientos suficientes advierten de los inconvenientes de este cultivo.

Cierta vez, me encontraba en una carnicería y frente a los comentarios del precio de la carne, la intermediación y la escasez, un joven dijo: esto pasa por otro lado, si hay más tierras destinadas a la soja, hay menos lugar para las vacas, por lo tanto, menos carne, precio más caro. Es la ley de la oferta y la demanda ¿no? La simplicidad y claridad de los conceptos me dejó en silencio, pero sería ilusorio pensar que muchas personas lo tiene tan claro.

Es cierto que los pequeños productores del agro pueden tener inconvenientes, pero la cosa interesante es lo que dijo mi hermana “Me gustaría que vuelva la convertibilidad y así con el 1$ = a 1 dólar se van a tener que meter la soja en….” Es cierto, pensé. Mucho del dinero que recauda el gobierno se destina a comprar dólares y mantener el valor para favorecer las exportaciones y desalentar importaciones.

Pero he aquí que muchos argentinos, muchos porteños se desbocan por lo inmediato (el árbol) y pierden de vista el interés común – o el más amplio- o sea el bosque.

Y en medio de dimes y diretes se me ocurre que los acontecimientos sólo se pueden comprender a largo plazo, la historia no se puede juzgar en lo inmediato –estamos involucrados emocionalmente y enredados en nuestro propio estómago.

A una mujer se le ocurrió decir lo de los productores y sus cuatro x cuatro. La respuesta de una ruralista fue “es lógico que andemos en cuatro x cuatro ¿cómo quieren que andemos en medio del barro? Y pienso en los chacareros de mi provincia cuando andaban en tractor de un lado a otro, a la intemperie, con frío o calor, con lluvia o con un sol que rajaba la tierra… y luego aquello de que cuando las vacas eran gordas se dedicaron a “tirar manteca al techo” (no invertían en la chacra, aparecieron los autos, las pilchas, los viajes…) y cuando llegaron las vacas famélicas se lamentaron.

Los que salieron a protestar en la ciudad, algunos dijeron que era por el desabastecimiento. (Sic) ¿Soy muy tonta o algo no me cierra? ¿No debería protestarse en ese caso contra los que hacen el piquete? ¿No era que los piquetes no eran “paquetes” y estaban mal?

Y llegado este punto, lo peor es tener que sentir algo así como que la reina Cristina tiene razón, se equivocó en el tono y le dio pasto que comer a todo el zoológico de medios de comunicación, de cierta clase social… etc.

Escuché una crítica bizarra “es soberbia, habla sin papel como diciendo miren que inteligente que soy puede hablar espontáneamente” (sic)

¡Qué los parió! Llegar a este punto. Yo que estoy contra de la soja (que empobrece el suelo), de los transgénicos (que manipulan los monopolios en semillas) y del glifosato que contamina tener que coincidir con la Cristina y sus muchachos. Yo que no la quiero y no la voté…

Llegado a este punto, Unamuno me asiste con otra frase:

Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.

y ya que estamos qué tal estas palabras de José Ingenieros(1):

Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van.

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(1) José Ingenieros (n. 1877, en Palermo –Italia- 1925 en Buenos Aires) fue médico, psiquiatra, psicólogo, farmacéutico, escritor, docente, filósofo y sociólogo ítalo-argentino.

Si a alguien le interesa saber sobre el glifosato hay abundante información en Internet. En LaNación.com, en estos días, salió una investigación del Conicet sobre la contaminación del agua en la prov. de Bs. As. por el glifosato.