17.4.07

Lluvia en Baires

17 Hs. “Salí ya para el dentista. Desde la ventana veo una nube negra. La tormenta va para allá” (Víctor desde Ramos me avisaba para que saliera antes de que se largara a llover)

- No, no voy a esperar a lo tonto en el dentista.

18,25 “¿Todavía estás allí? Ya tenías que haber salido. Pedite un taxi

18,30 Encontrar un taxi es más difícil que encontrar una aguja en un pajar. No hay paraguas que sirva, no importa que pises o no un charco. Te mojás hasta lo más íntimo. Debajo de un techito en una esquina espero y trato de pescar un taxi, la calle se convirtió en un arroyo. Los rayos me enceguecen y ensordecen. Me dan miedo son como un abanico frente a mis ojos. Pienso en que los desequilibrios que el hombre produjo en el planeta los vamos a sufrir todos. No importa quien comente los excesos. No importa que no tenga un auto para no contaminar. No importa que trate de consumir lo mínimo y adecuado para reducir mi impacto en el mundo. Voy a padecer el derroche de los países “civilizados” que dilapidan a troche y moche los recursos del mundo.

Un tachero para, me subo al auto. Me doy cuenta que estoy chorreando agua. Le aviso que estoy muy mojada. Apoyo cuidadosamente el paraguas sobre el piso de goma, pero no importa ya. Estoy empapada, le voy a mojar el tapizado. Me pregunta si se inunda por donde vamos a ir. Le digo “no lo sé. Aparentemente es una zona alta. Nada es seguro con una tormenta como la de hoy.” “Estamos haciendo pelota al planeta –con perdón de la expresión” dice el tachero. Le contesto que al planeta no le importa nada de nosotros, que va a recuperar el equilibrio como sea. No hay ozono, buenas serán las descargas eléctricas. ¿Lluvia ácida? Se desparrama sobre los bosques cercanos, los árboles mueren, el Amazonas es desvastado, las papeleras consumen árboles para pasta de papel, los desechos de las papeleras -les guste o no a los vecinos uruguayos- CONTAMINAN, NADA DE LO QUE HACEMOS ES INOCENTE. Nuestra necedad y contaminación no disimula la que van a traer ellos. El tachero me contesta que va a morir mucha gente. La cosa se pone cada vez peor. No se ve a través del vidrio. Una cortina de agua empaña todo. Por el aparato de aire acondicionado gotea agua. De las bocas de tormenta sale agua en lugar de absorberla. El tachero comienza a tener miedo, el agua golpea tan fuerte que cree que se trata de granizo, le digo que es solo agua, que estoy mirando hacia arriba, que las gotas son como uvas grandes. Dice que me acerca y se va para la casa. Quiere estar con su familia. “Diosito hacé que pare el agua” –dice y se persigna. A medida que nos acercamos a Río de Janeiro y Arengreen el tránsito es más lento. El agua corre como si fuera un arroyo de montaña. El tachero decide ir por otro lado, nos desviamos varias cuadras. Veo autos subidos a la vereda. El tachero se pone nervioso. Le digo que si no quiere seguir que pare, yo me bajo y trato de seguir a pie. El auto se balancea, pareciera que en cualquier momento salimos flotando. Subimos lentamente por calles más altas. Las bolsas de basura flotan, no hay bocinazos, algo extraño en los porteños. Todos en fila, obedientes a las normas de tránsito. Tardé en llegar tanto como cuando hago el camino a pie. Sentía que chorreaba agua. Antes de que me atendiera el dentista fui al baño, me saqué el pantalón y los escurrí como si lo hubiera sacado de un balde con agua. Víctor salió del trabajo y me fue a buscar. Tardó más de la cuenta. En la calle vemos muchos autos, están tratando de evadir Juan B. Justo. La tradicional avda. que se inunda. Debajo de ella el Maldonado, entubado o no, debe reírse de las obras de limpieza y de la ampliación para que evacue más rápido. Del barrio de taitas, malevos y de los versos de Borges el Maldonado se resiste, sigue aflorando sobre el asfalto. En Baires es fácil ver por donde iban los antiguos riachos, las calles bajan hacia ellos y durante las lluvias son cuna del agua.

