27.2.08

Aprendizajes VII

Quien tiene tejado de vidrio no debe tirar piedras al aire… (porque alguna puede caer encima del tuyo)

En estos días noticias de aquí y de allá, de esas que no salen en los diarios, me hicieron acordar de ese viejo refrán.

Así, vi como hijos/as, que alguna vez criticaron a sus padres despiadadamente, hoy como un boomerang los problemas con sus hijos juegan al mito del eterno retorno (mito que no significa que ocurra lo mismo que en el pasado, nos percatamos de las diferencias, pero burdamente podemos trazar algunos paralelismos). Debe de ser eso de mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. Entonces recordé un cuento por el que un hijo da de comer a su padre en un cuenco de madera por temor a que rompa sus platos de loza, el hijo del hijo mira a su padre y busca un trozo de madera. Rápido se pone a trabajar y le va dando forma de plato. El padre le pregunta ¿Para quién es?, el hijo responde: para cuando tengas la edad del abuelo.

Este relato, que me fue repetido en más de una oportunidad, como en todas las narraciones que vamos recibiendo nos deja algo, este cuento es para mí una síntesis del educar con el ejemplo; sobre todo, cuando hace unos 15 años, escuché a una niña decirle a su padre “cuando seas viejito yo te voy a cuidar como vos cuidás al abuelo.” Sin pretender el cuidado (si llego a más viejita), creo que lo que estamos olvidando en este mundo es: cómo sin decir una palabra transmitimos mucho más a las nuevas generaciones. Es más, muchas veces la palabra es contradecida por las acciones, he escuchado lo de respetar a los mayores y luego festejar como un pequeñín insulta al padre o al abuelo. O decir : "mentir es malo" y luego decir "decí que no estoy" para no atender al indeseado/a que solicita a uno de los padres por teléfono.

Muchas veces se les dice a los hijos que tengan vida sana y, en la práctica, quien lo dice hace lo contrario, cómo hablamos de educar en la seguridad y criticamos todo el tiempo.

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No importa lo que hagas, siempre habrá alguien dispuesto a criticarte (y no de manera constructiva). A una persona como yo, con un superyo gigante, ciertas críticas le duelen. A veces ser un poco “diferente”, tener otra mirada y las mejores intenciones no nos llevan al paraíso, sino al infierno. Hace un par de años me vi enredada en cuestiones familiares (por ser metida), las buenas intenciones no alcanzan. Resonó en mis oídos aquello de “mirá quién habla, la perfectita”. En esos días la perfectita (yo) andaba de capa caída (una de mis hijas me tenía a maltraer con su conducta), el enterarme de ciertos pormenores no me salvó del resentimiento, de la bronca, del decirme “para qué me meto. ¿Cuándo voy a aprender? ¡Qué se arreglen!” En este febrero, una de mis hijas me dio un tirón de orejas sobre lo que hice, tiene razón, pero ¿cómo se hace para salir de cierto círculo vicioso? No todo pasa por los otros, a veces la cuestión pasa por los límites que uno no pone, por no decir NO a tiempo, por no saber decir esto no me gusta, por temor a que tus seres queridos piensen mal y por muchas otras tantas tonterías.

Cuando ella sea sicóloga no voy a poder ir a su consultorio por ser familiar. ¡Lástima! Porque pinta bien, por lo menos para ver lo que le pasa a los otros, en este caso a mí.

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Al buen callar llaman Sancho…

A veces el enojo nos lleva a ciertas opiniones, a sentir y decir al toque y luego nos arrepentimos, pero bueno “nadie es perfecto” (aunque no está bien eso de recurrir a la imperfección para justificar ciertos exabruptos). Así me quejé de las horas que perdí, de cierto dinerillo que no iba a ganar y resultó ser que cobré algo que me debían y un poquitín más de algo por adelantado. Como si fuera poco podría llegar a compensar las horas de trabajo perdidas y, por el momento, me confirmar ciertas horas en otro lugar.

