Bienvenido 2007
Lindo día ¿no? ¡Qué calorete! Dicen que uno tiene que ver la botella medio llena y no medio vacía. A mí que acusan de pesimista por no ver cuánto hay y dejar de lado lo que me falta. Hay defectos que persisten aunque hace muchos aprendí a restar sumando.
31 por la mañana, dolor fuerte de garganta, ojos llorosos, nariz tapada. Fui al médico, no sea que contagie al bebé. Me atendieron en la guardia. “No tiene nada, tome paracetamol para el dolor que siente en las articulaciones y mucho líquido”. “Quiero saber si puedo contagiar a mi nieto”. “No” me contestó la irresponsable. (Ahora sé que tengo anginas rojas y estoy tomando medicación, ni ahí que me puedo acercar al bebé. Todo porque fui a ver a Matilde)
Por la tarde, mucho calor. Peleítas por el aire acondicionado con mi marido. “Que me hace mal”. “Que está bajito”. “Lo mismo me hace mal” “Que seca el aire”. “Que mi garganta”. Que sí, que no. Me fui con mi calorete, fuera del alcance del aire acondicionado, a hacer ensalada de frutas y salsa criolla. Vinieron Rocío, Celes y nuestro bebotón. Yo lo miraba de lejos.
A la noche, el calor acentuaba mi mal humor, no me hacía feliz vestirme para ir a recibir el año a otra casa, tenía ganas de estar en la cama, pero no estaba bien quedarme pachucha en cama y estropear la noche a Víctor. Durante varios días le había dicho a mi hija Pau que tuviera la libertad de pasar el año sin nosotros, pues cada una de sus hermanas iba a tomar rumbo diferente (lástima que mis intuiciones no son lo suficientemente informativas cuando las tengo). A último momento ella decidió ir a la casa donde íbamos nosotros, he aquí que allí había un invitado no esperado, no deseado, no soportado. Mi hija y Dani emprendieron la retirada de inmediato. Por esas cosas que tiene uno, de enredarse en los afectos, de querer evitar desaires a quienes nos invitaron… nos quedamos, con la pena de que Pau y Dani estuvieran solos igual que nosotros en medio de 9 personas. Cuarenta minutos después de las doce emprendimos el regreso hacia casa.
Al día siguiente nos juntamos en casa, faltaba una de nuestras hijas con su novio. Pero todo resultó diferente.
A la tarde pasó algo en el departamento de mi vecina (debo aclarar que son dos dptos., dos familias nada más), un secuestro virtual. No escuché a nadie porque había un solo miembro de la flia, una adolescente a la que llamaron diciéndole que habían secuestrado a su hermano. En lugar de avisarnos, como le decían que no cortara y la llamaban a la vez al celular y al teléfono fijo, ella juntó lo que pudo y fue a pagar el rescate a una Villa de Chacarita. A la noche, mi vecina en medio de llantos me contó lo que había pasado. Con asombro le dije “¿Por qué J. no nos llamó? No nos escribió lo que pasaba en un papelito aunque sea…” Sé que decirlo es fácil, pero al estar en medio de esa situación las cosas cambian, J. solo quería ver a su hermano. Luego llamaron a la mamá y le dijeron que tenían a su hija encapuchada apuntándole con un arma. Ella estaba en Del Viso en la casa de su hermano, le pasó el teléfono al hermano y salieron disparados para aquí. Denuncia policial, pérdida de objetos que no se puede reponer…Lo bueno es que están todos sanos físicamente. ¿De los nervios? Para el cuerno. Y yo con la culpa de no haber escuchado nada.
El 2006, fue BUENÍSIMO. En el haber está registrado mi primer nieto, eso tapa todo lo demás. ¿Acumulé alguna deuda? Posiblemente muchas, a los que les debo algo ¡reclamen! Mire que la vida es impredecible, hoy estamos ¿mañana? ¡Qui lo sa! Además, por pérdida de memoria, lentamente, me convierto en morosa.
¡Bienvenido 2007! siempre me digo “No te quejes, acordate de Lili (1). Ella te dijo alguna vez: Siempre se puede estar peor…”
---------
(1)Lili tenía dos hijos (eran mis alumnos). Después que sus chicos murieron en un accidente la fui a visitar. Ella me miró a los ojos y me dijo “Nunca digas “¿qué más nos puede pasar?”. Todo por la quiebra del negocio, la falta de trabajo, esto no tiene ninguna comparación.” Esto ocurrió hace 8 años. Y cuando suelo ponerme en quejosa, el rostro de esa hermosa mujer transformado por el dolor me visita para que recupere el equilibrio.
