20.10.06

Una nueva etiqueta para los argentinos

Dicen que Unamuno, harto de la persecución de argentinos que le preguntaban sobre lo que opinaba de los naturales de mi país, dijo que teníamos la respuesta en el anagrama del gentilicio; es decir, nos dijo finamente (yo diría que con mucha razón) IGNORANTES.
Otro español nos mandó a ocuparnos de las cosas, pues parece que siempre andaban nuestros ancestros -a comienzo de siglo XX- ocupándose de cualquier cosa. Me pregunto si el tirón de orejas era porque los “muchachos o las familia de clase bien” andaban tirando manteca al techo en alguna parte de París, llevándose la vaca atada, la porcelana y la platería para tomar el té en el barco, lamentándose de que nos consideraran “blanquitos de segunda” o “europeos de segunda”, mientras que algunos muchachos andaban persiguiendo a alguna actriz, cantante, amante o etc. por algún país europeo.
Así, dilapidando los recursos los descendientes de una mezcla de europeos y nativos conformó un perfil de gente que se deteriora día a día.
Una cosita que se está haciendo cada vez más evidente es el de las patotas. Si bien el término no es exclusivo de Argentina, no nos vamos a “chorear” esto, que nada bien nos hace. Según el DRAE patota , en Arg., Bol, Perú, Ur. y Ven. significa: grupo, normalmente integrado por jóvenes, que suele darse a provocaciones, desmanes y abusos en lugares públicos; en tono más suave también sería “pandilla de amigos, generalmente jóvenes”.

Escribieron o dijeron por allí y acullá
La Argentina seguía ayer conmovida por los violentos incidentes de la víspera, que empañaron el traslado de los restos del ex presidente Juan Domingo Perón a un nuevo mausoleo, en los que facciones rivales de sindicatos controlados por el peronismo gobernante se agredieron con singular ferocidad.
¿Quién es responsable de tales hechos? ¿Quiénes? El que está al frente de los camioneros dio la cara, porque no quedaba otra. Pero… cuando hay una respuesta (estúpida, desmedida, necia o con el adjetivo que quisiéramos ponerle) como la que hubo ¿cómo se disparó? ¿Quiénes estaban del otro lado? ¿Nenes de pecho? Escuché las justificaciones desde el otro bando para el desenlace del conflicto en tiros, botellazos, palazos… uno de los participantes perdió un ojo por un puntazo que le hicieron con una botella rota. Parecía una mala película de peleas callejeras, una sórdida disputa por el poder. Tomando este hecho en forma aislada, esta representación de la estupidez nuestra, serviría para elaborar un grotesco, pero cuando se repite siento dolor, indignación e impotencia. Hace unos días en el Hospital Francés la patota “alquilada/contratada/permitida en el lugar” quiso terminar la cuestión a los golpes cuando con palabras y razones no podían. En la mezcla resulta que los muchachos eran hinchas o patota o barra brava de un equipo de fútbol, también en el choque de los sindicatos reconocen “simpatizantes” de otro club de fútbol y como si fuera poco hoy un juez favorece al cabecilla de la barra brava de BOCA.
Las autoridades de Racing plantearon que no ingresara el cabecilla de la barra brava de Boca, el domingo, al club. Hoy un juez, elegido a propósito por el abogado, juez conocido del barra brava le acepta el recurso de amparo y falla a su favor.
No soy hincha de Racing, si alguna vez fui “simpatizante” de algún club me incliné por Independiente, o sea el rival máximo. Pero esta cuestión no me alcanza, nunca fui fanática y no entiendo el fanatismo de los hinchas de fútbol ni la de los que están a favor de Ford o Chevrolet. Hecha esta aclaración, digo, me parecía excelente que se tratara de poner límite a estas expresiones violentas. Pero los muchachos de las barras bravas están respaldados por sinvergüenzas peores, vestidos de traje y diciendo representar el sistema jurídico de mi país. No siento vergüenza ajena, siento vergüenza propia. ¿POR DÓNDE CARAJO EMPEZAMOS A PONER LAS COSAS EN ORDEN? Las patotas me molestan, no porque fuera del país nos vean, como dijo indignada una periodista. Siento que las peleas de este tipo son la punta de un iceberg de algo que se nos viene encima y esperamos con los brazos caídos, siento otra vez esa cosa sintetizada en “estamos jugados”, como si no tuviéramos más nada que hacer.

2 Comments:

Blogger Amy said...

Hola Sir!
Como diría Gieco "es un monstruo grande y pisa fuerte la inocencia de la gente". Y no sé si nos queda algo de inocencia, la cuestión del poder huele mal por todos lados, me inclino a creer que desde algún lado lo seguimos alimentando a ese monstruo. Por indiferencia, por negligencia, por no decir, por no hacer... por dejarlos que sigan. Y después tenemos que seguir escuchando el discurso de los que se victimizan, de los que hablan de conspiración... y esto que escribo sé que tiene el valor de un estéril deshago y me enerva aún más.

21 octubre, 2006 02:59  
Anonymous Anónimo said...

hoy me levanté muy contenta y terriblemente egoísta e indiferente. Me di permiso de sentirme egoísta e indiferente, hoy:
no me importa lo que piensen los de afuera.
no me identifica esa gente
A propósito de... FELIZ CUMPLEAÑOS!!! un día como hoy estrenaste la "mamidad" por primera vez, te quiero, tu sobrina

21 octubre, 2006 15:25  

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