25.5.06

Números y Plaza...

Números en la Plaza…

Hay hechos en la historia de los argentinos que tienden a repetirse de una u otra forma.
La importancia de releer, investigar y confrontar diferentes posturas sobre nuestra historia se relaciona con la posibilidad de conocer hechos que son los antecedentes de nuestro presente. (Decir esto, en un momento en que circula el fin de la historia, el fin de los grandes discursos, el fin de las utopías, el fin de materias que no tengan que ver con marketing, parece una tamaña tontería, a pesar de ello insisto en dar mi punto de vista sobre una historia y un país que conocemos muy poco y del cual hablamos mucho sobre todo utilizando la expresión "este país", que bien podríamos haber heredado de los españoles. Debo aclarar que Larra -español siglo XIX- escribió sobre el uso de esa expresión, así que no somos nada originales.)


Estamos a casi cien años del 25 Mayo en que, según dicen, tuvimos nuestro primer gobierno patrio. La gestación dicen fue una semana, quizás debiéramos decir era un proceso lógico de intereses económicos a las patadas.

Es interesante prestar atención a la participación de la gente en los acontecimientos fundantes de lo que hoy es la Argentina.

En el Cabildo abierto del 22 de mayo participaron menos de 500 vecinos. Buenos Aires tenía por entonces unos 40.000 habitantes. Es decir, menos del uno por ciento de la gente que habitaba la ciudad participó de algo que les afectaba a todos.
Sobre el 25 de Mayo es probable que tengamos la visión de una plaza llena de gente, con gran participación popular con paraguas y escarapelas. No fue así. Paraguas había muy pocos -eran un lujo que pocos se podían dar- y de los 40.000 habitantes de la ciudad solo unos mil, a lo sumo mil quinientos, se encontraban presentes. La instauración de un Primer Gobierno Patrio, la Revolución de Mayo, pasó prácticamente inadvertida para la mayoría.
Es decir, el derrocamiento del virrey fue el resultado de un debate entre unos pocos vecinos que se consideraban: “la parte sana y principal” de aquella sociedad.
Es cierto que hay razones de “necesidad y urgencia” que pueden llevar a que un grupo reducido decida, a que él presidente de la nación legisle por decreto en un caso especial, pero también es cierto que debemos prestar atención a nuestra participación en los acontecimientos que afectan nuestro futuro.
Cuando menos del tres por ciento decide por la totalidad ¿qué puede pasar?, ¿qué pasó a partir de aquel 25 de Mayo?, ¿cuál fue la relación Buenos Aires interior?, ¿qué resentimientos se mantienen hasta hoy?, ¿cómo podríamos solucionar los viejos y repetidos errores?
Estas son las cuestiones que deberíamos aprender a prestarle atención, para no tropezarnos con las mismas piedras, para no convertirnos en farsantes ante las tragedias de la historia.

Cierto político escribió sobre el 25 de hoy, “nos robaron el 25 de Mayo”. ¿Es cierto? En la actualidad, con los medios de comunicación que transmiten desde el lugar de los hechos ¿Nos roban o nos dejamos robar? ¿Cuántos van a ir a la plaza? ¿Cien mil? ¿Un millón? ¿Ellos nos representan? ¿Cuántos somos 40 millones? ¿Se repetirá el porcentaje?
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Por otra parte, siempre percibo “ruido comunicacional” alrededor del uso de los términos país, nación y Estado.
Recientes investigaciones sobre la construcción de Argentina como nación advierten -desde lo lingüístico- que esta construcción, en sus comienzos, no remite a un pasado histórico ni a un pasado étnico sino a algo que se constituye por voluntad de los asociados
Si ahondamos en nuestras lecturas, la nación Argentina aparece en su origen claramente asociada a Estado, congreso, constitución y forma de gobierno. La pregunta es ¿cuál es nuestra identidad como nación? ¿La logramos? ¿Somos esos blanquitos nostálgicos por nuestro vínculo con lo europeo? (Escuché a cierta profesora de historia y otras personas hacer hincapié en que los argentinos nos diferenciábamos del resto de Latinoamérica por nuestro componente europeo ¡sic! Ni qué contar de lo dicho por la Ocampo ¿El interior de nuestro país no existe?)

Ahora bien ¿quiénes llevaron a cabo ese debate sobre la construcción de una nación? ¿Por qué se perfiló la desunión y el rechazo a los porteños? ¿Por qué las luchas internas? ¿Por qué esa irreconciliable relación entre el interior y Buenos Aires? ¿Esa concentración de un cuarto del total de la población en la capital y el resto despoblado de gente y de fuentes de trabajo, etc. etc.?

