24.8.07

Educando al soberano…

Hace unos años fui a Tucumán, eso fue después que dejó de gobernar cierto militar indeseable, aunque los no militares no fueron mucho mejor, allí vi una de las tantas malas costumbres argentinas.

Dejando de lado esta digresión trataré de ser directa. Si algo me molesta en los lugares públicos es la suciedad (residuos, basura, excrementos, etc. etc.) que los humanos dejan, dejamos o dejaran. Hace unos días apoyé a una mujer que enfrentó a un hombre con su perro en una plaza para chicos. Había un gran cartel con la cara de un perro tachada y debajo el mensaje de “prohibido ingresar con animales”. El “joven” le dijo a la mujer que tuviera también cuidado en su casa porque allí “seguro, tenés miles de bacterias”. Y no pude con mi genio y le dije que se hiciera cargo de la caca de su perro. No era cuestión de dejarla sola.

Bien, así como me molesta la “mugre” en esta que podría decir es “mi ciudad” (aunque nací a mil km), me desagrada que reine la mugre por donde camino, me siento, me duermo, etc.

Dije fui a Tucumán, allí las bolsas de plástico, los envases, los tetra, las latas y las etc. rebasaban rutas, riachos, arroyos, plazas y otros lugares; el colmo fue cuando llegamos a Simoca. Recorrí toda la feria con cáscaras de mandarina en la mano porque no encontré un miserable tacho donde arrojarlas ¿por qué? Porque la gente tiene por costumbre tirar todo por donde camina. Le comenté eso a una socióloga santiagueña, residente en la capital tucumana. Me sorprendió con “si esto te parece sucio ¿qué vas a pensar si vas a Santiago? Para ella Tucumán era un lugar aceptablemente limpio.

Hace un mes Víctor H. Morales (por la mañana en Continental) entrevistó a un australiano residente en Tucumán. El hombre se enamoró de una tucumana, se quedó viviendo en el lugar, se peleó con la lugareña y siguió en la ciudad porque terminó por enamorarse del lugar. Eso sí, le molesta la mugre. Cierto día unas niñas bailaban descalzas sobre la basura, él sintió vergüenza e indignación por la dejadez y junto con amigos (tucumanos) se pusieron a limpiar la zona. El problema era que a los lugareños la ciudad les parecía limpia y que el gobierno de la ciudad no mandaba ni siquiera una camioneta para recolectar las veintitantas bolsas grandes de basura juntada por el grupo de voluntarios. El australiano enamorado de nuestro “jardín de la república” dijo que en Australia en los ’70 habían iniciado una campaña de limpiar los lugares públicos y se había hecho desde las escuelas.

HOY, volviendo de mi trabajo vi como un par de jóvenes leían unos volantes y se sonreían, el comentario fue ¡qué bien! Al llegar a la escuela de la calle Gurruchaga – Villa Crespo (nada de Palermo Queen)- “una bandada de blancas palomitas” se arremolinó a mi alrededor y me informaron el motivo del porqué estaban en la vereda y no en clase.

- Señora ¿Usted está de acuerdo con una ciudad más limpia?

- Por supuesto, contesté

- Nosotros estamos haciendo una campaña- me preguntaron si tenía mascotas, dónde ensucian, qué hago con la basura reciclable, qué me parecen los cartoneros. Una vez que aprobé el examen me entregaron pequeños volantes mientras su maestra sacaba fotos.

En uno de lo volantes está escrito lo siguiente:

“Sr. Ciudadano: Nosotros, los chicos de 5º grado A de la escuela AUSTRALIA, tenemos el agrado de proponerles que nos ayuden para tener una ciudad limpia.

¿Quiere colaborar?

Si quiere siga estos pasos…

  • No dejar que sus mascotas hagan sus excrementos en la vía pública.
  • Tirar los papeles en el tacho
  • Seguir proponiendo ideas, porque nuestra ciudad se merece estar limpia.

Mailén.”

Otro:

“Sr. Vecino: ¿le gustaría tener una ciudad limpia?

Ayudemos a cuidarla, los chicos de 5º grado A de la escuela nº 2 Australia, D. E. 9 te proponen:

  • sacar los residuos en los horarios de 19 a 21 hs.
  • Clasificar las bolsas.
  • No dejar que tu mascota ensucie la vía pública.

GRACIAS

¡¡¡ POR UNA CIUDAD LIMPIA!!!

Y digo yo: ¿será casualidad que la escuela de mi barrio llamada Australia coincida con el ejemplo del australiano?

Felicitaciones señora maestra por su paciencia, por hacer algo por una ciudad a la que tanto maltratamos.

Etiquetas:

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El hombre necesita de un "gran" esfuerzo para ser limpio: es más, pero mucho más sencillo ser sucio.
Así estamos.

24 agosto, 2007 17:22  
Blogger Loca xq sí said...

1) parece que por fin encontraste una radio para escuchar en las mañanas!!! (y justo a mi jefe)
2) ayer estaba viendo Los Sopranos, una serie sobre la mafia de ítaloamericanos en New Jersey, y en un capítulo el capo se va con un par de los suyos a Nápoles; allí se va con la capa (era una mujer, sí) a un lugar histórico, donde solía estar el segundo oráculo más importante de Grecia... y me llamó la atención que la gente de producción no se tomó lo molestia de limpiar el lugar y mostrarlo tal cual estaba, con basura por todos lados...!!!! ¿será que noté la mugre porque a mí me molesta?
3) Australia es lo más, pero Nueva Zelanda me parece más de lo más
4) la mejor forma de aprender hábitos es desde chicos, sí, ¿pero qué hacemos con los ya creciditos? ¿multas, burla pública, qué catzo hacemos con tantos egoístas que no piensan que la mugre que tiran después termina tapando las bocas de tormenta y se inunda todo?

ah... el tema de para tanto...

26 agosto, 2007 17:34  
Blogger Amy said...

Hola Sir, no sé si es más sencillo ser sucio. Supongo que se trata de aprendizajes desde chiquitos.
Pau: No sé que haríamos con los creciditos, que además se convierten en ejemplo para los más chicos. Lo bueno será seguir insistiendo sobre esta cuestión. Cariños

27 agosto, 2007 14:33  

Publicar un comentario

<< Home