Regreso a casa, han pasado dos horas nada más, me saco la ropa mojada, caliento caldo y lo disfruto. Recuerdo los relatos de Primo Levi. El tiempo en los campos de concentración en que pasaban días enteros mojados y sin comida, tiempo de maltrato por crueldad y estupidez humana. Pienso en el futuro. Pienso en mi nieto en un mundo que el hombre destroza por estúpida ambición. No creo que esto arregle con nuevas obras de desagüe, en una hora cayó tanta agua como debiera caer en una semana. Por la radio informan sobre el caos en que se convirtió la ciudad, pienso en las casas al lado de los pozos de nuevas construcciones, en los deslizamientos de tierra, en las caídas de las casas. Llueve menos, pero la lluvia no cesa. Llevamos más de un mes de la temporada de lluvias. La temperatura es más alta que hace 38 años. Dicen que no es tiempo suficiente para medir un cambio climático. En la tele dicen de cuidar los lugares donde se acumula el agua para evitar los criaderos de mosquitos, el fantasma del dengue nos toca la puerta. ¿Cómo se hace con todo esto en estas lluvias?

3 Comments:

Blogger TOTA said...

Este...antes de seguir voy a corregir algo: "padecer el derroche de los paises civilizados" estas incluyendo a la mayoria ¿no?Digo, nosotros no estamos exentos, en algun momento habremos derrochado agua (quien lava su auto con manguera, en las veredas,etc), habremos tirado cosas contaminantes (plástico, chicles, detergentes,etc), etc. Todos somos culpables. Después sigo...creo

18 abril, 2007 21:05  
Blogger TOTA said...

Primero, QUE NO CUNDA EL PÁNICO.
Segundo, INFORMARSE SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO...si bien los meteorologos discuten con otros cientificos si se trata o no de una cambio climatico, dado que en la historia climatica hay como repeticiones de clima violentos y otros pacificos...hoy en dia no podemos decir que no hay cambio climatico cuando se estan derritiendo los polos...los osos no pueden orientarse y se terminan muriendo (despues de nadar muchas horas, cansados, se ahogan).
Mucha gente, he oido decir, que piensa que la tierra tambien se contamina...si, pero tenia un equilibrio y nosotros le corrimos ese ciclo de equilibrio.
2500 cientificos son los que estan estudiando el cambio climatico...ya dieron 2 informes...uno más fulero que el otro...en 100 años se extinguirán el 30 % de las especies y este año es el año 1. Faltan 2.

No podremos prevenir los cambios pero lo que se puede es no empeorarlos. Un grano de arena acá, otro allá, se van sumando.

Da para hablar y hablar y hablar

18 abril, 2007 21:13  
Blogger Amy said...

Hace muchos años leí sobre el mal uso de los recursos naturales, texto de uno de los primeros ecologistas argentinos. (Se tuvo que ir del país en los '70, terminó trabajando en Centro América, Europa, etc.) En su análisis diferenciaba el CIRCULO VICIOSO DE LA POBREZA (mal uso de los recursos por necesidad e ignorancia)de los países subdesarrollados y el derroche de los "civilizados", primer mundo, países centrales o denominación parecida. A orillitas del Mediterráneo vi como en una ciudad de España una chimenea ennegrecía el cielo (año 2000). Me preguntaba a cuantas chimeneas nuestras equivalía. Pienso en lo que pasa en Irak, queman petróleo para no entregarlo a los yankis ¿es culpa de quién? Las papeleras están en Uruguay por el flaco favor de los filandeses... nosotros tenemos unas cuantas industrias contaminantes. El río de La Plata es el cuarto en riesgo de contaminación en el mundo... Bue...largo de sitetizar. La de anoche no fue la primera lluvia en la que me metí, pero en esta sentí miedo. Las descargas eléctricas son un condimento duro de asimilar. Te cuento que la hay mucha gente sintiendo lo mismo. ¿El espíritu científico del análisis... se ha demorado?

19 abril, 2007 00:41  

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