Quizás debamos revisar ese debate que se dio entre unos pocos (la parte sana y principal), por el que nos fuimos perfilando, descubrir y ahondar en nuestro pasado como nación para, quizás, pensar que las cuestiones “lingüísticas” y de participación no son menores.
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Ya lo dice el proverbio que el hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra… los argentinos vivimos tropezándonos. ¿Tendrá razón Unamuno con el anagrama que nos hizo?

(Texto a partir de la lectura Plaza vacía. Gente como uno de Félix Luna)

6 Comments:

Blogger MIB said...

es un tema... complicado.. con muchas cosas por analizar.
Antes que nada no leí el libro, artículo o ensayo de Felix Luna "Plaza vacía", así es que hablaré a partir de la lectura de tu post.

Toda nuestra historia fundacional está cargada de ideales y valores (algunos más positivos que otros) super europeos: educación, transportes, tecnologías, comunicación, política, industrialización, colonización?, catolicismo... en fin.. una lista larga creo.

Nuestros próceres en su mayoría (porque no me animo a decir todos y pecar de exagerada) eran gente blanquita, o mestiza en su defecto. Nuestras raíces aborígenes? pocas... muy pocas quedaron.. y muchas menos tuvieron lugar en los manuales de eduación como forjadores de identidad. Nuestra noción de País, Nación y Estado es europea... no así la noción de pueblo.. al menos quiero pensar que no...

Cuando la gente dice por estos pagos.. (tanto compatriotas como cualquier otro) "los argentinos son diferentes, son más europeos" en comparación con el resto de latino américa... No me parece justo, no sólo porque esconde en alguna medida un desprecio hacia el resto de latinoamérica, sino también porque me parece un comentario fijado en la raza, el aspecto físico. Porque la influencia europea se nota en toda latinoamérica... basta con escuchar el lenguaje.
Argentinos somos todos, desde el del norte con afluencia e influencia de bolivia, paraguay, la tez más morena por el sol y la tierra, el guaraní de la mesopotamía, el suizo de la montaña, el italiano por todos lados, el español por tooooodísimos lados, y cada una de las mezclas de adn que se vaya haciendo por ahí...
Decir los argentinos son "europeos" es, en cierta medida, completamente cierto... porque hemos dejado que redujeran al mínimo nuestras originales expresiones autóctonas de antes de 1492... y nuestra historia y formación como patria va ligada a conceptos europeos que ya mencioné arriba.
Yo no sé de dónde salimos ni cómo somos... verdaderamente creo que cada uno tiene la nacionalidad que y el aspecto exterior que le ha tocado por años de relaciones genéticas anteriores.. y que el mundo debería estar más abierto al intercambio de culturas, de genes, de religiones, sin invadir ni expulsar, ni prohibir ni satanizar lo ajeno, lo extraño, lo extranjero... Pasa acá, en los países musulmanes, en áfrica, en eeuu, en argentina, en todos lados... hay que estar preparados para el intercambio... (y lo digo siendo de las primeras que deberían intentar bajar las defensas o barreras en ese sentido)

Me interesan mucho estos temas. La vez pasada estuvimos debatiendo sobre Sarmiento y sus ideas... personaje conflictivo si los hubo! (confieso que simpatizo con muchas de sus cosas y que en realidad no conozco a fondo todo lo que encierra a su personalidad como argentino)

En fin... iba a enviartelo por email porque quedó muy largo! pero.. no sé tu email... así es que aquí lo dejo..

Siempre me gusta leerte!
un beso grande!
desde la lejana Madrid!

Maria Ignacia Bensadon

01 junio, 2006 10:17  
Blogger Amy said...

