16.11.06

En el país de ciegos... divide y reinarás.

Hace unos siete años leía un libro sobre educación, el autor Michael Apple, hacía referencia entre otras cosas a las estrategias de los neoliberales y conservadores, las calificaba como desintegradotas, pues suponen una comunidad apolítica y amoral,
- limitan la ayuda financiera,
- privan de derecho a los marginales,
- dificultan la participación de las minorías en una visión nacional.
Se atomizan las diferencias a tal punto que se dispersa la lucha. El resultado es un ataque horizontal entre grupos de una sociedad (si cupiera el concepto de clase, diríamos ataque dentro de una misma clase social) y no vertical (entre clases dominantes y dominadas). Es así que, a veces, un reclamo de trabajo de mujeres blancas se convierte en un ataque a trabajadores inmigrantes latinos o negros –en EEUU; en Argentina se despotrica contra los “bolitas”, los “perucas”, los “paraguas” o los otrora “cabecitas negras”.
Para Apple la derecha toma la postura de un Populismo autoritario, por el que se convoca a la gente en un intento de dividirlo en “particularismos” de saber, autoridad, religión, etc. Individualmente las personas se sienten contentas por la defensa de lo que le enseñaron como derecho, ni por las tapas se pone a pensar si más tarde, o más temprano, va a caer en la trampa de no contar con aquello de “la unión hace la fuerza”. Ahora está de moda el consenso, las minorías y la cuestión me alarma, convencidos de luchar por algo legítimo nos peleamos entre nosotros por cuestiones menores. Me pongo a pensar en el disparate de las peleas entre hinchadas de fútbol (que suelen ser mucho más que insultos o escupitajos); esta cuestión es como cortina de humo para que nadie preste atención a lo que ocurre en el Congreso después de una maratónica sesión en la que se aprobó vaya uno a saber qué; porque los diarios, la radio, la tele nos ponen en primer plano la violencia en el fútbol y nos olvidamos de indagar en los orígenes de la violencia y en las formas de solucionarla.

Ya lo decía Fierro “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera (…) sino nos devoran los de ajuera”.

Así me viene a cuento los consejos de política de Maquiavelo, con más de cuatrocientos años, y aún vigentes.
Bien vale aquí el que: si se pretendiera definir en una sola expresión el pensamiento de Niccoló Machiavelli, aquello de "divide y reinarás" sería por demás elocuente.
Ciertamente, para mantener el poder aconsejaba dividir a los adversarios. Claro que su consejo fue y es seguido por muchísimos gobernantes (y yo diría por todos aquellos que desean el poder aún no ejerciendo gobierno formal) en todo el mundo.
Las personas a tientas vagamos a ciegas, creyendo que decidimos libremente, que luchamos por particularismos genuinos y no somos más que marionetas de un conjunto de circunstancias (o de intereses económicos de un grupo de personas). He escuchado en mi país a gente hablando mal de Cuba por la falta de libertad, por las necesidades no satisfechas, por la tiranía de Castro y las etcéteras. Por favor ¿no sería bueno empezar primero observando lo que ocurre aquí no más, a pocas cuadras? ¿Somos tan necios que no vemos las viga en nuestro ojo y nos ocupamos de la paja en el ojo ajeno?
¿Es libre un chico que se droga porque le amputaron la esperanza? ¿Es libre ese chico que junta cartones al lado de sus padres para sobrevivir? ¿Es libre ese joven que abandonó sus estudios para mantener a su familia? ¿Es libre el jugador de fútbol que debe patear en contra porque lo amenazaron de muerte? ¿Es libre la mujer que trabaja doce horas por día para sus hijos y encima le roban el dinero? ¿Es libre el manipulado que le dicen qué debe consumir, cuánto y en qué forma? ¿Es democrático el gobierno de muchas de las provincias de la Argentin con gobernadores atornillados, de tal manera que el que se opone puede llegar a morir en el intento? Etc. etc. Jugamos a creernos libres y nos peleamos por defender, por ejemplo, el derecho a fumar. Una adolescente me dijo una vez “me cago en la democracia, antes decían que no tenías libertad para estudiar por la dictadura, yo no puedo estudiar, ni ir al cine, ni nada porque no me alcanza el sueldo para mantenerme”.
Poco después de una corta estadía en Cuba (en 1996 plena época del despilfarro de las joyas y los calzones de la abuela, privatizaciones, Mery Jully y el menemato) fui a Salta y Jujuy. Me habían dicho que llevara lapiceras y lápices (algo parecido a lo que había llevado a Cuba) y me habían dicho de la falta de agua en Cuba, etc. etc. no digo que aquello no sea verdad, pero encontrarme con gente mendigando agua en mi país, con chicos que me pedían lapiceras, revistas, caramelos, monedas… me lleva a pensar que como en una novela de Saramago andamos como ciegos tratando de preservar rasgos de un humanismo con un poco más de docientos años en nuestra historia "occidental y cristiana".

