28.11.06

En boca cerrada...

Ser Uno mismo

El líder no hace despliegues de santidad ni otorga títulos de buena conducta. Ello crearía un clima de éxitos y fracasos. Lo cual origina competencias y envidias. Lo mismo ocurre al enfatizar el éxito material: aquellos que tienen mucho se ponen codiciosos, y aquellos que tienen poco se hacen ladrones.

El líder sabio presta cuidadosa atención a toda conducta. Así el grupo se abre a más y más posibilidades de conducta. La gente aprende mucho cuando está abierta a todo y no sólo a imaginar lo que agrada al maestro.

El líder muestra que el estilo no es substituto de la substancia; que el conocimiento de algunos hechos no es más poderoso que la sabiduría sencilla; que crear una impresión no es más potente que actuar desde el centro de sí mismo.

Los alumnos aprenden que la acción efectiva surge del silencio y de una clara conciencia de existir. En lo cual hallan una fuente de paz. Descubren que una persona con los pies en la tierra hace lo que se necesita hacer con mayor eficacia que la persona que sólo está ocupada.


Igualdad de trato


La ley natural es ciega, es la justicia imparcial. Las consecuencias de la propia conducta son ineludibles. Ser humano no es excusa.

El líder sabio no pretende proteger a la gente de sí misma. La luz consciente brilla igual sobre lo agradable que sobre lo desagradable.

La gente no está mejor que el resto de la Creación. El mismo principio esencial de los seres humanos lo es igualmente de todo.

Ni tampoco es una persona o un pueblo mejor que el resto de la humanidad. El mismo principio está en todas partes. Una persona vale tanto como otra. ¿Por qué jugar a los favoritos?

Todo demuestra la ley. El hecho que Dios no sea una cosa no significa que sea nada. Se necesita un poco de humildad.

Sabiéndolo, el líder no pretende ser especial. El líder no murmura de otros ni pierde su aliento discutiendo sobre los méritos de teorías opuestas.

El silencio es una gran fuente de fuerza.


Del Tao de los Líderes.
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Uno tiene vicios en la conducta y suele hacer las diferencias, así con hijos, hermanos, amigos… alumnos. En clase suelo leer parte del Tao de los líderes a los alumnos como para que vean otro tipo de líder. Esta lectura me juega en contra más de una vez, sobre todo cuando resalto lo bien que alguien hizo las cosas. No sé cómo pero enseguida surge el planteo de la lectura y el hacer las diferencias. No sé el porqué suelo tener la impresión que los alumnos no me escuchan la mayor parte del tiempo, luego me sorprenden citando algo que dije, lo peor es que no me acuerdo ni cuando. Esto me volvió a pasar hace poco.
Dice el refrán “en boca cerrada no entran moscas”. Soy una bocota. Hoy dije algo a una de mis hijas delante de otras dos y UAUUUU! El comentario fue “ya sabemos de dónde le viene eso".