16.4.07

Un 12 de abril, hace diez años...

A fines de los ’90 el menemato llevaba a cabo privatizaciones a diestras y siniestras, la gente de clase media la pedía a gritos. Los estatales abusaban del lugar de privilegio, administraban mal las empresas, recibían sueldos altos, por cualquier cosa pedían licencia. Recuerdo a una mujer que tiraba mierda contra ENTEL, pero ella había hecho una demanda a esa empresa (amparada con que el Estado siempre estaba mal representado) y con ese dinero se había ido a Europa. ¡qué la tiro de las patas! Me contaba todo junto, su crítica a: los sindicatos, los administrativos, los trabajadores, los políticos. La miraba atenta, no sabía qué decirle. Me preguntaba cuánto de ella había en mí, me preguntaba si mi defensa en las empresas estatizadas estaba vinculada al trabajo de mi marido… Recuerdo que con respecto al teléfono le dije a una señora de Claromecó: “Sí, ahora tenés teléfono. Contáme cuando te llegue la factura.” Años después era una fanática de la cooperativa local porque no podía pagarle a Telefónica. Creo que no se acordaba de lo que me había dicho, le hice un comentario; no se dio por aludida.

Así somos, de memoria frágil.

Hace diez años cuando comenzaron los piquetes en Neuquén. Sapag les había descontado del salario una bonificación de un 20 por ciento por zona desfavorable, además de otros beneficios. Cargaron contra maestros, políticos opositores y hasta contra el obispo Agustín Radrizzani. Se produjo un movimiento de apoyo en Cutral-Có y Plaza Huincul, también con un corte de ruta. Al reclamo de los docentes se agregó el de la falta de trabajo.

Fueron reprimidos y la respuesta fue una verdadera pueblada. La gente salió a las calles y los gendarmes tuvieron que replegarse. Habían tratado de desalojar la Ruta 17. Luego intervino la policía.

Una bala dio en el cuello a Teresa Rodríguez, empleada doméstica de 24 años, murió poco después en el hospital. Nunca se supo si iba a trabajar, a comprar el pan o a ver a su pareja, que estaba en la protesta. Se insistió en su no participación, en el “víctima inocente”, como si tirar piedras a un policía armado con Itaka fuera una lucha entre iguales, como si eso los convirtiera en culpables. Eso me recuerda a la insistencia de Walsh, en Operación Masacre, al decir que los fusilados del basural eran inocentes a diferencia de los fusilados de Lanús.

La cuestión es la “legalidad” del que tiene el arma, esa legalidad no lo debiera proteger del cartelito de asesino. En esa época Corach ponía el cartel de “subversivos a los piqueteros”. Supongo que en buen castellano subvertir no necesariamente debería tener una carga negativa, no debería ser sedicioso, insurrecto, conspirador, turbulento, insubordinado, agitador, perturbador o peligroso. Subvertir puede ser REVOLUCIÓN, dar vuelta lo que está mal. ¿Deberíamos entonces hablar de la Revolución francesa, de la Revolución de Mayo y las etc.? Pero ¡Claro! A los que se sienten tocados por la cuestión les molesta que le refrieguen ciertas cuestiones. Como en el caso de Costequi, el gobierno de Sapag atribuyó el disparo a francotiradores. Pero como ahora las pericias pueden desmentir los infundios, la bala en cuestión era de una 9 milímetros, el calibre que usa la policía, no se trataba de una bala de otro lado, era de la "fuerza represiva legal". Pero ¡oh! No se pudo determinar qué arma había sido de la policía. Entre los 22 policías que intervinieron en la represión estaba Poblete, fue sobreseído en ese caso. Pasaron los años y las cosas continúan repitiéndose igual. Cuando algo así se repite NO ES TRAGEDIA, es farsa. EL ERROR TRÁGICO ES INVOLUNTARIO, si se repite somos farsantes.

Por la muerte de Teresa Rodríguez nadie fue imputado, dos años antes mataron a Víctor Choque en Ushuaia, un obrero de la construcción al que una bala le amputó los sueños que lo llevaron desde el norte al sur argentino. No tenía armas, estaba en la vereda. ¿Protestaba?, ¿estaba sólo mirando desde la vereda de su casa?, ¿tiró alguna piedra? Eran épocas de despidos masivos en la ciudad…

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No olvidemos a Carlos Fuentealba, para que no se repitan viejos errores.