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El mito de la libertad humana.
(…)
Las personas se engañan al creerse libres tan sólo porque no existen impedimentos externos para la ejecución de sus deseos. La libertad humana no puede limitarse a la llamada libertad de la espontaneidad, libertad física. Ésta debe ir acompañada de libertad interna, de la libertad de elección, del llamado libre albedrío. No es libre el que puede hacer lo que desea si está condicionado en sus deseos. Para que las personas sean libres no basta con que no sufran ninguna clase de coacción física. Es imprescindible que sepan elegir, que sean internamente capaces de elegir. La libertad se mediría pues, por la capacidad de adoptar creencias y comportamientos autónomos, independientes, basados más en convicciones que en imitaciones, en la reflexión más que en el adoctrinamiento o en la emoción, en actitudes conscientes y autocríticas más que en actitudes inconscientes.
(…)
En las democracias occidentales hay escasas limitaciones físicas a las libertades individuales, pero son sustituidas por presiones más sutiles, más sofisticadas, menos conscientes.
(…)
No puede hablarse de libertad cuando se le permite a uno hacer lo que desea pero se le lleva a desear lo que interesa que desee. En esto consiste, en buena medida, la coacción psicológica que ejerce la televisión: en incidir sobre la voluntad mediante la modificación o la canalización interesada de las emociones de los sentimientos, de los deseos, de los temores.

Una cosa es la persuasión que implica uso de la razón y otra es la seducción que se moviliza por la emoción.


De Televisión subliminal - socialización mediante comunicaciones inadvertidas, autor: Joan Ferrés
(libro que amo por dos razones; por lo que dice y porque me regaló Mati-litter una blogger catalana, que se tomó mucho trabajo para mandármelo a través de una amiga de ella.)

2 Comments:

Blogger Amy said...

Hola! Carlos es la primera vez que leo un comentario tuyo. Por lo que vi en tu blog también hay un post sobre el no fumar... Eso me da la pauta que hay unos cuantos que piensan "más vale prevenir que curar", lo digo en relación a tu opinión sobre la mal combinación alcohol conducir autos. En Argentina una de las mayores causas de muerte (no natural) se relaciona con accidentes automovilísticos. Una de las razones de accidentes es el alcohol. Hace muy poco tiempo murieron 10 alumnos de una escuela (cercana a mi casa), habían ido en viaje solidario a una escuelita del norte argentino. Un camión con un conductor alcoholizado chocó contra el ómnibus

16 noviembre, 2006 14:26  
Blogger MIB said...

Uhh amalia! cómo andas?!?! Estuve un poquito en urgencias, operación incluída... pero ya estoy mucho mejor! Extrañaba leerte! Así es que ya me puse al día!.
Justo la semana pasada discutía con mi mamá y una amiga sobre este tema... Cuba, Argentina... en fin... yo quería decirles esto que vos decís... pero creo que no me salieron muy bien las palabras... todavía no estaba del todo recuperada para discutir.
Siempre quise leer el libro de Eric Fromm Miedo a la libertad... vos lo leíste?

Un beso grande! espero que estés cada día más recuperada!

26 noviembre, 2006 10:46  

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