28.4.06

Cuando el otro es más que una estadística

Escribo mi bitácora de vida a partir de una frase que leí hace mucho tiempo “toda novela es una realidad cifrada”; sino me equivoco, la frase pertenece a G. García Márquez.
Cuando escribí sobre el 24 de Abril, una de mis hijas y MIB pensaron que se trataba de una experiencia de mi niñez. Realmente ver una fotografía de un chico que es una suma de piel y huesos, ojos tristes que te preguntan ¿qué hice para merecer esto? La experiencia se hace propia. Muchas veces, las personas ven la vida transcurrir a través de una ventana, sentadas cómodamente leen las noticias, ven en la tele las noticicias transformadas en espectáculo. A propósito de esto, un “presentador” de noticias de la CNN dijo en plena guerra del Golfo (la primera invasión) “transmitimos para que usted pueda ver la guerra desde el living de su casa, sentado en un sillón”. A esta altura de mi vida suelo tener mala memoria, pero aquello, sumado a la preocupación de una de mis hijas por la guerra, dejó una huella en mi cerebro difícil de olvidar. Decía, ver la vida a través de una ventana, como cuando las personas empezaron a leer novelas con crímenes y atrocidades como si fuera el mejor de los entretenimientos, nos hace olvidar que el “otro” o los “otros” son mucho más que una imagen, que un número, que una estadística.
Un joven apoyaba cierta discriminación sobre la educación que debían recibir las personas, entonces le pregunté: ¿qué pensarías si no te dejan entrar en la facultad? No te fue bien en un examen, no te dan otra oportunidad. Para colmo de males vos sos hijo de inmigrantes y tus padres no hablan bien el idioma, directamente no te hablan el idioma y en la primaria ya te condenaron a que sigás una escuela técnica. ¿Te gustaría?
Le hablé de su oportunidad, de la ventaja que él tenía sobre otros… Cuando nos resulta difícil sentir al otro como semejante, nos olvidamos de que puede sufir. Supongo que no soy mucho mejor que otras personas, pero cuando escucho, veo las noticias hago una construcción del otro y trato de entenderla desde ese otro, supongo que más allá de las cifras con que se justifican ciertas medidas económicas, financieras, bélicas, etc. etc.

Cuando vi la foto de ese niño piel y huesos, sobreviviente del genocidio armenio, me puse a pensar en qué hubiera sentido yo a esa edad. Si me hubiera ocurrido algo parecido ¿habría sobrevivido? Traté de vivir la experiencia más allá de una simple empatía. Traté de pensar como si yo fuera él y elegí la segunda persona para nararrar para que él que leyera se convirtiera, de alguna manera, en ese niño piel y huesos que esa noche no me dejó dormir, con sus grandes ojos secos de llanto me seguía preguntando ¿qué hice para merecer esto?
Entonces escribo para que otro reciba mi botella al mar sobre un genocidio, que no fue el primero, pero tampoco el último. Leí textos de Bartolomé de las Casas, de Bernal Díaz del Castillo, de Sagun, de Guaman Poma de Ayala… escuché relatos sobre la Conquista del Desierto en mi país, historias de exterminio de los aborígenes de mi tierra, América. Exterminios que no terminan y se regeneran y unen a otras tantas historias. Escribo para que en algún lugar alguien pueda pensar, quizás algo cambie.
En las estadísticas el exterminio de seis millones de judíos es más que el exterminio de un millón y medio de armenios, pero menos que 22 millones (o más) de aborígenes americanos. Tampoco se puede comparar con los treinta mil desaparecidos del Proceso. PERO cada muerte por motivos de raza, religión, política o lo que sea ¿tiene justificación?

El relato mítico dice que fue la primera vez una piedra en el desierto, fue sangre en la arena y sigo sin recordar si soy Caín o Abel.
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¿Habrá posibilidad de reescribir nuestro origen mítico?

1 Comments:

Blogger MIB said...

me gusta esa forma de ver las noticias,.. los datos, las estadísticas... es super necesario personalizar los hechos... llevarlos a personas concretas... ahí es donde más duelen, donde más se sienten...
a veces lo hago... porque si dejo de hacerlo... los números y las noticias me son indiferentes... qué triste es saber que nos hemos acostumbrado a ver guerras desde nuestro living... eso es una mierda (perdón) pero a veces los medios nos anestecian... y con notas tan distantes perdemos un poco el sentido de lo personal... el valor de cada hecho... no sé... es un tema de debate que de vez en cuando surge en el área.....

te mando un abrazo!
y gracias por hacernos ver.

03 mayo, 2006 20:07  

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