8.2.07

Saber contar

Contar es un verbo con varios significados. Así nos sirve para numerar cosas como unidades homogéneas, referir sucesos (verdaderos o falsos), considerar algo o a alguien, hacer y formar cuentas según reglas de aritmética, equivaler cuando digo “trabaja tanto que cuenta por dos", utilizarse para decir algo que nos importa o no cuando digo “eso no cuenta” o “ese favor cuenta mucho de vos”, tener a alguien incluido para lograr un objetivo “cuento con ustedes para no sentirme una loca que habla a la nada”, etc.
Generalmente la gente toma dos opciones: una matemática (con gran prestigio) y otra desprestigiada, devaluada vinculada a la narración, a la literatura. ¿No escucharon alguna vez decir “eso es literatura”? ¿Qué quieren decir? ¿Lo pensaron ya? Cuando me dicen eso equivale a “es falso”, “es ficción”, “es una tontería”, “NO SIRVE para nada”, etc. etc.
Hay personas que, sin saberlo, se tomaron en serio lo de “los hombres son aristotélicos o platónicos”, también supongo que tampoco entienden demasiado eso. Pero no importa demasiado. Tampoco yo tengo muy claro porqué lo decía Borges citando a un escritor inglés. Cada quien toma la palabra, la bate, la asocia, la troquela y saca sus conclusiones.
Resulta que hace mucho tiempo estudié contabilidad y enseño un poco esa materia (a nivel secundario) agregado a eso me gusta la literatura (aunque PA LA GRAMÁTICA SOY UN ZOQUETE, fue mucho más que varios parto dar decorosamente esa materia con siete). A ver… retomando el hilo de lo que venía diciendo, estudié dos cosas en apariencia DIFERENTES. Por un lado, Contabilidad y materias afines, por otro LITERATURA (de ambas obtuve un papelucho que me acredita haber pasado por instituciones legales, haber cumplido con todos los requisitos de exámenes, antecedentes, etc. etc. con bastante buenas notas –lo cual no quiere decir que sepa más que otra persona que no fue a estudiar o tiene sapiencia natural). Significa que “alguna cosita” he podido aprehender con mi intelecto. Pero sucede que para algunas personas contabilidad y literatura son opuestas, modestamente para mí tienen mucho que ver en el arte de contar. De ambas he aprehendido mucho, aunque pueda ser un delirio mío, nada más.
He aquí que ambas tienen raíz común, además he visto muchos químicos, contadores, ingenieros, médicos y otros haciendo la carrera de letras. No soy la única chiflada. No digo lo de chiflada simplemente porque soy masoquista, insegura o las etc. Una vez, de las tantas, una persona me dijo que no convenía que cuando fuera a buscar trabajo dijera que había estudiado cosas tan diferentes, que si ella estaba al frente del colegio no me daba trabajo. Entonces le dije “¿Vos crees que una declaración de ganancias es más real o cierta que un cuento? ¿vos sabes lo que significa “dibujar” el importe sujeto al impuesto? Otra vez, me pasó que cuando presenté los papelitos con los títulos para las vacantes: se sorprendieron y me dijeron algo parecido a lo anterior. Por supuesto, no me dieron el trabajo.

A mis alumnitos les digo que la contabilidad es una materia que con pocas palabras y algunos números nos cuenta sobre la vida de una empresa, tenemos que saber agrupar los datos en cuentas de manera que sepamos lo que debe haber y no hay. Alguna vez les hice escribir un cuento con términos contables; para algunos, era una experiencia divertida, para otros, el delirio de una profesora ambivalente. Bueno después de todo Don Lucas Pacciolo (papi de la contabilidad y gran matemático) fue profesor de Da Vinci y sostenía que la belleza tenía mucho que ver con las matemáticas, muchos artistas –empezando por Da Vinci- se inspiraron en él para realizar sus pinturas y sostuvo hace mucho tiempo que “las matemáticas pueden ser divertidas” (toda una anticipación para cierto librito que hoy circula como best seller en nuestras librerías. Yo no puedo dar fe de lo divertido que puede ser estudiar matemáticas, pero sí que me casé por una cuestión vinculada a las matemáticas, mi maridito se ofreció “desinteresadamente” a enseñarme matemáticas I del profesorado –que ni bien aprobé, olvidé). Bueno, parece que mi pensamiento árbol se está copando y esto es un ombú (que como saben no es un árbol, sino una hierba gigante y hueca, este texto corre peligro, sobre don Luca cuento otro día)
Yo decía en esto de contar, la importancia de saber contar. Escuché un cuento que me pareció hermoso:

