25.7.06

Charles Baudelaire

Un gran poeta

El Albatros
A menudo, para divertirse, los marineros
cazan albatros, grandes pájaros de los mares,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al navío que se desliza por los amargos abismos.

Apenas los han colocado en las tablas,
estos reyes del cielo, torpes y vergonzosos,
abaten lastimosamente sus grandes alas blancas
como remos arrastrados a su vera.

¡Qué torpe y débil es este alado viajero!
¡Ha poco tan bello y ahora es cómico y feo!
Uno excita su pico con una pipa corta,
otro imita, cojeando, al doliente que volaba.

El poeta es parecido al príncipe de las nubes
que frecuenta la tormenta y se ríe del arquero;
exilado en el suelo en medio de los gritos,
sus alas de gigante le impiden caminar.


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L’ALBATROS

Souvent, pour s’muser, les hommes d’quipage
Prennent des albatross, vastes oiseaux des mers,
Qui suivent, indolents compagnons de voyage
Le naviere glissant su les gouffres amers

A peine les ont-ils déposés sur les planches,
Que ces rois de l’azur, maladroits et honteux,
Laissent piteusement leurs grandes ailes planches
Comme des avirons trainer à côte d’eux.

Ce voyageur ailé, comme il est gauche et veule!
Lui, naguère si beau, qu’il est comique et laid!
L’un agace son bec avec un brûle-gueule,
L’autre mime, en boitant, l’infirme qui volait!

Le Poëte est semblable au prince des nuées
Qui hante la tempête et se rit de l’archer;
Exilé sur le sol au milieu des huées,
Ses ailes de géant l’empêchent de marcher.

(Si hay errores u horrores en la versión en francés, lo siento)
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Charles Baudelaire, el patriarca de los poetas malditos, nació en París en 1824. Perdió su papá a los seis años, situación que le provocó un padrastro y quizás esa relación fue la que lo impulsó a la escritura. A los 23 años escribió Las flores del mal, su obra maestra. Si bien escribió hasta su muerte, a los 46 años, dicen que el resto de su obra no engrandece los escritos de su juventud. Las flores del mal fue publicada cuando él tenía 36 años, sufrió por ello juicio y fue obligado a mutilar su obra. Recién 100 años más tarde fue reivindicado como poeta. Como muchos hombres de la época murió de sífilis, enfermedad que no conocían los europeos hasta después de la Conquista de América (es un punto interesante a tener en cuenta en medio de tanta mojigatería que obligó a la censura).
El Albatros no pertenece a Las flores del mal, sino a SPLEEN E IDEAL.
No soy experta en Baudelaire, no sé francés, sin embargo me compré una edición bilingüe y más allá de mi ignorancia no puedo huir de las redes que me tiende ese yo que “comprende sin esfuerzo el lenguaje de las flores y el de las cosas mudas.” Y si LA VOZ, con el engaño de una sirena, también me llamara desde la biblioteca me gustaría que me repita “¡Guarda tus sueños, los prudentes no los tienen tan bellos como los locos!” También yo quisiera “detrás de los decorados de la existencia inmensa, a lo más negro del abismo, y ver distinto los mundos singulares”, de esa claridad estoy sedienta aunque arrastre serpientes que muerden mis zapatos. Quisiera yo tener esa voz que me llame, que "sea mi llaga y mi fatalidad" y hacer visible la desnudez del hombre y de la mujer sin importar si las flores son buenas o malas.
Sin duda, lo mejor que podemos hacer es leerlo con atención; quizás, dejando de lado ese prejuicio que suele anteponerse a la lectura de la poesía.

1 Comments:

Blogger Amy said...

LA VOZ es un poema en que plantea la cuestión del llamado a escribir. Muchos son los invitados al banquete, pero pocos los gourmets de las palabras. je! Me gustaría tener un poco, un poquitín de ese talento.

27 julio, 2006 04:17  

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