4.5.07

Carlos Fuentealba, a un mes de su partida.



Nació junto a la cordillera de los Andes, en un lugar donde la naturaleza es bella y placentera cuando se tienen recursos económicos; puede ser muy dura y sacrificada cuando no es así. Carlos, perteneció a una familia modesta, debió emigrar de su pueblo para estudiar, lo hizo con esfuerzo, llegó a recibirse de técnico industrial y maestro, los colegas de la escuela Cuenca XV (uno de los barrios más pobres del oeste de Neuquén) lo eligieron delegado gremial y los alumnos, en el 2006, lo nombraron “rey del colegio”.

Desde hace un mes Carlos ya no está junto a su mujer y sus hijas. Hubo una orden, hubo un disparo que le destrozó el cerebro, poco tiempo después dejó de existir. Y Sobish, quien dio la orden de reprimir, sigue en el gobierno después de haber dicho:

“En Argentina se debe discutir si vamos a cumplir con la ley y que las rutas tengan libre tránsito o vamos a cambiar las leyes y decir que una protesta sindical puede cortar las rutas y puede atacar su casa.

“Si vamos a consolidar lo ilegal, que tengan también la valentía de sancionar una ley que diga que esto que hoy es ilegal lo vamos a convertir en legal”

“Yo estoy dando la cara –manifestó el gobernador – si hay algo que me diferencia de Kirchner y de todos los dirigentes que están tratando de descalificar e intervenir a la provincia para que se convierta en un gran escándalo, es que ellos no han dado la cara ante los grandes problemas. Siempre se han escondido..."

Hay que ser hipócrita en este mundo. Es fácil decirle al otro que no reclame, descalificar a la oposición cuando se vive cómodamente confundiendo los bienes públicos con lo privado, cuando por no hacer lo que se debe hacer y se hace lo que no se debe hacer se cobra en un mes lo que a otro le lleva años con trabajo honrado, cuando no se tiene ni idea de las necesidades del otro, cuando al mejor estilo de 1984 (la novela de Orwell) se manipula el lenguaje para modelar la forma de pensar. ¿Es por eso que si le enseñamos a alguien a leer lo convertimos en peligroso?

Supongamos, le damos una herramienta como la lectura a un chico de la villa X (de esas tantas que tenemos en Argentina o en cualquier lugar del mundo -aunque cambie de nombre). Le enseñamos a juntar letras nada más, le decimos que hay un diccionario para significados y lo lanzamos al mundo. El chico, en una de esas, aprende a leer y se da cuenta que le gusta leer. Empieza a ir a la Biblioteca y lee, el bibliotecario le recomienda un cierto orden de lectura; el chico adquiere una visión diferente a lo que le dicen los que lo rodean, se pone a pensar, conecta diferentes conceptos, le hace preguntas al bibliotecario, le hace preguntas a los que lo rodean, empieza a leer los signos que le arroja su propio contexto. Cuando a ese chico le quieren imponer algo tal vez diga: NO, tal vez pregunte ¿por qué?, ¿para qué?, ¿quién lo dijo?, ¿cuál es su autoridad?, etc. Esa terrible herramienta llamada lectura ha convertido a ese niño en un ser peligroso para el que pretende dominarlo.

¿Será por eso que a muy pocos gobiernos les interesa que el soberano vaya a la escuela?

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Las raíces de este textos se nutren en Carlos Fuentealba, Griselda Gambaro y 1984.

Griselda Gambaro dijo en un reportaje “tuve la suerte de pertenecer a un tiempo en que la escuela era importante. Me gustaba leer. Mi familia era modesta. En mi casa no había libros. Iba a una biblioteca, el bibliotecario me dejaba sacar directamente los libros de los estantes, alguna vez me guiaba en lo que tenía que leer.”

Autora de numerosas obras de teatro, novelas y cuentos. Recibió los Premios Kónex, Argentores, Fundación Di Tella y Academia Argentina de Letras. En 1982 se le otorgó la Beca Guggenheim. Durante el Proceso debió exiliarse en Barcelona. Hoy vive en Argentina.

1984 ha trascendido lo puramente literario y en lo cotidiano podemos encontrar resonancia de los planteos orwellianos (no me refiero a cierto programa de TV, que prefiero obviar). Personalmente no veo a 1984 como una adivinanza del futuro, sino la puesta en escena del temor a un futuro de dictaduras; tal vez, de una dictadura capaz de manipular los medios de comunicación y anular la voluntad y la memoria de los ciudadanos. Se podría asociar a lo que dije en Una peli para ver. Una de las formas para que una dictadura (como la presentada por Orwell) se perpetúe, es manipulando los discursos sobre la realidad, la mentira pierde su condición de tal y se transforma en lo real. Por ejemplo: un atentado que no es atentado se lo presenta como tal, se dice que alguien famoso ha muerto y la gente se olvida de las coimas que involucran a un ministro o le tiran el caso Kanska a un político, como antes tiraron HSBC a otro… Aparecen titulares llamativos en los diarios que viven del gobierno. Orwell muestra como se prohíbe disentir en un mundo de ficción –que no parece tal-. En la novela el crimental (pensar diferente, la disidencia) es delito, los que gbiernan consideran que hay que terminar con las causas que conducen al mismo. Hay que manipular el pasado, hacerlo inexistente si es necesario. "Quien controla el presente controla el futuro. Quien controla el pasado controla el presente” (cita de 1984)

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hay que leer TODO: lo que se dice, lo que está entre líneas y lo que no se dice... besos Carola

05 mayo, 2007 19:28  
Blogger Amy said...

Eso parece... alguna vez podremos llegar a extender el virus de la lectura...

05 mayo, 2007 20:19  

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