Así que para los enojos debo primero aprender a contar pausadamente hasta diez, respirar profundo y morderme la lengua (o en este caso pensar en lo que escribo). Mucho más vale la elocuencia de labios pegados.

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"No importa lo que hagas, siempre habrá alguien dispuesto a criticarte"

Ya separaste un eslabón de la cadena... y ahora podés abrirlo. Lo escuchaste, lo viste... te lo cuestionaste... te quedaste pensando... eso ya es... solo pensar... es la clave para el cambio, el cuestionarse. No por que la hija tenga o no razón, si no por poder ver las cosas de otra manera y pensar...
Es una dinámica grupal... todos tienen que cambiar, pero si vos cambias, el resto se va a tener que acomodar... besos babosos

27 febrero, 2008 20:27  
Anonymous Anónimo said...

* Dar ejemplo a los hijos... No se puede ser ejemplar Amalia. O por lo menos yo no puedo serlo.


*La acción genera reacción. Y cuando uno hace, produce, las reacciones de quienes nos rodean suelen ser desparejas: critican o aprueban. Creo que en la dinámica de las relaciones humanas este es un mecanismo casi automático

* Se dice que "el que calla, otorga". Le puedo asegurar que hay silencios tan rotundos como la respuesta más contradictoria.

27 febrero, 2008 21:51  
Blogger TOTA said...

Primero:Es fácil criticar pero es dificil dar ejemplo. POr ejemplo, con respecto a la abuela es dificil cuidarla con lo que come pero bueno, se esta ahi para evitar todo lo que se puede (me gustaría que no fuera asi). Ahora se esta cuidando un poco más no sé si es porque se viene el segundo bisniet@ y a la vez trata de malcriarme dandome algunas cosas que sabe que no me caen mal y estoy comiendo jajaja esa es la abuela.

Segundo: Como bien dije en el primero, es fácil criticar. Por otro lado, es dificil no meterse en la vida del otro cuando uno ama a esa persona y quiere lo mejor para la misma. Lamentablemente el ser humano tiene la tendencia a una autodestruccion y hacer lo contrario de lo que el resto o mayoria dice, en todos los contextos.
Ah, otra cosa señora "perfectita" que reconozco que he utilizado ese termino para referirme a usted. Aunque lo tomes de una forma despectiva, porque sé que lo tomas asi, he decirle que nunca fue de esa forma, o no en su totalidad. Como hija puedo decirte que te veosarriba por los logros que has hecho y que me gustaria estar en tu lugar ¿Nunca escuchaste hablar de que si te dicen algo es por envidia? Muamua, me extraña a estas alturas de la vida.
Gracias por aclarar quien era de la familia porque como vera, uno tiene cola de paja jajaja de solo leer lo que escribo me rio.
(si, estoy contestando mientras leo tu post)

tercero: El humano es impusilvo por naturaleza y si, suele arrepentirse...como ahora que no sé si lo que escribi se entenderá de como lo pienso exactamente o habrá malos entendidos.

Muamua, una abrazote de oso puedo darte y un "te amo" por ser mi mamá. Saludines

28 febrero, 2008 05:54  
Blogger Amy said...

Tota: el perfectita no tiene que ver con vos, sino con dos madres y otras personas. De una ni me lo esperaba, me dijo algo así como que si yo era la mamá que hacía esto y aquello, que además de tener un trabajo fuera de casa cocinaba y las etc. Era (o es)la mamá de una ex compañera de colegio de Pau. Yo ni la conocía, la hija había ido un par de veces a casa, luego le debe de haber dicho algo a la mamá en sus acostumbradas peleas y quedé en el medio, nunca más la vi. Las otras veces me las reservo. Sos COLA DE PAJA. Ahora que me lo recordás lo VOY A TENER EN CUENTA. JE!

28 febrero, 2008 06:35  

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