“Cuentan que cierto rey tuvo un sueño y llamó a un sabio para que lo interpretara (don Freud no había desarrollado todavía su teoría de los sueños, sino el rey habría llamado a un psicólogo). Y le dijo: anoche soñé que abría la boca y se me caían los dientes. (¡No! no tiene nada que ver con el cuento de Poe que es de terror)
El sabio le respondió: Esto me hace pensar, mi estimado señor, que morirán antes que vos, tus parientes.
-¡Pájaro de mal agüero! Gritó el rey- mandó que lo sacaran de su vista y le mataran.
De inmediato hizo hablar a otro sabio, allí presente.
- ¡Buenas noticias señor! Tendrás larga vida. Tanta que sobrevivirás a tus parientes, dijo el segundo sabio
El rey satisfecho mandó que le entregaran 10 monedas de oro.

Uno de los presentes le preguntó al segundo sabio:
-¿Qué pasó? ¿Cómo lo hiciste? ¿Le habéis dicho lo mismo y has sido recompensado?
-Muy simple, mi estimado compañero, sucede que lo importante es saber a quién tienes que contarle y qué quiere que le cuenten.

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Nota al pie

Desde hace mucho tiempo me interesan los efectos de las narraciones en las personas. Cuando mis hijas eran pequeñas, les regalé Un elefante ocupa mucho espacio, hermoso libro para niños, elegido en su momento como uno de los mejores libros del mundo para niños. Aquí estuvo prohibido por la dictadura porque era “subversivo”. Es cierto que las narraciones pueden ser excelentes formas de educar. Si le decís a un nene “no mientas”, “es feo mentir”, el pibe/a no entiende, no quiere entender, es una orden, ¿por qué la tengo que obedecer, si mi papá se lo pasa diciendo mentiras? Puede bien razonar el niño/a. Si le contás Pedro y el lobo (Pastorcito mentiroso) o cualquier cuento por el estilo, habrás instalado en el niño cierto temor inconsciente sobre los efectos de la mentira mucho más poderosos. Suelo inventar historias o presentar historias para que mis alumnos debatan, por eso me gustó tanto el libro de J. Ferrés que me regaló Mati-liter, pues habla de las comunicaciones inadvertidas. Las narraciones que se nos presentan nos dicen, pero también tienen que ver con qué queremos que nos digan para que las compremos. Eso pasa con ciertos programas de TV, si no hubiera audiencia y gente que gasta dinerillo comprando esos espacio, esos programas no existirían. Chan! Chan!

Bueno, supongo que este cuento se adapta muchísimo para los que hacen estudios de mercado; cuando se sabe qué quiere el cliente y quién es, es fácil venderle cualquier cosa.

2 Comments:

Blogger Loca xq sí said...

yo era una de las que creía que eran carreras/materias opuestas (y no por eso malo, como algunos habrán dicho), y recién ahora veo lo que tienen en común

qué ciega

12 febrero, 2007 11:50  
Blogger Amy said...

La contabilidad y la literatura son dos formas de representación simbólica que los hombres tienen. Fray Luca Pacciolo (o Paccioli)es interesante de leer, la primera vez que tuve noticias de él era muy chica, la referencia está en unos libros de tapas descoloridas (aún los guardo)que los regaló un manco (y no de Lepanto)que dijo que yo los iba a utilizar y bien.
Cuando empecé el profesorado tuve una profesora de economía que explicaba las escuelas económicas y mencionaba cómo los escritores daban cuenta de los cambios socio – económicos. Ella misma había escrito “Los gorriones también emigran”. En los
’60 estaba hablando de los hijos de inmigrantes que volvían al país de los padres.
A mí me interesa saber, aproximarme a lo que los otros piensan. ¿Cómo manejan los símbolos o signos? Siempre estoy detrás de lo que es comunicación. ¿Existe? Me encantó cuando leí en un libro de Saramago "todo es literatura". Un compañero mío se criticó que en el mismo libro había escrito Mr Hide y Dr Jekill. No entendía el chiste, el desnudar el título de la novela. También descubrí las relaciones de ideología, tuve un profe que decía que toda estética implicaba una ética, por supuesto la conectaba con lo económico y lo político. Con estos maestros ¿podía ser de otra forma?

12 febrero, 2007 22:21  

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