¿A quién le interesa?

Este texto nace como parte de una respuesta a mi sobrina Carola, con quien dialogo muchísimo a partir de textos (mails, mensajitos y comentarios usando los beneficios de esta tecnología), se convierte en una "voz" que por ahí me cuestiona, queriéndolo o no, por ahí algo que pensaba cuando ella lo comenta me hace reverlo, repensarlo. Es alguien que está allí y me devuelve la botella lanzada al cibernético mar de la blogosfera y sobre todo me acerca parte de su afecto en recuerdos amasados de siendos y no sidos, porque los conserva.

Ella escribió

En el gran país del norte un chico desquiciado mató a 33 personas. En mi país un servidor público fusiló a un docente por orden de un funcionario "elegido" por el pueblo. Y Nina Peloso se cuelga el rostro del asesinado por puntos de rating, patético lo nuestro. ¿Qué mensajes damos a nuestros hijos aceptando tanta mediocridad con tanto naturalismo?

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Hace 15 días hablaba sobre las adicciones con un grupo de 21 alumnos me declaré abiertamente en contra de las drogas, del alcohol, de otras adicciones (que llevan a serios problemas de conducta) y de las técnicas de manipulación de mensajes.

Ya no me sorprende la justificación del consumo de alcohol ni de drogas por parte de los jóvenes, después de escuchar a un conductor de radio decir que se debe probar de todo y que no hay que consumir demasiado de nada PARA NO ABURRIRSE ¿puedo sorprenderme? Esta era parte de una respuesta a un oyente que le preguntó cómo hacía él con su hijo, ya que había estado (el conductor con su hijo) en un festival de rock apoyando a una banda que se declara abiertamente a favor de la droga. “Yo le digo [a mi hijo] si vos consumís mucho pollo te cansás, consumí poco y no te vas aburrir”. Además, dejó a las claras que él también se droga (parte de esto lo escribí en otro post).

Los pibes me decían que el consumo de drogas, alcohol, comida, etc. es parte de su libertad. Entonces me preguntaba ¿cómo se es libre cuando se depende de un elemento x para lograr un efecto Z? Suelen decirme que tomar una aspirina ya es drogarse. Entre otros, me lo dijo un estudiante de medicina, bastante crecidito, a propósito de Maradona. Con alguien así como modelo, es lógico que los chicos dijeran, hasta hace poco, que uno se podía recuperar. En boca de gente que parece “inteligente” he escuchado decir que conocen a tales o cuales que se drogan desde hace años y no son adictos, que no les pasa nada. Bien, parece que Maradona no se puede recuperar y sale de lo malo para lo peor. ¿Y por qué nombro a un jugador de fútbol en todo esto? Porque se convirtió en modelo. Porque lo llevaron a la categoría de Dios, contribuyeron en hacerle creer que todo lo que hacía estaba bien y él se la creyó. Cometió excesos ¿le quedan neuronas? Ah! Pero como todo es relativo, y él es Dios…

De modelos de los medios, de la cultura del “COMPRE YA”, del “no sos ciudadano sino no tenés esto o aquello” (en palabras de García Canclini, que hace un análisis agudo sobre una sociedad materialista), del “hombre Light” con neuronas adelgazadas (Rojas), de la extensión de lo descartable aplicada a las personas (no sé quién lo analiza, es probable que sea una observación sólo mía) del tome, use o exhiba tal cosa PARA SER (de la publicidad y el marketing)… los jóvenes ¿valoran la vida?, ¿los adultos valoramos la vida?

Hace un tiempo escribí sobre el “estoy jugado”, alguien en situación extrema, un chico que recién había salido de la cárcel volvía a delinquir. Tomó un rehén, en un momento dijo “estoy jugado” pensé que lo iba a matar, finalmente liberó rehén. Recuperé de él que todavía tenía la moral de la vida. ¿Qué pasará con la generación siguiente? Recordé la película Ciudad de Dios.

Sábado 21 de abril a la madrugada, Bs. As., unos chicos están cruzando la calle, un adolescente de 18 años, probablemente alcoholizado, los lleva por delante. Las madres del dolor acompañan a los padres de las víctimas. Dice una de ellas sobre el conductor “estaba alcoholizado”. En el diario La Nación, pasan la noticia lavada (no dice nada del joven, soy mal pensada ¿hijo de quién será?), en una radio y en otro diario se hace hincapié en la ebriedad… ¿Cuántas víctimas más tendremos que padecer? ¿Cuándo nos toque?

Discépolo, autor de Cambalache (que cada vez más parece ser la canción que nos representa), que se constituyó en "la voz del pueblo", mimetizándose con el dolor, el abandono y la injusticia que padecían los porteños a comienzos del siglo pasado decía: "Una canción es un pedazo de mi vida, un traje que anda buscando un cuerpo que le ande bien. Cuantos más cuerpos existan para ese traje, mayor será el éxito de la canción, porque si la cantan todos es señal de que todos la viven, la sienten, les queda bien."

De ese mismo modo pienso entre ese ir y venir de modelos que se realimentan, entre los que están al margen del sistema, de los que no tienen “VOZ” para decir y tratan de tenerla, entre los que eligen representantes para que digan en su lugar…

Sobre NP escuché que mucha gente la trató bien, otros no tanto. Me llamó la atención alguien de su misma condición social “para él era como si hubieran llegados ellos a tener representación” en un espacio visto por mucha gente. Era como si hubieran alcanzado una forma de representación. Equivocado o no el que se sentía representado, me hizo pensar en esta cuestión de mercadotecnia, los programas sobreviven porque hay gente que los mira. ¿Qué imagen se nos da del mundo? ¿Qué imagen reciben los televidentes del mundo? ¿La tienen igual a lo que ven, se modifica por lo que ven? ¿Quién tiene la culpa, el chancho o el que le da de comer? ¿A quién le interesa que haya gente pensante, cuestionadora, que vote con el cerebro y no con los intestinos? ¿A quién le interesa que la gente compre lo necesario y se ría el último piripipi con poropo de última generación?

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No me olvido de Carlos Fuentealba.