31 por la mañana, dolor fuerte de garganta, ojos llorosos, nariz tapada. Fui al médico, no sea que contagie al bebé. Me atendieron en la guardia. “No tiene nada, tome paracetamol para el dolor que siente en las articulaciones y mucho líquido”. “Quiero saber si puedo contagiar a mi nieto”. “No” me contestó la irresponsable. (Ahora sé que tengo anginas rojas y estoy tomando medicación, ni ahí que me puedo acercar al bebé. Todo porque fui a ver a Matilde)
Por la tarde, mucho calor. Peleítas por el aire acondicionado con mi marido. “Que me hace mal”. “Que está bajito”. “Lo mismo me hace mal” “Que seca el aire”. “Que mi garganta”. Que sí, que no. Me fui con mi calorete, fuera del alcance del aire acondicionado, a hacer ensalada de frutas y salsa criolla. Vinieron Rocío, Celes y nuestro bebotón. Yo lo miraba de lejos.
A la noche, el calor acentuaba mi mal humor, no me hacía feliz vestirme para ir a recibir el año a otra casa, tenía ganas de estar en la cama, pero no estaba bien quedarme pachucha en cama y estropear la noche a Víctor. Durante varios días le había dicho a mi hija Pau que tuviera la libertad de pasar el año sin nosotros, pues cada una de sus hermanas iba a tomar rumbo diferente (lástima que mis intuiciones no son lo suficientemente informativas cuando las tengo). A último momento ella decidió ir a la casa donde íbamos nosotros, he aquí que allí había un invitado no esperado, no deseado, no soportado. Mi hija y Dani emprendieron la retirada de inmediato. Por esas cosas que tiene uno, de enredarse en los afectos, de querer evitar desaires a quienes nos invitaron… nos quedamos, con la pena de que Pau y Dani estuvieran solos igual que nosotros en medio de 9 personas. Cuarenta minutos después de las doce emprendimos el regreso hacia casa.
Al día siguiente nos juntamos en casa, faltaba una de nuestras hijas con su novio. Pero todo resultó diferente.
A la tarde pasó algo en el departamento de mi vecina (debo aclarar que son dos dptos., dos familias nada más), un secuestro virtual. No escuché a nadie porque había un solo miembro de la flia, una adolescente a la que llamaron diciéndole que habían secuestrado a su hermano. En lugar de avisarnos, como le decían que no cortara y la llamaban a la vez al celular y al teléfono fijo, ella juntó lo que pudo y fue a pagar el rescate a una Villa de Chacarita. A la noche, mi vecina en medio de llantos me contó lo que había pasado. Con asombro le dije “¿Por qué J. no nos llamó? No nos escribió lo que pasaba en un papelito aunque sea…” Sé que decirlo es fácil, pero al estar en medio de esa situación las cosas cambian, J. solo quería ver a su hermano. Luego llamaron a la mamá y le dijeron que tenían a su hija encapuchada apuntándole con un arma. Ella estaba en Del Viso en la casa de su hermano, le pasó el teléfono al hermano y salieron disparados para aquí. Denuncia policial, pérdida de objetos que no se puede reponer…Lo bueno es que están todos sanos físicamente. ¿De los nervios? Para el cuerno. Y yo con la culpa de no haber escuchado nada.
El 2006, fue BUENÍSIMO. En el haber está registrado mi primer nieto, eso tapa todo lo demás. ¿Acumulé alguna deuda? Posiblemente muchas, a los que les debo algo ¡reclamen! Mire que la vida es impredecible, hoy estamos ¿mañana? ¡Qui lo sa! Además, por pérdida de memoria, lentamente, me convierto en morosa.
¡Bienvenido 2007! siempre me digo “No te quejes, acordate de Lili (1). Ella te dijo alguna vez: Siempre se puede estar peor…”
---------
(1)Lili tenía dos hijos (eran mis alumnos). Después que sus chicos murieron en un accidente la fui a visitar. Ella me miró a los ojos y me dijo “Nunca digas “¿qué más nos puede pasar?”. Todo por la quiebra del negocio, la falta de trabajo, esto no tiene ninguna comparación.” Esto ocurrió hace 8 años. Y cuando suelo ponerme en quejosa, el rostro de esa hermosa mujer transformado por el dolor me visita para que recupere el equilibrio.
Escrito por Amy 2:25 p.m.
3 Comments:
A veces queremos estar donde no estamos... qué bronca..
y nunca se está mejor que con la familia...
Es bueno tener una referencia que nos haga reflexionar sobre lo que nos pasa.. para positivizar nuestros negativos (inventé la palabra.. I'm sorry)
Besos grandes!
Feliz año! mi querida MIB. Con respecto a inventar palabras, eso está más que bien. La lengua es algo vivo, si no fuera así estaríamos hablando latín. Quienes tienen alma de poeta saben que pueden escapar al destino prefijado del lenguaje mediante la ruptura de la estructura. del significante o el significado.
Cariños
A la puchis, no sabia que habia pasado eso en lo de los vecinos (sí, sigo diciendo mis vecinos). Pobre J. debe haberse desesperado (¿y quién no?)Me alegro que todo haya pasado y que estén bien.
Abrazos
Publicar un comentario
<< Home