29.1.08

Vacaciones en el Sur 2008. Parte II

Llegamos a Viedma. Capital de la provincia de Río Negro. Nunca había pasado una noche en esa ciudad. Buscamos alojamiento, otra vez la cuestión de cómo se ponen las estrellas a los hoteles, si se verifica el mantenimiento del lugar, etc. etc. El precio del hotel según las estrellas, la atención buena, hay detalles de mantenimiento que parecen no ser tomados en cuenta. ¿Por qué me fijo? Porque andan muchos turistas de aquí para allá, un gran porcentaje son extranjeros y si quieren que vuelvan o recomienden el lugar la atención debe ser más que buena. Conseguimos lugar en el hotel frente a la arbolada costanera del río Negro (1), enfrente se visualiza Carmen de Patagones, la vista durante el día y la noche es agradable. En verano los álamos, sauces y mimbres están cargados de hojas, su sombra es un alivio para los “molestos” rayos de sol (la gente dice que el sol “pica”. Un taximetrero nos contó: “el sol está tan “fuerte” que tenemos problema con el tomate, el sol quema la flor”. Esto fue parte de su interpretación sobre el agujero de ozono). La gente de menores recursos pasea por allí y va al balneario que cuenta con guardavidas y todo. Los que tienen más dinero se van a otro lado, uno de los lugares más cercanos es balneario El Cóndor (a 30 km), a unos 200 km: Las Grutas (San Antonio Oeste) por supuesto, para ir a ambos hay que tener auto o dinero para transporte público y no resulta muy barato.
El primer día, a eso de las 21 horas (antes diría de la noche, ahora no sé qué decir), con luz solar aún, empecé a escuchar ruido de agua cayendo, pensé que se había roto alguna cañería, mi sorpresa fue ver la fuente iluminada cerquita del hotel. Cuando llegamos con calor y cansancio ni le prestamos atención.
Fuimos de compras hasta un super y cenamos en la habitación del hotel.
Al día siguiente nos fuimos a recorrer la costa marítima con la información que nos habían dado en la oficina de turismo. Algo cambió. Hace unos treinta años me quejaba de que los precios pasando el Colorado eran un atentado contra el bolsillo. Mi cuñado decía que los ponían porque se creían zona de turismo. Ahora han buscado la forma de ser zona de turismo y ofrecen información sobre alojamiento, gastronomía, sitios de interés, de lo qué se puede hacer, etc. con folletería y mapas y los precios (salvo en Las Grutas) no me parecieron excesivos.
Viedma es una linda ciudad, no fui a sus museos, ni a espectáculos, pero tuve cierta aproximación a su arquitectura y a su gente. Además de recorrer la costanera, anduvimos por el interior de la ciudad a pie y en auto. Me impactó Carmen de Patagones, es una ciudad vieja que se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII, me gustó ese espacio que guarda “memoria”.
Desde Viedma tomamos una lanchita que cruza el río y te deja en la costa de enfrente. Eran ya las 22, la última lancha sale a las 23, si el tiempo está bueno. Caminamos por el lugar, ya habíamos hecho un recorrido con auto por la costanera y por la ciudad por la mañana. Como había viento, estaba nublado y se venía la tormenta, la lancha dejó de salir nos volvimos en taxi. Fue una linda oportunidad para que alguien nos diera su visión del lugar, de su forma de pensar el agujero de ozono, la vida en el lugar. Víctor se olvidó los anteojos en la lancha, al día siguiente los fue a buscar y al conductor de la lancha le parecía raro que no los fueran a reclamar. Sobre Carmen de Patagones si quieren información pueden visitar este sitio http://www.maragato.com.ar
Allí se van a enterar el porqué de “maragato” y van a ver imágenes que son fieles a lo que yo vi. La costanera de Carmen de Patagones quizás, sólo quizás, tiene menos playa, pero me gustó más que la de Viedma. Está más cuidada.
Cuando fui por primera vez a El Cóndor (hace más de 20 años) era un caserío lleno de arena de los médanos sin fijar, un camping insufrible que nos impulsó a seguir hacia Las Grutas, eso sí, la playa como hasta ahora extensa, que antes con el viento no parecía hospitalaria, esta vez hasta el viento parecía haberse tomado vacaciones. Hoy el balneario ha cambiado tiene servicios de todo tipo, árboles, agua potable y buena atención. Pasamos por la Caleta de los loros, área protegida de estas aves (que cuando yo era chica se las consideraban plaga, atacaban los brotes y cultivos; se las exterminaba de cualquier forma). Seguimos el camino de la costa hasta La lobería (el lugar con mayor cantidad de lobos que vi), hicimos un alto en el restaurante Restinga (incorporé esa palabra a mi vocabulario). El lugar, modesto, precios buenos y con vista al mar. Como para visitar y pasar un rato agradable, aunque había unos turistas que se quejaban de la comida. A mí no me pareció mala.
Si quieren tener imágenes del lugar este es un sitio para visitar http://www.patagonia.com.ar/rionegro/viedma/caminocosta.php
Después de dos días muy tranquilos, para mí cargados de reencuentros con lugares, de recuerdos de haber pasado por allí con las cuatro Marías, etc. etc. partimos hacia Puerto Madryn.

(1) En el hotel de Viedma tuvimos el mejor desayuno incluido en el hospedaje. Punto a favor.

(2) En El Cóndor Víctor entusiasmado con las fotos se bajó del auto y dejó el motor en marcha, las ventanillas bajas, su cartera con dinero y otras pertenencias costosas (para nosotros por lo menos) yo había bajado antes (por otro motivo) Me enojé. Mi sobrino dijo "aquí estás en otro lugar ¿quién va a sacar lo ajeno? No sé si fue una ironía, pero sucede que por allí también circula gente que no es del lugar, también uno que otro lugareño es amigo de lo ajeno.

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