MIB, el texto de Felix Luna es un artículo -entre varios- que salieron en un diario referidos al 25 de Mayo, hace un tiempo. Sobre la idea de "argentino", nombre que era del habitante de la ciudad de Buenos Aires y luego se extendió al resto del país, es parte de una larga discusión sobre la hegemonía de Buenos Aires y la identidad de gente que mira hacia afuera siempre.
En general, aparecen los paralelos con EEUU, la cuestión fundacional del país del norte es diferente a la nuestra. Los "europeos" que fueron al norte iban buscando "un sueño", aquí buscaron bienes para llevarse. Es interesante leer algunos textos que ahora circulan. Parece que la crisis de identidad nos llevan a los replanteos, imposibles de agotar en unas pocas líneas. La historia que "nos contaron" fue una construcción que se correspondía con un grupo vinculado al poder político y económico. Tuve oportunidad de aprender algo de historia, aunque no cursé historia argentina específicamente (en la UBA) relacionada, con la construcción del estado, con la economía, con la historia de la literatura argentina y con la historia del pensamiento latinoamericano y argentino. Muchas veces me encuentro con sorpresas (digo porque sigo leyendo)sobre algunas cosas que pensaba. Es interesante leer la Carta de representación de los hacendados de M. Moreno, o las versiones taquigráficas del tratamiento de los indios del sur después de la "Conquista del desierto" y las palabras de Mansilla -le obsequié unas fotocopias al profesor que tenía- porque dijo que era indigenista y yo me espanté.
Para acercarse a Sarmiento supongo que lo mejor es leer lo que escribió, yo partí del Facundo, lo leí detenidamente varias veces, luego la versión que escribió sobre el Chacho y su responsabilidad en la muerte del caudillo, lo confronté con la versión de Hernández, leí algo de la pelea con Alberdi y otros escritos del "maestro". David Viñas dijo que era un "burgués lúcido" (todo un elogio por parte de él, y yo le creo aunque no me cierre Sarmiento del todo)
Tengo antepasados europeos, soy "blanquita", pero después de leer a Bartolomé de las Casas... (y otros) dudo sobre la civilización que trajeron nuestros ancestros a estos lares.
En realidad, lo que estaba aplicando es algo que me enseñó un profesora hace más de 36 años "ver porqué estamos donde estamos y qué podríamos hacer para salir" (aún cuando no tengamos la posibilidad de hacer, por lo menos tengamos pensamientos lo más independientes que se pueda).
Lo digo en función de acontecimientos presentes, de cómo dejamos que otros decidan y después nos quejamos.
ME ENCANTA que E. Morales defienda a su gente y nos aumente el gas, ya que nosotros lo dejamos privatizar y se lo llevan para otro lado. Ojalá pensáramos en función de todos y no de unos pocos.
Y te lo digo hoy que un alumno me dijo: profe siento que usted es "subversiva" (sic!)
Todo porque quiero que aprenda analizar mensajes y disminuya la posibilidad de ser manipulado.

01 junio, 2006 15:18  
Blogger MIB said...

joder qué fuerte lo del alumno! qué edad tiene?

A mí me encanta también lo de Evo Morales. Lo comenté en algún post de otro blogger. Creo que es muy necesario hacer valer lo nuestro, no permitir que se lo lleven todo. La comparación con EEUU no sé hasta qué punto es inviable. A la argentina también llegaron muchos en busca de un sueño... sobre todo a principios del siglo XX. Claro... quizá deberíamos hablar de la época de la formación de la nación. Es cierto que fue el impulso de unos pocos... pero creo que en todos los procesos de formación e inicio de un Estado, en sus bases constitutivas, es proceso es llevado a cabo por pocas mentes.

Quiero leer mucho más de historia argentina y americana... coincido en que debemos conocer para no ser manipulados..

un beso grande!

01 junio, 2006 20:05  
Blogger Amy said...

MIB cuando me refiero al "sueño" es el que tenían las primeras personas que llegaron a América del Norte(en parte perseguidas por cuestiones religiosas) y perseguían el sueño de fundar algo nuevo. Es cierto que en cuanto a los nativos la consigna fue eliminarlos. Cuando llegaban al sur los otros colonizadores, para la misma época, el móvil era totalmente diferente. Querían enriquecerse y volver, lo siguieron haciendo -con algunas diferencias- hasta la llamada inmigración golondrina. No querían, en la mayoría de los casos, la nacionalidad "argentina" porque el país no les procuraba el orgullo de pertenecer, los marginaba o se marginaban. Hoy me encontré con una ucraniana, estaba encantada de estar aquí. La gente es cálida (según ella)y en su país es fría, se despedía de las clientas con un beso. Nadia es por demás expresiva...
Un libro que me encantó leer fue La conquista de América y la construcción del otro, de Todorov, entre otros.
Mi alumnito tiene 16 años. Sucede que para el 24 de marzo se hizo un debate sobre los 30 años y yo intervine, además en los actos escolares organizo concursos de preguntas para que participe todo el colegio (o sea que obligo a que lean sobre el tema), hacemos encuestas sobre cuánto se sabe, etc. Este año propuse la lectura de un texto cada día de la semana de mayo para que se reflexione sobre los mismos.
Los "niñitos" cuando son alumnos no me quieren demasiado, cuando terminan el colegio la relación es diferente. Muchos me recuerdan con cariño (algunos no tanto).

03 junio, 2006 02:33  
Anonymous Anónimo said...

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11 junio, 2006 12:27  
Anonymous Anónimo said...

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21 julio, 2006 07:51  

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